El fallecimiento en Bagdad del jefe del espionaje provocó fricciones entre Italia y EU
Acusan a estadunidense de homicidio voluntario por la muerte del agente secreto Nicola Calipari
Roma, 22 de diciembre. El soldado estadunidense Mario Lozano fue acusado hoy por la fiscalía italiana de "homicidio voluntario" por la muerte del agente secreto italiano Nicola Calipari, ocurrida el 4 de marzo en Bagdad.
Lozano es acusado de haber disparado contra el automóvil en que era trasladada a un aeropuerto la periodista italiana Giuliana Sgrena, luego de haber sido liberada por una organización insurgente iraquí, que la tuvo secuestrada durante un mes.
Calipari, quien al morir contaba con 51 años, era el jefe de misión de los servicios secretos italianos y viajaba en el mismo vehículo que Sgrena, cuando era llevada hacia el aeropuerto de la capital iraquí.
La muerte de Calipari generó fricciones entre los gobiernos de Italia y Estados Unidos, que todavía no están superadas.
De acuerdo con el testimonio de Sgrena, miembros de una patrulla estadunidense abrieron fuego contra el convoy italiano, sin motivo alguno.
El mando militar estadunidense de ocupación aseguró, en cambio, que el vehículo de los italianos pasó con exceso de velocidad frente a un puesto de control, próximo a la terminal aérea.
El nombre del soldado directamente responsable del ataque fue conocido a raíz de una investigación realizada por la prensa italiana, con base en informes gubernamentales estadunidenses.
Partes del informe fueron tachados antes de su difusión pública, pero un estudiante griego de medicina en la Universidad de Bolonia descubrió las palabras ocultas al hacer una transferencia del archivo.
La pesquisa estadunidense eximió a los soldados de la patrulla involucrada en el caso, al que calificó de "trágico accidente".
Según las autoridades italianas, el soldado Lozano -miembro de la Guardia Nacional del estado de Nueva York- no respetó las reglas de procedimiento en un puesto militar y disparó sobre el convoy italiano.
El caso quedó en manos de los fiscales Franco Ionta, Pietro Saviotti y Erminio Amelio, con sede en Roma.
Una comisión conjunta de Italia y Estados Unidos llevó a cabo una investigación a mediados de año, pero las partes nunca lograron ponerse de acuerdo.
El portavoz del Pentágono, Larry DiRita, afirmó este jueves en la capital estadunidense que "ciertamente entendemos que el gobierno italiano tenga su punto de vista, pero no creemos que se justifique una nueva investigación".