Usted está aquí: martes 13 de diciembre de 2005 Política Madre de cubano preso en EU sigue lucha para que se atienda el caso

Pide enviar mensajes para que la CDH revise la situación de Antonio Guerrero

Madre de cubano preso en EU sigue lucha para que se atienda el caso

JOSE ANTONIO ROMAN

Por momentos la voz se le quiebra; por sus mejillas blancas resbalan pequeñas lágrimas que sus dedos intentan infructuosamente detener por debajo de los anteojos. Es Mirta Rodríguez, mujer de 73 años y madre de uno de los cinco cubanos presos desde 1998 en Estados Unidos, acusados de conspiración y espionaje, pero que en Cuba han sido declarados "héroes nacionales".

Dice tener una "mezcla de honor y dolor" cuando relata la historia de su hijo Antonio Guerrero Rodríguez, quien en 1992, con mentiras y verdades a medias, salió de la isla para infiltrarse en los grupos terroristas de Miami y alertar a Cuba sobre "actos violentos" orquestados contra el gobierno de la revolución. Seis años después, el 12 de septiembre de 1998, cuando Tony y sus otros cuatro compañeros fueron detenidos por la FBI, doña Mirta conoció finalmente la misión que cumplía su hijo en territorio estadunidense.

"Loca no me volví porque aquí estoy todavía, hablando con usted. Esa noticia me llenó de orgullo, en el sentido de que mi hijo era una persona tal como yo lo había criado, revolucionario, patriota, y además valiente; pero también tengo un enorme dolor de verlo preso injustamente", dice doña Mirta, quien hasta ese momento creía que eran otros los motivos de su descendiente para abandonar la patria.

Tras un juicio lleno de irregularidades, en el que fueron confinados en solitario e incomunicados durante 17 meses tras la aprehensión, los cinco cubanos recibieron sentencias "desmesuradas" que van de 15 años de prisión hasta dos cadenas perpetuas más 18 años. En mayo pasado, el Grupo de Trabajo sobre Detenciones Arbitrarias de la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas declaró que las detenciones tuvieron un carácter arbitrario y el juicio fue "ilegal", porque "no cumplió con la objetividad e imparcialidad requeridas".

El 9 de agosto pasado, en una decisión histórica, por unanimidad, tres jueces, luego de analizar el caso en la corte de apelaciones del undécimo circuito de Atlanta, determinó revocar las condenas y ordenar un nuevo juicio, con lo cual se reconoció el derecho de los cubanos a tener un proceso justo, en un lugar distinto al primero. Esta decisión implica la revocación de las penas y el desarrollo de un nuevo juicio.

Sin embargo, la fiscalía general de Estados Unidos apeló a la corte en un intento por dilatar el proceso, pidiendo que el caso sea revisado no por el panel original de los tres jueces, sino ahora por los 12 que integran el pleno. La corte de Atlanta aceptó la apelación y este 14 de diciembre la defensa y la fiscalía presentarán ante los jueces sus respectivos argumentos, y se prevé que en febrero se realice la siguiente audiencia.

Después de esto la Corte deberá decidir sobre la ratificación de la decisión de reponer el juicio, pero no tiene tiempo límite, por lo que puede pasar hasta un año o más.

Las detenciones de Antonio Guerrero Rodríguez, Fernando González Llort, Gerardo Hernández Nordelo, Ramón Labañino Salazar y René González Sehwerert se dieron en septiembre de 1998, tres meses después de que el Ministerio del Interior de Cuba, a petición del gobierno estadunidense, proporcionó a la FBI información detallada de "planes de acciones violentas" que se fraguaban en Miami. Aunque el informe no lo decía, resultaba obvio que la única manera de obtener esos datos era mediante la infiltración en estos grupos terroristas. Pero, la respuesta del gobierno de Estados Unidos, en lugar de proceder a detener a los verdaderos terroristas, fue aprehender a los cinco cubanos, a quienes la Asamblea Nacional del Poder Popular los declaró "héroes de la república", y hoy día cuelgan sus imágenes en los principales edificios públicos de la isla.

Doña Mirta, quien estuvo en el país para presentar en la reciente Feria Internacional del Libro, de Guadalajara, un compendio de poemas escritos en la cárcel por su hijo, visitó a éste en mayo pasado en prisión, luego de 15 meses de no hacerlo. Hoy, el sueño de verlo por segunda vez en un año puede hacerse realidad en las siguientes semanas, situación que la anima.

En entrevista con La Jornada, en la embajada de Cuba, denuncia, sin embargo, los tortuosos trámites y enormes obstáculos que se deben enfrentar para recibir la visa estadunidense y poder visitarlos. Incluso señaló que Adriana Pérez y Olga Salanueva, esposas de Gerardo y René, no han podido visitar a sus esposos en las cárceles.

De hecho, tras su sentencia, los cinco cubanos fueron trasladados a diferentes prisiones en los estados de Texas, Colorado, California, Florida y Wisconsin, y aunque dos de estas cárceles no son de alta seguridad, todos son tratados con ese carácter y las órdenes de su confinamiento y trato las dictan desde Washington, como cuando en febrero de 2003 fueron encerrados en solitario casi un mes.

En un esfuerzo más por promover la campaña internacional de denuncia y obtener la libertad de quienes, dice, también son sus hijos, doña Mirta pide redoblar la solidaridad y enviar cartas y correos electrónicos a la Comisión de Derechos Humanos en Ginebra, a través del mecanismo 1503, para que el caso sea atendido en el pleno.

El mecanismo 1503 es un procedimiento confidencial de la organización para examinar quejas individuales sobre violaciones de los derechos humanos, que podrán enviarse hasta el 15 de enero de 2006. La dirección es: Treaties and Commission Branch OHCHR-UNOG, 1211 Geneve 10, Switzerland, fax (4122) 917 9011; e-mail [email protected].

 
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