Entre los galardonados, científico que ingirió una bacteria para demostrar teoría
Harold Pinter, el gran ausente en la entrega de los premios Nobel
Cinco reconocimientos, entregados por el rey de Suecia en Estocolmo; el de la Paz, en Oslo
Ampliar la imagen Aspecto de la ceremonia de entrega de los premios Nobel en la Sala de Conciertos de Estocolmo FOTO Ap Foto: Ap
Estocolmo, 10 de diciembre. Un australiano que ingirió un extracto de bacteria para demostrar su teoría sobre la ulcera de estómago se unió el sábado a otros nueve científicos en la ceremonia de entrega de los premios Nobel, de la que estuvo ausente por segundo año el laureado en Literatura.
El dramaturgo británico Harold Pinter no pudo viajar a Estocolmo por consejo médico y envió a su editor. Su ausencia se suma a la de la autora austriaca Elfriede Jelinek, que sufre fobia social y el año pasado no asistió a la ceremonia.
Mohamed el Baradei, director de la Agencia Internacional de la Energía Atómica, recibió horas antes el Nobel de la Paz en Oslo.
Los laureados de 2005 en medicina, física, química y economía estaban todos presentes en Estocolmo para recibir el premio de manos del rey Carlos Gustavo de Suecia.
Entre los galardonados estaba Barry Marshall, que compartía el premio de medicina con su compañero australiano Robin Warren.
Marshall se convirtió en uno de los ganadores más memorables del Nobel por actuar él mismo como conejillo de indias para demostrar su teoría de que una bacteria causa las úlceras estomacales y no el estrés, frente a la desconfianza del establishment médico.
El médico ingirió una pócima que contenía la bacteria Helicobacter pylori, que él y Warren estaban seguros que causaba las úlceras. La teoría quedó demostrada cuando muy pronto Marshall cayó enfermó.
"Estaba ligeramente podrido", afirmó Marshall en rueda de prensa esta semana al recordar su experiencia. El hallazgo mostró que los enfermos de úlcera pueden curarse tras tratamiento con antibióticos.
Los Nobel, considerados los premios más prestigiosos del mundo en ciencia y literatura, se han otorgado desde 1901. Los de 2005 van aparejados con un premio de 10 millones de coronas suecas (aproximadamente un millón de euros) y dan a los premiados fama instantánea.
Robert Aumann, el profesor israelí que compartió este año el premio de economía por la teoría del juego con el estadunidense Thomas Schelling, aseguró que el dinero no es importante en sí mismo, ya que ninguna de las personas que había ganado lo necesitaba realmente.
Sin embargo, añadió, permite a los premiados promocionar su trabajo y el de la ciencia.
El de economía no fue uno de los cinco que Alfred Nobel, inventor de la dinamita, quiso crear, sino que fue añadido por el banco central sueco en 1969.
Los estudiosos estadunidenses han dominado ése y otros galardones en los últimos años, y 2005 no ha sido la excepción.
Dos de los tres físicos laureados, Roy Glauber y John Hall, son estadunidenses, mientras el tercero, Theodor Haensch, es alemán. El francés Yves Chauvin compartió con los científicos estadunidenses Robert Grubbs y Richard Schrock el galardón de química.
Por otra parte, la página electrónica española ABC informó: "encabezada por buena parte de la clase política y de la cultura, los presidentes de los comités internacionales de Cuba, Turquía, Chile y Albania, autores de renombre, estudiantes, cientos de ciudadanos portadores de antorchas y banderas, personalidades del mundo intelectual y de los sectores más progresistas del reino, expresaron en el más profundo de los silencios" su protesta contra la Academia Sueca.
De acuerdo con la corresponsal de ABC en Estocolmo, los inconformes "portaban carteles con textos en los que podía leerse 'El premio Nobel es político', 'Vergüenza cultural' y 'Medalla comunista'". La manifestación se realizó frente a la casa de la bolsa, sede de la academia.