IFE: a promover el voto en el extranjero
Más vale tarde que nunca. Bienvenido el anuncio hecho por el consejero presidente del Instituto Federal Electoral (IFE), Luis Carlos Ugalde, de que se aplicarán 6 millones de dólares para promover el voto de los mexicanos que viven en el extranjero. Quizá los recursos financieros dados a conocer no sean suficientes, y no es lo mejor hacer las cosas de última hora, pero algo es algo, y es de reconocerse la decisión y el propósito del órgano responsable de los procesos electorales federales en nuestro país, pues una decisión histórica estaba corriendo el riesgo de perderse casi en el anonimato, ante la tenue promoción que venía realizando la autoridad electoral.
La reforma que otorgó a los mexicanos que residen en el extranjero su derecho al voto -que tantas discusiones generó y que concluyó con la valiente y visionaria aprobación de diputados y senadores de todos los partidos políticos- no fue casual y tampoco fue un regalo. Es fruto de las luchas cívicas justicieras que muchos mexicanos asentados en el extranjero han venido librando a lo largo de decenios. Sin embargo, la falta de promoción y difusión suficientes pudo haber dado al traste con esta medida tan trascendental.
Aunque para la próxima elección federal la cifra de electores que vayan a emitir su sufragio pudiera ser menor que la esperada, es evidente que el voto que emitirán los paisanos el 2 de julio del año entrante significará el primer paso de un proceso electoral que, por supuesto, habrá de irse perfeccionando.
No obstante lo anterior, la importancia del voto de los mexicanos en el extranjero radica, además, en el hecho irrefutable de la influencia que los nuestros ejercen sobre sus familiares que viven en el territorio nacional, mismos a los que sostienen, merced a los envíos de remesas que mensualmente realizan desde los lugares donde viven y trabajan. Seguramente que habrá votos para todos los candidatos que buscan la Presidencia de la República. Quienes consideren lo contrario se llevarán una sorpresa política.
Este nuevo derecho político representa un hito histórico en nuestro país, tanto como el otorgamiento del voto universal a la mujer en 1953, y el que permitió a los jóvenes de 18 años cumplidos votar en 1970. También en aquellos tiempos la participación de los nuevos votantes fue escasa, así que no hay por qué extrañarse.
Fruto también de largos y acalorados debates entre juristas, políticos, politólogos, periodistas y sociólogos, la aprobación del voto se debió, más que al impulso del Poder Ejecutivo, al reclamo de quienes fueron expulsados por un sistema económico incapaz de generar los empleos bien remunerados que el país ha venido requiriendo desde hace más de cien años, cuando se inició el flujo migratorio hacia Estados Unidos.
Lo que ha realizado el IFE hasta el momento en materia de promoción del voto en el extranjero apenas si se percibía, y lo más apremiante es que falta solamente un mes para que se cierre el periodo de inscripción en el padrón de electores de quienes residen allende nuestras fronteras. Por ello se reconoce el anuncio de hace dos días y se espera la promoción. Muchos de los líderes mexicanos que luchan cotidianamente, sobre todo en Estados Unidos, estaban un tanto decepcionados y hasta molestos por lo que consideraban una nula promoción en el extranjero. Los mensajes que se difunden en los medios nacionales deben continuar para que los familiares que viven acá comenten a los suyos que viven allá.
Siempre será positivo que el IFE invierta más recursos destinados a la difusión de este tema, a fin de divulgar con mayor amplitud en los medios masivos que transmiten en español, en las ciudades donde existen las más grandes concentraciones de mexicanos en el exterior. Por supuesto que deberá incluirse a periódicos, revistas, radio, televisión, volantes, encartes, anuncios espectaculares y publicidad en autobuses, taxis y metro.
El teletón recientemente patrocinado por el IFE para promover y transmitir por espacio de 21 horas durante un mismo día a través de la cadena Univisión fue muy bien recibido, pero ello tampoco basta. Hace falta promover todos los días y en todas las cadenas de habla hispana, por lo menos de aquí al 10 de enero próximo, cuidando tener una cobertura nacional por lo menos en Estados Unidos, aunque habría que buscar que quienes viven en Canadá, Centro y Sudamérica, Europa, Asia, Africa y Oceanía, también estén enterados y motivados. No debe escatimarse esfuerzo alguno para este propósito, pues se trata de una tarea política que también es educativa.
Si se han inscrito pocos mexicanos en el padrón respectivo, esa situación ha de tener de plácemes a quienes se opusieron a este derecho y hoy difunden un supuesto fracaso, que no debemos admitir y menos alentar. El aparente desinterés de los paisanos debe ser combatido precisamente con mejor promoción, pues debemos entender que sus prioridades son de índole económica y si no los motivamos a la participación cívica continuarán marginados. Si de por sí el voto de quienes viven fuera del país nació, metafóricamente, con fórceps, ante la oposición de quienes aun teniendo mentes lúcidas y brillantes en sus alegatos no apreciaron en justicia los derechos de quienes este año aportarán casi 20 mil millones de dólares a sus familiares que viven en el interior de la república, contribuyendo con ello a la estabilidad económica y social de nuestro país.
El presidente del IFE -quien durante varios años también fue residente de Estados Unidos- recientemente visitó, para estos efectos, algunas de las principales ciudades estadunidenses donde radican millones de mexicanos. Los dirigentes comunitarios tuvieron la oportunidad de dar a conocer quejas por demás atendibles. El IFE respondió con decisión: se inicia la promoción del voto en el extranjero.
Más vale tarde que nunca, pues todavía estamos a tiempo.