Intentamos enriquecer la música con la electrónica, asegura el grupo malagueño

Mezclar el flamenco no es perderle el respeto: Chambao

Presentará su nueva producción Pokito a poko en el Zócalo capitalino el año entrante, informaron

Son escuchados en 22 países, como Japón, Francia, Alemania y Estados Unidos

ARTURO CRUZ BARCENAS

El flamenco fusionado con música electrónica del grupo Chambao llegará a México en 2006, informó en entrevista desde Islas Baleares la vocalista Mari, Lamari, quien añadió que ha habido críticas a su trabajo, "sobre todo de los puristas, quienes consideran que mezclar el flamenco es perderle el respeto; no creo que se trate de eso, sino al contrario, pues intentamos enriquecer a la música".

En España, Chambao es considerado uno de los grupos vanguardistas del momento y llegarán a México para promover su nuevo y tercer disco, titulado Pokito a poko. Lo integran Eduardo Casañ, guitarra; Toni Cantero, guitarras y coros; Toni Romero, teclados y coros; Roberto Cantero, saxos, flautas y secuencias; Coki Jiménez, percusión y batería; Juan Heredia, percusión; Oliver Sierra, guitarra y tres cubano; Eva Jiménez: coros, y la citada Mari, mejor conocida como Lamari.

Esta última definió lo que hacen como flamenco chill. "Chambao es lo más puro que tenemos. La mezcla es lo que nos ha tocado, nos gusta y nos mueve desde pequeños. Vivimos en Andalucía y ahí se escucha el flamenco.

"Por otro lado, por la generación que nos ha tocado vivir, conocemos la música electrónica. Hemos elegido hacer esa fusión y la hacemos con cariño y respeto. Cada uno defiende lo que cree. La fusión enriquece el flamenco", añadió.

Dijo que Chambao "recopila lo del pasado para seguir en un presente-futuro dando guerra. Uno no camina para atrás ni en su vida personal, ni musicalmente. Está bien innovar, y personalmente me gusta más tirar de mis raíces, que son el flamenco".

Fruto de la curiosidad

El chill marcó sus trabajos iniciales, aclaró, pero hoy están lejos de eso. "Se nota que el grupo tira más para las raíces, más que hacia el chillout. Usamos la electrónica, samplers", acotó.

Pokito a poko es el tercer álbum del grupo malagueño, que, como su ciudad de origen, enarbola raíz y apertura, elegancia y frescura, tradición y modernidad. Fruto de intuición, curiosidad, creatividad y trabajo, es a la vez andaluz y cosmopolita, abierto al mundo, agregó.

"La música es un ser vivo, y como tal debe desarrollarse, crecer y adaptarse al medio y a los tiempos que le toca vivir. Somos heterogéneos por naturaleza; lo que hacemos sólo puede entenderse como Chambao puro".

Primero fue Flamenco Chill, un álbum recopilatorio con seis temas propios y dos versiones, con el que alcanzaron popularidad. Su calidez y sensualidad, que transporta a ambientes relajados mezclados con el duende y la gracia sureña de España, les hizo vender más de 90 mil unidades.

A este trabajo siguió Endorfinas en la mente, con 11 temas propios, con el cual recibieron el Premio Ondas a la Mejor Creación Musical y el Premio de la Música al Mejor Album de Nuevas Músicas.

Este segundo trabajo significó su consolidación definitiva. Vendió cerca de otros 90 mil discos en 22 países, desde Estados Unidos a Japón, desde Francia y Alemania hasta México. Así llega Pokito a poko, donde apuestan por la fusión del flamenco "apaleao" (callejero) y las programaciones y secuencias.

En Pokito a poko se vislumbran los ritmos de tres por cuatro en canciones, como Mi primo Juan, Como la luz y Chicuelo. En Uleré se apunta la mezcla perfecta de tiempos flamencos con secuencias.

La canción Pokito a poko, primer sencillo, se sostiene con un groove marcado por las programaciones; Camino interior huele a tangos; Roé por la escalera se inspira en esos estilos de ida y vuelta, y viaja hasta Cuba con la colaboración de Oliver Sierra, nuevo fichaje para los directos; Dibujo en el mar es un alegato en favor del cambio y la evolución; Sueño y muero es una síntesis de bossa nova mezclada con tangos; Cómo lo siento cuenta con la colaboración espléndida de Miguel Campello (Miguelito de Matola) de El Bicho; Te la creío tú podría ser el ejemplo de un pasodoble contemporáneo con sabor a sal...

El flamenco fusión nació a mediados de los 70, con Triana y Veneno, entre otros. Ahora se suma Chambao. "Eso es un honor -señaló Lamari-. ¿Hacia dónde va todo esto?, no lo sé. Es una música muy abierta. Hay influencias y nuevas generaciones que tienen mucho que decir.

"El público nos da la energía"

"Nuestro público es muy variado, pero la mayoría gira alrededor de los 30 años. Se nota que a la gente le gusta todo tipo de música. Hay alternativa y más rockera, más heavy, más tranquila. En concierto somos ocho personas que olvidan lo personal de cada uno para subir al escenario, para que lo más importante sea la música.

"Nuestros directos son sinceros y sencillos; no tenemos ninguna parafernalia. El público nos da toda la energía para estar dos horas en el escenario. Las letras hablan un poco de todo. El tema Mi primo Juan reivindica el uso de la mariguana para paliar los efectos de la quimioterapia, cuando hay cáncer.

"Roé por la escalera refiere una historia ficticia de una persona que se cae, y hay algunas composiciones más profundas que hablan del crecimiento del ser humano como persona. El flamenco es el ámbito de la libertad. El ser humano la tiene, pero nosotros nos limitamos."

De México, señaló que "intentaremos conocer a la gente. Vamos donde nos quieren. Por eso iremos. Viajar es lo que enriquece. Nos presentaremos en el Zócalo y creo que será algo admirable", concluyó Lamari.