Usted está aquí: martes 13 de diciembre de 2005 Opinión MEXICO SA

MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

Crecimiento insatisfactorio pero no habrá crisis, según Gil Díaz

El secretario augura estabilidad, como hizo Gurría al finalizar el sexenio zedillista

TAL VEZ POR CANSANCIO, aburrimiento o espíritu navideño, pero finalmente el secretario de Hacienda reconoció lo que desde muy temprano en este 2005, que ahora se agota, todo el mundo sabía: que la economía mexicana no avanzaría según lo proyectado y que por cuarta ocasión en el quinquenio foxista ni fu ni fa (más fa que fu, de hecho).

ANTE LA PRECOZ evidencia de que el comportamiento económico del país en 2005 no correspondía al siempre maravilloso discurso oficial, el secretario Francisco Gil Díaz tomó una sabia decisión: la realidad miente.

POR ELLO, A LO largo de este quinto año del "cambio" el ex director de Avantel se aferró a la estimación original -elaborada por él y avalada en Los Pinos- de que el producto interno bruto mexicano crecería 3.8 por ciento en 2005.

NO FUE ASI, como no lo ha sido a lo largo del gobierno foxista. De hecho, hasta en lo que ellos califican de "temporada de vacas gordas" el pronóstico oficial falló: en el cuarto año de gobierno dicha predicción fue de 3.1 por ciento, cuando en realidad el PIB avanzó 4.4 por ciento. Ni en las buenas, pues.

ORGANISMOS FINANCIEROS internacionales, regionales y nacionales (en los que el gobierno del "cambio" confía ciegamente, siempre y cuando digan cosas buenas de él), instituciones del sector privado mexicano, académicos, analistas y sobre todo la población -que es la que físicamente padece la realidad del modelito económico- coincidieron a lo largo del año, y en igualdad de recortes, que la tasa de crecimiento a la que se aferraba el inquilino de Los Pinos y su secretario de Hacienda (o al revés) no se alcanzaría.

EN CINCO AÑOS de gobierno -por llamarlo de alguna manera- los genios de la Secretaría de Hacienda no han dado una en lo que a proyección económica se refiere. De entrada, recularon con aquello de 7 por ciento, para fijar en 4.5 por ciento la tasa de crecimiento del PIB en 2001. La realidad fue una caída de 0.3 por ciento.

CONCLUYO EL "AÑO de aprendizaje" (Fox dixit) y llegó 2002, en el que la pujanza económica sería ostentosa, de acuerdo con los del "cambio". Para tal efecto la Secretaría de Hacienda estimó una tasa de crecimiento económico de 1.7 por ciento, pero tampoco: en realidad fue de 0.9 por ciento.

QUE EN 2003 sí le atinarían, y por ello proyectaron un avance del PIB de 3 por ciento ("ahora sí vamos a cosechar lo sembrado", presumía el inquilino de Los Pinos) Y sí, lo cosecharon: 1.2 por ciento, para concretar una vergonzosa tasa anual promedio de "crecimiento" económico en el primer trienio del "cambio" de 0.6 por ciento, proporción no registrada desde que empezó el periodo de "reformas estructurales" en el país (léase el sexenio de la "renovación moral").

TEMEROSOS, PARA 2004 calcularon que el producto interno bruto se incrementaría 3.1 por ciento. Pues no, eso de la proyección no se les da porque se encontraron un garbanzo de a kilo, el único del sexenio: 4.4 por ciento de crecimiento económico.

PARA ESTE 2005 que ya se gastó, como el discurso oficial y el país de las maravillas, estimaron y se aferraron al 3.8 por ciento. Los resultados del primer trimestre fueron por demás desagradables, y en lugar de tomar las medidas conducentes se limitaron a ratificar su cálculo. "En el segundo trimestre nos recuperamos", pero no, no fue suficiente.

DESDE TEMPRANO, el Banco de México recortó su estimación, en línea con el Fondo Monetario Internacional, el Banco Mundial, la Comisión Económica para América Latina, las instituciones del sector privado, los académicos, analistas y conexos. Lo volvieron a hacer al concluir el primer semestre de 2005, pero que no, decía Hacienda y reiteraban en Los Pinos, que será de 3.8 por ciento, a pesar de que el "matiz" del 3.5 por ciento comenzó a circular.

ESA ERA LA UNICA estimación válida, hasta ayer, cuando Francisco Gil Díaz admitió -a poco menos de tres semanas que concluya el quinto de la temporada- que la tasa de "incremento" del PIB en 2005 será, si bien van las cosas, de 3 por ciento, pero sin dejar de presumir su estable "tesoro" macroeconómico sin crecimiento, ni desarrollo sin alcance social.

AUN ASI, NO hay que ser tan estrictos, porque ya lo explicó perfectamente bien el secretario Gil Díaz: "México ha tenido en 2005 un crecimiento insuficiente e insatisfactorio", pero no por culpa de ellos, sino por la "falta de reformas estructurales", justo en un país que llevó cuatro gobiernos al hilo "reformando" lo que se mueva.

NO HAN DADO una en lo que a crecimiento económico se refiere, pero eso sí -muy al estilo del flamante secretario general de la OCDE, José Angel Gurría, quien al final del sexenio zedillista auguraba cinco lustros de continuidad- el secretario Gil Díaz ya presume que "habrá estabilidad económica en los siguientes 20 años", que México "no enfrentará una crisis sexenal el próximo año" y que "no es lo que yo diga, si no cómo los actores perciben a la economía el próximo año y en los siguientes; es una economía que muestra crecimiento y estabilidad".

HABRA QUE CONOCER la opinión de quienes tendrán que soportar otros 20 años de "estabilidad económica" al estilo Fox y su gabinetazo, y lo más seguro es que no coincidan, ni lejanamente, con la muy particular visión de los prohombres del "cambio", quienes con el "crecimiento" económico de 2005 ya pueden presumir una tasa promedio anual cercana al 2 por ciento, cuando mucho.

Las rebanadas del pastel:

ALABADA SEA LA Constitución: al capellán Manuel Espino "le parece inconcebible que un maestro de escuela pública no pueda orar con sus alumnos en el patio o que la ley siga prohibiendo las expresiones religiosas públicas a un pueblo tan religioso como -define- el mexicano"... "Tengo mis mocherías", reconoce, pero ¿entenderá qué es el progreso científico, luchar contra la ignorancia y sus efectos, las servidumbres, los fanatismos y los prejuicios? ¿Y aquello de que la educación pública deber ser laica y, por tanto, ajena a cualquier doctrina religiosa?... Cortados por la misma tijera que en la Secretaría de Hacienda, los integrantes del IFE se niegan a reconocer el fracaso del llamado voto de los mexicanos en el extranjero; de 4.2 millones de potenciales votantes, sólo se han registrado 3 mil 690 solicitudes, y aseguran que el programa va de maravilla.

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