Acostumbrado a una vida de lujos ha cimentado su fortuna en las maquiladoras
Kamel Nacif, de empresario ideal para Fox a invitado frecuente a fiestas de pederasta
Sospechan que la demanda contra Lydia es parte de la estrategia para liberar a Jean Succar
Dos letras de un metro de alto -KN- adornan las fachadas de las plantas textileras de Kamel Nacif Borge, empresario mexicano de familia libanesa. Hombre de gran talla, 69 años de edad, fumador empedernido de puros, es conocido y muy bienvenido en Las Vegas como un apostador ballena, uno de esos jugadores que los dueños de los grandes casinos adoran, ya que los ríos de dinero que suelen perder sirven para construir hoteles como el Ceasar´s Palace, paraíso de los ludópatas. Es buen amigo de uno de estos capos del juego en el estado de Nevada, Jack Binion, dueño del Shorseshoe Casino.
El observatorio estadunidense de casas de juego Gambling Research Information & Education Foundation liga ambos nombres, Binion y Nacif Borge, al lavado de dinero en un informe de abril de 2003.
Kamel Nacif es el hombre que demandó a la periodista cancunense Lydia Cacho por "difamación" debido a las referencias sobre su persona en el libro sobre el abuso sexual infantil a gran escala Los demonios del edén, siempre con referencia a declaraciones de terceros o de notas periodísticas, como amigo y protector el pederasta Succar Kuri, preso en Estados Unidos y sujeto a un proceso de extradición.
KN también es muy conocido por organizaciones como Corp Watch, Sweatshop Watch y el Centro de Apoyo al Trabajador, que monitorean las condiciones laborales de las maquiladoras y que ubican las fábricas de Kamel Nacif, desplegadas en Tlaxcala, Puebla, Chiapas y Quintana Roo, en el rango de los mayores explotadores de mano de obra, con salarios de hambre, nulas prestaciones e inclusive casos de abuso del trabajo infantil, según denuncias del Centro de Derechos Humanos de Tehuacán, Puebla.
Además, el señor Nacif es buen amigo de presidentes y gobernadores. Tuvo relaciones cercanas con el ex presidente Ernesto Zedillo, a quien visitó en Los Pinos en 1998 poco después de salir de la cárcel en Las Vegas por un conflicto de evasión fiscal. Pero con quien más se le ha visto en público ha sido con Vicente Fox y su señora, Marta Sahagún. Con ella sostiene una buena amistad, dadas sus aportaciones al proyecto Vamos México.
En su primer año de gobierno, Fox acudió a inaugurar el hotel JW Marriot "gran clase", propiedad de Nacif y otro paisano suyo, Isaac Saba. Y al año siguiente, abril de 2002, el conocido Rey de la mezclilla fue presentado como ejemplo del empresario ideal durante una visita de Fox a Chiapas. KN era dueño de Trans Textil Internacional (TTI), empresa que luego habría de declararse en quiebra y cambiar de nombre a Sprintex, para eludir deudas con proveedores y trabajadores. TTI abrió su planta en San Cristóbal de las Casas con 17 millones de pesos aportados por el programa federal Marcha al Desarrollo y el gobierno estatal de Pablo Salazar Mendiguchía.
En realidad no era una empresa nueva. La planta había cerrado meses antes en Acapulco, donde los trabajadores tomaron las instalaciones fabriles para protestar por falta de salarios y violaciones a las leyes laborales. TTI logró evadir sus obligaciones y el pago de indemnizaciones a sus empleados guerrerenses y salió en busca de nuevos horizontes, donde los trabajadores no fueran tan aguerridos, según consta en la indagación sobre esta empresa realizada el año pasado por el Centro de Investigaciones Económicas y Políticas de Acción Comunitaria (CIEPAC), de Chiapas.
Por eso Fox le daba la bienvenida, ese día de 2002, en la ciudad coleta:
-Que venga aquí Kamel, que deje el puro y nos dirija unas palabras -lo invitaba al templete.
-¡Pero qué malo es! -remoloneaba al industrial. Y accedió:
-Agradezco a todos, al señor Presidente, a su señora esposa, al señor gobernador, por esta inauguración y ojalá hagamos otra.
Quizá Florinda Martínez, una ex obrera de Nacif, no celebró esas palabras como los grandes personajes que aplaudieron a Kamel ese día.
CIEPAC publicó el testimonio de esta obrera chiapaneca sobre su experiencia en Sprintex. Florinda laboró ahí año y medio. Durante un semestre permaneció como "becaria" para "capacitarse", con una paga de 600 pesos quincenales y cargas de trabajo mayores que las normales. Al cabo de ese periodo le dieron plaza, seguro social y un salario de mil 100 pesos quincenales. Los turnos laborales eran largos, ya que solían exigirles horas extras, mismas que les pagaban hasta seis meses después sin ningún control por parte de las empleadas. Se embarazó mientras realizaba ese empleo y debido a las malas condiciones laborales su bebé nació enfermo y murió a los 14 días. No recibió ninguna indemnización por parte de la empresa.
Según CIEPAC, TTI no es más que una pieza del complejo industrial Tarrant Apparel Group, que cuenta con siete maquiladoras y una planta productora de mezclilla en Puebla. Las historias de abuso laboral, en las que los trabajadores viven condiciones peores que las famosas sweatshops estadunidenses y los obreros son obligados a competir con salarios de hambre con sus homólogos chinos, han sido relatadas por la corresponsal de Cox Newspapers en México, Susan Ferris.
En La Jornada Patricia Muñoz reseñó una investigación de Huberto Juárez, de la Benemérita Universidad Autónoma de Puebla, sobre el emporio textilero de KN, en el que se da la paradoja de glamorosas firmas de la moda como GAP, Wrangler, Tommy, Guess y Nike, asociadas al trabajo peor pagado, el empobrecimiento de grandes zonas y la enfermedad de miles de obreros intoxicados en las plantas industriales de KN.
Nacif Borge, señala la especialista en temas obreros de este diario, ha "servido de eficiente enclave para que los negociantes estadunidenses monten uno de los sistemas de fabricación que extraen toda la potencia productiva del estado de Puebla violando las leyes laborales".
A pesar de las denuncias internacionales en contra del Rey de la mezclilla, Nacif sigue cancelando al más bajo costo miles de empleos en diversas regiones de Puebla con total impunidad y se posesiona de nuevas plantas en el centro del estado y en Tlaxcala; en tanto, los expulsados de éste, que era el único esquema laboral posible, eligen otra ruta, la de Pueblayork o Oaxacalifornia: la migración, concluye Patricia Muñoz.
Curiosamente, donde Kamel Nacif no es precisamente un protagonista de primera línea es en la investigación de Lydia Cacho. En Los demonios del Edén, libro que provocó sus iras y lo llevó a demandar penalmente a la periodista por "difamación", su nombre aparece cuatro o cinco veces, siempre en citas entrecomilladas de terceras personas.
Algunas de estas citas son menciones en los testimonios de las niñas explotadas por la red de pederastas que dirigía Jean Succar Kuri. En reiteradas ocasiones las chicas afirman que Nacif iba a las "fiestas" de Kuri en Cancún. El pederasta bajo proceso, por su parte, cita también a Kamel Nacif como su "socio y amigo". Y finalmente circuló en los medios de comunicación -en notas reproducidas en el libro- la versión de que Succar Kuri habría huído de México, cuando se le inició una acción penal, en un avión propiedad del Rey de la mezclilla.
Lydia Cacho no afirma lo anterior en su libro, simplemente menciona versiones con sus respectivas fuentes periodísticas.
El demandante Nacif, a su vez, acusa a la escritora como si ella hiciera esas afirmaciones. ¿Por qué, entonces, una demanda con tan magro sustento logró incluso movilizar a policías judiciales de dos estados para cumplir una orden de aprehensión de Puebla hasta Cancún?
Los abogados de Lydia Cacho adelantan una conjetura: en el fondo de la acción de Nacif no está solamente la intención de atacar a la periodista. Se pretende además que en este proceso se logre sentar un precedente que incluya la retractación amañada de las niñas, y de este modo preparar el entramado previo a la defensa del pederasta Kuri en caso de que sea extraditado.
Por ello, en la causa presentada por Nacif figuran como pruebas contra Cacho las declaraciones ante notario que fueron extraídas a las niñas víctimas en Estados Unidos. En ellas, las chicas que acudieron originalmente al Centro Integral de Atención a la Mujer de Cancún para huir de las redes de su explotador se retractan de todos sus dichos.
Los jueces mexicanos aun no han aceptado como válidas estas declaraciones emitidas fuera del país y en condiciones que le permitieron a los socios de Kuri tener todo el control sobre el entorno de las niñas. Pero si las autoridades las llegan a considerar como pruebas válidas en el expediente que se sigue contra Cacho, los abogados de Kuri habrán logrado introducir por la puerta trasera el subterfugio que les permitiría, eventualmente, lograr un fallo favorable a su cliente. En esta triquiñuela legal se estaría poniendo en evidencia de que, en efecto, Kamel Nacif es amigo y socio de Succar Kuri.