El tañer y el cantar de Arianna
A sus 33 años, Arianna Savall es una de las grandes personalidades del exigente/ arduo/ espinoso/ elitista/ esplendoroso medio musical internacional. Al frente de los grupos especializados Il Desiderio y Ricercar Consort, que formó con amigos y encabezando repertorios operísticos hiperespecializados (cantó el papel de Eurídice de la ópera L'Orfeo, de Monteverdi, y el de Carilda en la ópera Arianna, de Haendel, estrenó una ópera de Calderón de la Barca) y como integrante de los máximos agrupamientos de música antigua en el planeta: Hespèrion XXI y La Capella Reial de Catalunya, que fundaron y dirigen sus padres, que son eminencias: Jordi Saval y Montserrat Figueras.
La consolidación del trabajo individual de Arianna Savall es la aparición reciente de su primer disco solista: Bella Terra (Alia Vox, la misma disquera que dirigen sus padres), donde presenta doce composiciones propias que canta mientras tañe un arpa doppia.
La belleza de Arianna, que como toda belleza verdadera proviene del alma, se despliega en la belleza de su voz, la hermosura de su canto, el preciado encanto de su tañer y la hondura poética de los textos a los que puso música. La originalidad de los giros melódicos, raptos rítmicos, aires danzarines y la fascinación entera que contiene este disco bello por todos lados inunda las bocinas y hace sonar la magia del Mediterráneo. No en balde en el cuadernillo del disco se incluye una fotografía de la compositora-cantante-instrumentista haciendo su música precisamente en una playa mediterránea.
El deseo de una tierra más justa, más bella, entraña la génesis de este disco hermoso que canta al amor, a los viajes, al gozo.
Pablo Espinosa