El fantasma de Fox acompaña al vocero del arzobispado
"Tengo que cuidar que no pongan cuernos al cardenal"
Gracias a Dios aún no estoy adentro, bromea Rivera ante internos que acudieron a una misa en Santa Marta Acatitla
Ampliar la imagen El cardenal Norberto Rivera Carrera (a la derecha) convive con presos en el penal de Santa Marta Acatitla FOTO Jes�llaseca Foto: Jes�llaseca
Medio en broma, medio en serio, el responsable de coordinar a los medios de comunicación por parte del Arzobispado de México, Carlos Villa Ruiz, no se aguantó y le brincó el fantasma del presidente Vicente Fox: "Tengo que cuidarlo para que no le pongan cuernos", dijo en el momento en que el cardenal Norberto Rivera Carrera llegaba a la misa que ofició ante un millar de internos en el auditorio del penal de Santa Marta Acatitla.
Cierto, no hubo cuernos para el arzobispo primado de la ciudad de México, pero su osadía de subirse a las gradas a repartir comida chatarra a los internos provocó pequeños tumultos y casi le cuesta una caída. "Hey, hey, calmados, calmados", gritaban los custodios cuando vieron que varios internos literalmente le arrebataban las bolsas con dulces, galletas y frituras.
Un millar de hombres presos en este penal, en su mayoría jóvenes, participaron en una misa amenizada con cantos de un coro improvisado por los propios reclusos, quienes eran dirigidos por Sergio López, encargado de la cultura del penal. La celebración transcurrió entre manifestaciones de esperanza de libertad y bromas del cardenal, quien dijo que gracias a Dios "todavía no está adentro".
Con todo el apoyo logístico de la Dirección General de Prevención y Readaptación Social del Gobierno del Distrito Federal, el cardenal Norberto Rivera celebró una misa con internos sentenciados por delitos menores del fuero común y de baja peligrosidad.
Rodeado por imágenes de la Virgen de Guadalupe, patrona del penal, al arzobispo se le vio contento, conversador, y así lo hizo saber a los reclusos con condenas a penas que van de los cinco a los 10 años de cárcel. "Muchachos, de verdad me da mucho gusto estar aquí con ustedes, y me da mucho gusto también escuchar sus cantos de entusiasmo, escuchar sus plegarias nacidas del corazón; pero creo que en algunos momentos ustedes experimentan lo mismo que el pueblo de Israel, sienten que Dios, que les ha dicho que los ama, que los quiere, como que los ha abandonado..."
Pide crer en Dios, "aunque muchos se pregunten dónde está"
En la celebración eucarística de fin de año, el cardenal intentó mitigar "el sufrimiento" de los que padecen la cárcel; sobre todo les pidió creer en Dios, porque "sigue dándonos señales de que él está presente", aunque reconoció que muchos de los internos en el penal de Santa Marta Acatitla se preguntan dónde está Dios.
"Quizás muchos de ustedes hayan recibido señales (de Dios) personales, además de las señales comunitarias; muchos de ustedes se preguntan: "y esa gente que ni es de mi familia, por qué viene y se interesa por mí. Por qué esta autoridad me ha dado señales de que le intereso, de que soy importante, por qué aquellos que están cuidándonos, los de la seguridad, también tienen atenciones que muchas veces ni siquiera esperaba... Es Dios quien todos los días se hace presente en nuestro caminar", les dijo el arzobispo en un intento por fortalecer su religiosidad.
El cardenal Rivera pidió a los internos que "fortalezcan ese anhelo de libertad interior", y que "vayan viendo las condiciones para que la libertad exterior se dé lo más pronto posible".
Al final insistió en que reconocía que muchos de los 2 mil 600 internos del penal varonil de Santa Marta Acatitla se desesperan porque no ven claro su futuro de vida, y bromeó con que la única diferencia entre el interno y el arzobispo es que aún "no nos han pescado", y les dijo que espera que pronto salgan de las rejas y que a otros pillos "que están ahí afuera" también se los traigan para Santa Marta Acatitla.