Entrevista con La Jornada desde el Reclusorio Norte
La prueba en mi contra es un boletín de la PGR: Valdés
El 22 de diciembre o en una fecha cercana se realizará el careo del editor Fernando Valdés, preso desde hace cuatro meses en el Reclusorio Norte, y Graciela Rincón, autora del libro Gader de caligrafía, quien lo acusa de especulación comercial e incumplimiento de contrato.
El director de la editorial Plaza y Valdés informó a La Jornada que sus abogados impugnaron el auto de formal prisión, pero el tribunal no lo aceptó, por lo cual prosigue el desahogo de pruebas.
Vía telefónica desde la prisión, Valdés reiteró que se encuentra encarcelado, acusado de piratería de libros, y que la prueba "de facto" es el boletín 894/05 expedido por la Procuraduría General de la República (PGR) el 9 de agosto, en el que se informa el aseguramiento de 3 mil 157 ejemplares apócrifos de libro.
El documento agrega: "con acciones como ésta, la PGR reitera su compromiso de combatir a los delitos de contrabando y piratería."
El editor asegura que aunque las pruebas se desvanecieron y se comprobó que los mencionados libros no eran falsos, "se trató de un acto arbitrario: la PGR no debió haberme detenido; acusarme de piratería fue la causa de mi detención".
Con estos argumentos, agregó que no se le debería aplicar el artículo 424 bis de la Ley Federal de Derechos de Autor, "porque éste ataca la piratería, no la especulación comercial, que sería, en todo caso, el motivo del litigio. Por haber supuestamente infringido ese artículo estoy aquí".
El mencionado apartado señala que se impondrá prisión de tres meses a 10 años y de 2 mil a 20 mil días de salario mínimo de multa "a quien produzca, reproduzca, introduzca al país, almacene, transporte, distribuya, venda o arriende copias de obras, fonogramas, videogramas o libros protegidos por la Ley Federal de Derechos de Autor en forma dolosa, con el fin de especulación comercial y sin la autorización que en los términos de la citada ley deba otorgar el titular de los derechos".
Valdés informó que existe un peritaje contable con el que se comprueba que no hizo más de 10 mil libros Gader de caligrafía, de los cuales "se vendieron 7 mil 472", afirma.
"Editar esos libros no fue un negocio, fue una pérdida enorme de dinero para la editorial. Pretendía hacer una gran campaña de promoción; inclusive, editar 100 mil ejemplares, pero no hubo la gran demanda del público."