Una voz en el desierto
La ANUIES es una asociación no gubernamental que coliga actualmente a 144 instituciones de educación superior (IES) que, en conjunto, abarcan aproximadamente a 80 por ciento de la matrícula de licenciatura y posgrado del país. Hace ya varios años que la ANUIES, coordinada con las autoridades educativas, ha venido pugnando por un presupuesto para la educación pública superior y para la investigación, la ciencia y la tecnología, que sea racional y equilibrado.
Racional es un criterio que encierra una buena diversidad de propósitos deseables, según ha sido definido por los miembros de la asociación. En general tiene que ser suficiente y creciente. La educación superior se ha vuelto intensiva en capital, debido al acelerado desarrollo de las tecnologías, y sólo por ese motivo, la universidad pública requiere de un presupuesto creciente. Si además se demanda a las IES ser capaces de resolver gran número de problemas en todas las esferas de la vida (el mundo natural y el social), las IES requieren los recursos necesarios; si adicionalmente deben alcanzar una cobertura cada vez mayor, lo cual en la era del conocimiento y la información es ineludible, más aún en un país con un muy bajo índice de escolaridad de su población económicamente activa, más recursos son también ineludibles.
Equilibrado quiere decir justicia y trato desigual para las IES. No se trata de asignar, por ejemplo, un presupuesto igual por alumno. Las IES tienen que alcanzar niveles de calidad análogos. En algunos casos es necesario dar algo más al que más lo necesita, dados sus rezagos. Existen muchas brechas entre las IES del país, y es indispensable cerrarlas a efecto de que todas posean índices de eficiencia y de calidad similares. Pero también debe darse más a quien tiene cada vez mejores rendimientos en sus tareas, no como premio por ser mejores, sino porque el aumento de calidad de una institución le exige mejores laboratorios, mejores talleres, sistemas más avanzados de intercomunicación electrónica y mucho más.
Por supuesto, la eficiencia y la transparencia en el uso de los recursos y en los resultados sustantivos que debe entregar a la sociedad, deben estar bajo escrutinio de instituciones ad hoc, con el propósito de que la entrega de mayores recursos se corresponda con una evaluación rigurosa.
COPAES, organismos certificadores (existen 17 o 18), CIEES, auditorías, PIFI, PIFOP, PROMEP, y algunos más, se ocupan, bajo modalidades y propósitos diversos, de evaluar a las IES. No incluyo los nombres que están detrás de esas siglas porque por sí mismos no dicen mucho, y no tengo espacio para explicar en qué consiste el trabajo de cada organismo.
Se puede hablar ya de un sistema de evaluación de la educación superior, aunque parece necesario ahora evaluar al sistema de evaluación, a fin de actualizarlo y perfeccionarlo.
La racionalidad y el equilibrio referidos son parte del conjunto de criterios que utilizaron las IES públicas para formular su "paquete presupuestal" 2006. Tras un largo camino sus miembros se pusieron de acuerdo en un monto global y en una forma específica de distribución entre los mismos.
La ANUIES propuso un aumento racional y realista, de acuerdo con sus necesidades, de algo más de 11 mil millones de pesos sobre el ejercido en 2005.
La Cámara de Diputados, sin tener la más remota idea de los miles de programas académicos y de gestión que estaban detrás de su propuesta, parió un engendro que tiene detrás criterios exclusivamente políticos: haciendo las cuentas en votos en este año electoral, redujo prácticamente a la mitad la propuesta de ANUIES y luego la distribuyó en la que por la forma es una distribución absolutamente arbitraria, pero que, por supuesto, tiene su propia racionalidad. No una racionalidad acorde con la materia de que se trata (la educación superior), sino con la racionalidad del mercado político. Las universidades no dan votos: se dice que en ello coincidían PRI y PAN. Puede ser; pero dan profesionales, maestros y doctores, y generan conocimiento y los distribuyen socialmente. Sirven al país.
Muchas universidades recibieron montos de incremento inferiores al uno por ciento, algunas otras recibieron "aumentos negativos", y unas pocas grandes aumentos. De otra parte, hay que decir que si el presupuesto de educación superior hubiera sido el que envió Fox, el drama para las IES hubiera sido sustancialmente mayor. El año anterior ocurrió lo mismo con la distribución y el presupuesto lo impusieron el PRD y el PRI. Esta vez el PRD fue hecho a un lado, y el presupuesto lo impusieron el PRI y el PAN.
Imagino que los analistas de la política y los políticos mismos que pudieran estar leyendo esta nota, bien pueden estar esbozando una sonrisa, por su aspecto de ingenuidad infantil: mire usted -acaso me dirían, piadosamente- tiene frente a sí a unos políticos que hablan entre sí políticamente y, ¡oh Perogrullo!, toman decisiones políticas.
La ANUIES, otra vez, fue una voz en el desierto. ¡Qué bonito!