ASTILLERO
Tregua envenenada
Veda sin límites ni sanciones
Silencio en tiempos clave
Hibernación presidencial
EL IFE CAYO en su propia trampa. Buscando favorecer con una extravagante tregua a las gerencias de publicidad de los medios televisivos, para que así pudieran aprovechar a plenitud la derrama comercial de temporada (liberados de la carga partidista, que podrá ser acomodada en los meses de sequía comercial posteriores a la etapa Lupe-Reyes), los consejeros bonsai y su presidente ugaldito decretaron una presunta veda que no estableció límites, ni piezas específicas a proteger ni -lo peor de todo- sanciones reales y cumplideras a los infractores, que ni siquiera eso acabarían siendo.
LOS NIÑOS IFE han quedado así expuestos al juego de marrullerías de ligas mayores al que por propia voluntad se arriesgaron. López Obrador se ha rendido de manera engañosa ante las órdenes sin fuerza coercitiva de los miniconsejeros, cumpliendo las instrucciones prescindibles de una institución a la que más delante cobrará, en temas importantes, la obediencia ladina de hoy: las futuras infracciones que cometa la candidatura Al Biento alegarán en su defensa que un diciembre de confusiones el buen tabasqueño aceptó una tregua injusta e imprecisa, pero que no volverá a atender esas jugarretas mal hechas de quienes así pretendieron "bajarlo" de sus índices de popularidad, prohibiéndole hacer su campaña a ras de tierra, sin gasto de publicidad televisiva. Felipe Calderón, por su parte, ha asumido tibiamente el rol transgresor que en otras circunstancias se supone que desempeñaría Andrés Manuel: ha ido a reuniones y ha hablado en términos que romperían los límites impuestos, ganando así con las uñas algunos beneficios mediáticos que en su condición de medianía mucho favor le hacen. Y el huerfanito de la Lotería, el retrasado Robertico (retrasado en términos de atraso, es decir, de ir atrás), preparando sesudas estrategias jurídicas para denunciar a los niños mal portados y así aspirar a aparecer por exclusión en el tablero de las medallas de honor en conducta, además de demostrar a los profesores del instituto que él puede entramparlos mediante guerritas leguleyas de desgaste.
PERO HAY UN oscuro ámbito de beneficio al que un astillado acomodador de cine desea arrojar el haz de luz de su lamparita de mano marca Diógenes: la tal tregua creó un vacío declarativo de los candidatos presidenciales justamente en el tramo final de un extraño intento de asonada legislativa, que en varios movimientos a la vez, y pretendiendo que el ruido de cada cual hiciera ininteligibles o menos atendibles los de los demás, pretendía enviar a los mexicanos al receso navideño y de año nuevo con una nueva conformación del poder político, específicamente con un presidencialismo recortado en ámbitos estratégicos, y con funcionarios transexenales nombrados por quien no es capaz de organizar ni siquiera el presente, pero ahora sería usado como designador ventrílocuo para dejar sembrados cerrojos y mandos clave a contrapelo de quien ganara las próximas elecciones. De haber triunfado el calendario de reformas legislativas echado a andar por alguna mente más brillante que la que formalmente gobierna, en estos días de escándalo nacional estaría prohibido que los candidatos o, dicho con más precisión, el candidato más afectado o más naturalmente reactivo a esas modificaciones, hicieran o hiciera las declaraciones, movilizaciones o actos que a su interés convinieran. De hecho, ese mismo aspirante presidencial con dedicatoria no puede hoy abordar de manera directa y oportuna el vergonzoso caso de la cereza del coctel de negociaciones hechas entre PRI y PAN, el de las exoneraciones mutuas de Montielitos y Sahaguncitos, porque el filo sin filo de la navaja arreglada del IFE está presto para armar escándalo a cualquiera que haga ruido en la temporada de consagraciones que los jefes de la iglesia del silencio oportuno quisieron imponer.
SEA COMO SEA el asunto, la pareja presidencial se retira a sus aposentos rancheros a descansar. Ya el gran Vicente petrolero ha anunciado a organizadores de chiquihuitazos y a algún otro tipo de oportunos suplantadores de autoridad para que, de tenerlo a bien, hagan lo que les dé la gana del 19 del presente al 2 de enero próximo, pues él se dedicará a invernar (es decir, pasar el invierno en un lugar, cosa muy diferente de hibernar, situación ésta que se produce cuando a causa de terribles fríos hay una disminución general de las funciones presid..., perdón, metabólicas. Los diccionarios dicen que esa hibernación sucede, naturalmente, durante la temporada invernal, pero los mexicanos pueden dar fe de que ese fenómeno puede durar hasta seis años ininterrumpidos). Aunque, ¡aguas!, el vocero invernal del presidente hibernal ha advertido a propios y extraños (más bien, a los extraños, pues los propios se la estarán pasando bien suave en el rancho familiar, gozando la última temporada navideña antes de que se les venga encima la Gran Depresión); Rubencito anunciaba, pues, que el Llanero Justiciero se aparecerá de vez en cuando, por sorpresa que seguramente será boletinada un día antes a los medios para que cubran el acto, en sitios donde preguntará a los paisanos (todo arreglado, desde luego) si nadie les cometió penaltis por el camino. La enchocolatada señora esposa del señor esposo, en tanto, expresaba ayer, por la ayuda legislativa dada a sus hijitos empresarios, el más cumplido beneplácito (el buen plácito: dominical poeta nacido en España y nacionalizado mexicano, que escribió el gran libro de rimas Los tres tenores, a dúo de ambos cuatro con Luciano Pavarotti y José Carreras).
Y, MIENTRAS EN Los Pinos se enteran de que la UNESCO decidió reconocer este año a Hugo Chávez con el Premio Internacional José Martí, por su tarea en pro de la unidad e integración de los latinoamericanos, ¡hasta mañana, en esta columna que también sabe hibernar!
* Fax: 5605-2099 * [email protected] *