En el festival se presentaron dos videos documentales sobre la gastronomía estatal
Michoacán realizó la segunda reunión de sus cocineras tradicionales
La gastronomía es una manifestación cultural que nos habla del orden social de un pueblo, de la longevidad y trascendencia de su raíz cultural, las dinámicas de convivencia comunitaria, la capacidad de compartir y procurar el bien del otro, la riqueza en la diversidad de sus recursos naturales, las jerarquías en la repartición del trabajo e inclusive las concepciones cosmogónicas. El carácter poliédrico de la gastronomía permite aventurar un cuestionamiento: ¿existe mejor forma de conocer a un pueblo que no sea a través de su cocina tradicional? El segundo Encuentro de Cocineras Tradicionales de Michoacán que se realizó en Pátzcuaro y Tzurumutaro, Michoacán, del 2 al 4 de diciembre, fue una tentativa de respuesta a este cuestionamiento y ofreció la oportunidad a propios y extraños de recordar el significado de comer en colectivo, de comulgar en un mismo sabor que se multiplica en infinitas variantes según el paladar de cada individuo.
Esta fiesta plena de color, aromas y sabores, fue resultado del esfuerzo que sumaron diversas instituciones como las secretarías de Turismo federal y estatal, la Coordinación de Patrimonio Cultural, Desarrollo y Turismo del Consejo Nacional para la Cultura y las Artes (CNCA), la Secretaría de Cultura estatal y la presidencia municipal de Pátzcuaro, Michoacán.
Festejo de la gula
Este segundo encuentro comenzó el 2 de diciembre con una serie de talleres de capacitación encaminados a que las cocineras logren adaptar la tradición gastronómica milenaria a la modernidad, abordando temas como el manejo higiénico de los alimentos y métodos de conservación, la cocina tradicional como negocio familiar y relatos de cocineras con tradición, en este último se procuró que las cocineras intercambiaran sus experiencias con el objetivo de que crearan conciencia sobre la importancia de registrar y documentar su tradición.
El sábado 3 comenzó el festín de la gula que se ejerció sin cargos morales, y por el contrario, con el deleite de haber sido muchos los que nos abandonamos a este pecado de origen femenino.
La muestra gastronómica en el Antiguo Colegio Jesuita de Pátzcuaro, Michoacán, permitió que las glándulas salivales comenzaran a trabajar con los platillos tradicionales de la Meseta Purépecha, la Cañada de los 11 pueblos, la Zona Lacustre, la Zona de la Costa y el Oriente de la Tierra Caliente Michoacana. En esta sede se realizó el concurso en las categorías de mejor puesto, mejor platillo y mejor platillo de rescate.
En el Centro Gastronómico de Tzurumutaro, tenencia de Pátzcuaro, se exhibieron los platillos de merienda, mismos que concursaron en las categorías de mejor atole, mejor pan y mejor tamal.
Más de 50 cocineras hicieron del Antiguo Colegio Jesuita una sola nube de humo en el que los olores se mezclaban con el desencanto de no haber recibido de la UNESCO la declaratoria de patrimonio mundial para la comida tradicional mexicana.
La promiscuidad de las papilas gustativas se acentúo con los platillos más típicos de la meseta purépecha; los charales capeados; el churipo, que es un caldo de res acompañado de corundas naturales; la atapakua, guiso para las carnes espesado con masa; la shandukata, variante de atapakua que sustituye la carne por vegetales, principalmente en la comunidad de San Lorenzo; el pescado blanco rebozado, que es la forma más recurrente de preparar este pez único en el mundo; los huchepos, tamales de elote tierno que se acompañan con crema y queso fresco, además de las corundas de maíz envueltas en hoja de milpa o plátano.
Todos esos secretos que hay detrás del acto del comer se develaron a través de los videos documentales, Cocineras michoacanas y La cocina michoacana, el primero producido por la Secretaria de Turismo del Estado y el segundo presentado por el Sistema Michoacano de Radio y Televisión.