"Perdió el liderazgo que tenía en AL por unas migajas"
El Presidente alzó tarde la voz ante Washington: académicos
El que en estos momentos el presidente Vicente Fox alce el tono de voz para protestar por las nuevas medidas antinmigrantes adoptadas por Estados Unidos "no tiene mayor trascendencia, pues es demasiado tarde", aseguró el coordinador del área de derecho internacional de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), Pedro Labariega Villanueva.
Destacó que hasta los 70 millones de pesos que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) destinará en 2006 al cabildeo con sectores de Estados Unidos, en aras de alcanzar una reforma migratoria, se irán a la "basura, pues estamos al final del sexenio y lo que le interesa al gobierno de Washington es, una vez que estén las cosas más claras en materia política, ver con quién se tendrá que cabildear".
El también especialista en protocolo internacional de la UAM Azcapotzalco señaló que en materia migratoria este gobierno tiene poco qué hacer, pues en la relación bilateral con Estados Unidos el presidente Fox "sacrificó mucho por poco: nunca estableció una relación de fuerza, con una posición muy clara que hubiera garantizado un convenio migratorio de alto nivel".
En cambio, "arriesgó todo ante la comunidad internacional por apoyar proyectos como el Plan Puebla-Panamá y la iniciativa de las Américas, entre otros, e incluso perdió el liderazgo que tenía en Latinoamérica por recibir unas migajas. Así lo vimos en la Cumbre de América Latina y en la de Monterrey".
Consideró que el cabildeo que pretende realizar la SRE sería una "acción desafortunada, como las que a lo largo de esta gestión ha tenido su titular, Luis Ernesto Derbez, quien no tiene la ayuda del propio Presidente.
"Lo recomendable sería -agregó- que de aquí a que termine esta gestión, el gobierno tenga una actitud más de cautela que participativa en foros internacionales, pues no hemos visto que el presidente Fox pueda tener acciones muy sólidas y concretas, y menos el canciller. Por ello lo más sabio es que México se mantenga como está en este momento."
De acuerdo con Labariega, el gobierno mexicano no puede impugnar las nuevas leyes antinmigrantes ante alguna instancia internacional, debido a que Washington tiene "todo el derecho" de emitir las leyes que considere oportunas para garantizar la seguridad de su territorio.
"Lo que sí es reprobable -enfatizó- es que el gobierno de Washington en lugar de ver a México como un país amigo, lo vea como enemigo, como si tuviera la culpa de lo que sucede dentro de Estados Unidos."
El especialista explicó que aun cuando el presidente George W. Bush está consciente de que la inmigración es importante para su país, principalmente la mexicana, por los progresos que Estados Unidos ha tenido con ella a través de la historia, lo que busca con esas leyes, junto con el Congreso, es "ganar votos para los próximos años y (los republicanos) mantener ciertas canonjías".
Y si bien con esas medidas Estados Unidos atenta contra la cooperación internacional, el gobierno de Bush busca también, bajo el pretexto del combate al terrorismo, mantener el control en ciertos países donde ya no lo tiene, y ahora "trata de crear sus propias guerras para atemorizar a la comunidad internacional y seguir con presencia en las naciones donde consideran afectados sus intereses".
Pese a ello, vaticinó que Bush se irá quedando solo con esas actitudes, ya que el mundo sigue su propia inercia. Un ejemplo, dijo, son los resultados electorales en Bolivia, que muestran un panorama totalmente contrario a las predicciones políticas.
"Esto nos muestra que Estados Unidos está perdiendo esa capacidad de control que tenía, y tarde o temprano la propia sociedad de ese país le va a reprobar sus decisiones, pues la barata mano de obra latina va a seguir siendo la fortaleza de los estadunidenses, quienes están acostumbrados al confort y no al trabajo de fuerza dura que realizan los hispanos".
Advirtió que no por decreto se va a detener la contratación de mexicanos indocumentados, pues ante la perspectiva de una depresión en la economía estadunidense, los "propios legisladores van a ver de qué forma le dan la vuelta a estas leyes antinmigrantes".