Cientos de melómanos acudieron al segundo encuentro convocado por esas empresas
Enfrentan disqueras independientes piratería y trato como trasnacionales
Proponen establecer distribuidora única de sus discos para suavizar trabajo y costos
Durante el fin de semana se realizó un foro, venta y baile en el Museo Anahuacalli
Ampliar la imagen Participaron unas veinte compa� discogr�cas FOTO Roberto Garc�Ortiz Foto: Roberto Garc�Ortiz
Varios cientos de melómanos se dieron cita el fin de semana en el Festival de las Disqueras Independientes que, por segundo año, se efectuó en el Museo Anahuacalli, en Coyoacán.
La música fue el ingrediente principal del ágape, que congregó a una veintena de disqueras que expenden obra mayormente desdeñada por los grandes sellos -trasnacionales principalmente-, pues consideran que no será del agrado de sus escuchas, acostumbrados a las creaciones de consumo y de poca calidad -habida cuenta, desde luego, de unas distinguidas excepciones- que venden.
Las independientes, como se sabe, realizan un trabajo rayando en lo heroico. Así se expuso en el foro sabatino -antecedente del guateque dominical- en el que varios empresarios de este género relataron las penurias que se pasan para operar, aunque también, como lo dijo Antonio Rotuno, es un poco de culpa de ellas pues, señaló, quieren trabajar como si fueran una grande en pequeño.
Añadió que por otra parte las independientes han visualizado nuevas formas de difusión, pero se topan con muros como algunos medios de comunicación, incluidos los que se especializan en música, que únicamente cubren lo relativo a artistas prominentes, de moda y los demás son soslayados.
Cambiante y salvaje mercado
Francisco Serrano, coordinador del Auditorio Nacional, por su parte, señaló que muchos grupos y cantantes han muerto de inanición por lo salvaje del mercado, altamente cambiante, y que el mayor reto que tienen las independientes es el de no desaparecer, pues hay calidad.
Abundó que se considera un éxito si se venden 25 mil copias en un mercado potencial de 20 millones e informó que los artistas, algunas veces, cuando se presentan en vivo, tienen que poner de su parte, además de que ahora es muy difícil hacer salir de su casa a las personas. Citó el ejemplo de que en 1987 el español Miguel Ríos metió 45 mil personas en la Plaza México; hoy, agregó, los empresarios pensarían dos veces antes de presentarlo en un teatro de capacidad media.
La piratería también pega duro y de frente a los independientes y un espontáneo escucha saltó de su asiento para proponer que antes de que los de garfio y ojo parchado hagan su aparición mejor se les den copias para que las vendan.
Dorio Ferreira, de la disquera Río, dijo que a pesar de que hay mayor creatividad entre las independientes, el problema es que en los almacenes se les da trato de trasnacionales; tienen que dejar los discos a consignación. Propuso que se establezca una distribuidora única para suavizar el trabajo y los costos.
Pacho, músico que goza por ahora de un receso, pues es el director de la Casa del Lago de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), dijo que hay que buscar nuevas formas de organización horizontal.
En su intervención, Lourdes Acevedo, del Fondo Nacional para la Cultura y las Artes, señaló que se ha establecido un fondo mixto desarrollado en el programa de cultura para los jóvenes intérpretes de música electrónica y que se han programado giras nacionales en las que se han apuntado ya grupos de Guadalajara y de Tamaulipas.
Rotuno, quien es también músico, relató que en Ciudad Victoria, donde reside, su trío La Función de Repulsa, que en su repertorio incluye música experimental y que cuenta ya con tres compactos, tiene más aceptación en plazas como Tampico y Matamoros, aunque reconoció que en Tamaulipas, en general, hay un buen movimiento de grupos.
Domingo de mojigangas
Ya para el domingo ante las miradas severas de mojigangas que personificaban a Frida Kahlo, un diablo y una calaca, el respetable le entró de lleno al zapateado en la amplia tarima colocada en la explanada frente al pétreo recinto, y escuchó las rolas, llamadas canciones del trovador Guty Cárdenas, a cargo del quinteto Juglares, venido desde la capital peninsular. El baile, rematado por una danzoneada y juegos pirotécnicos previos, como le gustaba al célebre ocupante original de la imponente construcción, el genial Diego Rivera -quien también tuvo su monigote-, que le dieron colorido al cosmos, incluyó a grupos como Leones de la Sierra de Xichu; Voz en Punto, quinteto de espléndidas voces.
También estuvo Jugosos Dividendos, agrupación sui generis formada en Jalapa, que interpreta, y bien, lo que llaman el latin fusion, musicalizan relatos de Jaime Sabines a ritmo de son; de Juan José Arreola, en expresión de lo que le llaman el nuevo canto veracruzano, tocan a Lara y le dan originalmente a los éxitos de las grandes bandas. Fue su primera presentación aquí, en el Distrito Federal, y afirmaron que no buscan el éxito televisivo y que por el dinero ni se preocupan, ya que por el momento no hay. Su siguiente aparición será en la Normal Veracruzana el sábado que viene.