En un ejido de Michoacán ponen en práctica un modelo de autonomía agrícola
Siembra de alimentos orgánicos, opción para campesinos en extrema pobreza
Gracias a una cooperativa comercializan más de 10 toneladas de jamaica al año
Zonas de extrema marginalidad y de baja productividad agrícola debido a la falta de recursos hídricos apuestan por la producción y comercialización de alimentos orgánicos como alternativa para frenar la pobreza y el abandono de sus tierras de cultivo.
Más de 50 familias del ejido Algodón de Oropeo, en el municipio de La Huacana, Michoacán, donde la precipitación promedio no supera 400 milímetros anuales, comenzó uno de los escasos proyectos para impulsar el cultivo de estos productos de alto valor agregado y de creciente consumo en los mercados nacional e internacional.
Gracias a la creación de una cooperativa ejidal, hoy comercializan más de 10 toneladas anuales de jamaica orgánica en ciudades como Morelia, Uruapan y Pátzcuaro. "Nuestra meta es que se conozcan estos productos en el mercado nacional y se alcance un nicho de consumo que permita garantizar el sustento de más de 50 familias campesinas en zonas de extrema pobreza, al mismo tiempo que se preserva la riqueza de su biodiversidad."
Eduardo Lombardi, técnico en mercadotecnia e integrante del equipo de investigadores y especialistas que impulsó el desarrollo de este proyecto, asegura que debido al apoyo solidario de todos los ejidatarios "se está comercializando el producto sin necesidad de recurrir a intermediarios, con costo promedio de 60 pesos el kilo, cuando el precio establecido por los coyotes no es superior a 17 pesos".
El municipio de La Huacana, señaló, es considerado zona propicia para la producción de cultivos resistentes a la sequía, donde la jamaica y el ajonjolí pueden obtener cualidades de excelente calidad, ya que no se emplea para su cultivo ningún agroquímico.
Con el apoyo de la Comisión Nacional para el Conocimiento y Uso de la Biodiversidad (Conabio) para designar 60 mil hectáreas para la conservación de la biodiversidad en Michoacán, Guerrero y Oaxaca, "se impulsó desde hace dos años la creación de grupos de especialistas de diversas universidades como Autónoma de Guadalajara y Nacional Autónoma de México, para integrar equipos de biólogos, geógrafos, hidrólogos y especialistas en ecosistemas para realizar un inventario de la flora y fauna de diversos municipios y buscar cuáles serían sus mejores alternativas de desarrollo".
Uno de ellos fue Algodón de Oropeo, donde se localizaron más de 300 especies resistentes a la sequía, de las cuales se eligió la jamaica y el ajonjolí, debido a que son variedades que se han cultivado durante mucho tiempo en la región y de alto rendimiento en el mercado nacional.
Trabajo comunitario
Este proyecto, agregó, permitió fortalecer la cohesión social "tanto del ejido como de su comunidad, pues los hombres participan en la siembra y cosecha de la jamaica, en tanto mujeres y ancianos despican la flor y la procesan para su secado".
El beneficio de la propiedad ejidal de la tierra se refleja no sólo en mayor participación, sino que "los recursos generados benefician a todos, creando un modelo de autonomía campesina integrada en una cooperativa que es la que debe tomar todas las decisiones".
Destacó que la labor realizada por el equipó técnico multidisciplinario permitió no sólo establecer una zona de protección para el venado y diversas especies endémicas, "también forma parte de un programa más extenso que prevé el desarrollo sustentable del municipio con la creación de proyectos ecoturísticos y de manejo ambiental de la zona".