Fuentes del organismo dicen que de junio a la fecha la disminución es de 50 por ciento
Cae rendimiento de la Corte desde que las sesiones de pleno se difunden por tv
A partir de que en junio pasado la Suprema Corte de Justicia de la Nación inició la transmisión por televisión e Internet de sus sesiones de pleno, su productividad se ha reducido sensiblemente, so pretexto de que, ahora sí, en todo asunto que se revisa cada ministro debe fijar ante la pantalla su postura sobre determinado tema y a que debe discutirse punto por punto la resolución.
Ministros consultados reconocen la necesidad de modificar este sistema de trabajo en el pleno, porque la Corte ha dejado de resolver asuntos trascendentales por falta de tiempo, mientras en las salas hay sesiones en las que el promedio de casos es de 50, aunque el "máximo histórico" se alcanzó en la última sesión de la primera sala este año, en la que fueron más de 130 los casos resueltos en un día.
Esta celeridad en las salas contrasta con el trabajo en el pleno, donde las tres horas de pantalla asignadas a la Corte -sólo en casos excepcionales la sesión ha continuado más allá de las 14 horas- es insuficiente y se traduce en que en algunas ocasiones una resolución tarde hasta dos semanas.
Al rendir su reciente informe de labores, el ministro presidente Mariano Azuela Güitrón justificó este método de trabajo al señalar: "la labor del pleno se ha centrado más en la calidad que en la cantidad".
A diferencia de años anteriores, en los que el informe del presidente de la Corte precisaba el número de asuntos recibidos y resueltos en salas y el pleno, en esta ocasión Azuela se limitó a los casos resueltos en las dos salas del máximo tribunal, pero no dio cifra alguna sobre los asuntos del pleno.
En 2005 la Corte dictaminó 4 mil 735 expedientes, pero Azuela se limitó a señalar que las salas resolvieron 3 mil 847. Sin embargo, se le "olvidó" mencionar los 359 casos de pleno -cifra obtenida por La Jornada-, lo que da un gran total de 4 mil 206 asuntos resueltos en 2005; es decir, 529 menos que el año pasado.
El 16 de junio pasado, cuando la Corte inició las transmisiones por televisión de cable, Azuela calificó este hecho de trascendente porque "se cumple con fidelidad lo establecido en el párrafo cuarto del artículo 94 constitucional, de que las sesiones sean públicas", con lo que "cualquier interesado puede tener un conocimiento exacto no sólo de las resoluciones que se dictan, sino del debate que previamente se produce entre los integrantes de este cuerpo colegiado, pudiéndose corroborar la independencia, autonomía y libertad con la que se desempeñan".
Las cámaras dictan las reglas
Sin embargo, la Corte ha dejado de lado lo ordenado por el artículo 17 constitucional respecto de que la impartición de justicia debe ser pronta y expedita.
Antes los ministros discutían en sesiones privadas las cuestiones técnicas, lo que permitía avanzar en el caso, y sólo cuando había puntos de vista divergentes sobre el fondo de los asuntos las deliberaciones de fondo se hacían durante las sesiones públicas, lo que agilizaba no sólo los dictámenes, sino que además daba lugar a que las discusiones públicas se centraran en los puntos realmente importantes.
En cambio ahora, ante las cámaras de televisión y de Internet, los ministros discuten los casos desde el inicio; en ocasiones algunos llevan sus propios dictámenes -generalmente opuestos al que presenta el ministro ponente-, y en lugar de resumir los puntos esenciales deciden leer el documento completo "para que quede constancia" de su postura.
Además la mayoría aprovecha el tiempo en pantalla para fijar posturas y hacer comentarios sobre el asunto a discutir, sin importar si antes alguien dijo exactamente lo mismo.
Y aunque la sesión se transmite al mismo tiempo en televisión de paga e Internet; el manejo de cámaras, el receso de casi 15 minutos que se introdujo al filo de las 13 horas y las poses de algunos ministros van dirigidos fundamentalmente a la televisión. Es común que al acercarse las 14 horas los ministros estén más atentos al reloj que a su trabajo mismo, porque saben que del tiempo que queda dependerá si vale la pena intervenir ese día o dejarlo para después.
De acuerdo con fuentes consultadas, la productividad del pleno disminuyó más de 50 por ciento a partir de la transmisión de las sesiones, y cada vez lleva más tiempo el dictamen de los casos.
Un ejemplo de esta problemática fue la resolución del caso de la Cooperativa Pascual, la cual duró casi un mes desde que se inició la discusión hasta que se dictaminó; o bien, los amparos sobre las expropiaciones de los ingenios cañeros, en los cuales, a pesar de que hay proyectos elaborados desde hace meses, en los que se plantea la legalidad de la expropiación, será el año próximo cuando sean resueltos.