Usted está aquí: lunes 2 de enero de 2006 Estados Edgar Zamora: de agente de tránsito a "partero"

En un rondín en Aguascalientes ayudó a una mujer a dar la luz en plena banqueta

Edgar Zamora: de agente de tránsito a "partero"

CLAUDIO BAÑUELOS CORRESPONSAL

Aguascalientes, Ags., 1º de enero. La mañana del pasado 23 de septiembre, Edgar Zamora Colín, agente de tránsito municipal, nunca imaginó que su rondín terminaría en una colonia popular atendiendo el parto de una mujer que apenas si pudo a tenderse en la banqueta; mucho menos que tres meses después sería invitado a ser el padrino de bautizo de la menor que ayudó a traer al mundo.

"Voy a su casa de vez en cuando y llevo pañales a la niña; los papás me invitaron para que fuera su padrino de bautismo y con gusto acepte; lo que no, es que yo escogiera el nombre, creo que eso les toca a ellos: son gente agradecida", comenta Zamora Colín.

Vistiendo orgulloso su uniforme, recuerda que aquel día, como a las 11:40 horas trabajaba en la revisión de unos automóviles reportados como abandonados en la colonia Pilar Blanco, cuando un taxista le avisó que en la esquina de Canario y Aguila se encontraba una mujer en el suelo a punto de parir.

"Me trasladé de inmediato y efectivamente la señora estaba en la banqueta; había varias personas con ella, me aproximé y vi que se le había roto la fuente entonces pedí una ambulancia de la Cruz Roja, mientras tanto esperaba que saliera la bebé.

"La mamá ya no pudo contener más a la niña y la recibí. Pusimos unas cobijas que prestó un vecino en el piso, y una señora me llevó unos cobertores para abrigar a la bebé y evitar que le fuera a dar neumonía", narra emocionado.

Tres meses después, en su modesto departamento de la colonia Pilar Blanco, María Guadalupe Hernández Salinas, rememora, al mismo tiempo que carga a su pequeña, que el día 23 de septiembre caminaba ya con los dolores de parto, junto a su marido Jorge Antonio Ibarra Herrera, rumbo al hospital, cuando se le rompió la fuente y tuvo que ser atendida en la banqueta.

De 21 años de edad, madre de tres hijos y esposa de un taquero desempleado desde hace seis meses, María Guadalupe se acuerda que esa mañana no traían dinero ni para abordar un camión y trasladarse al nosocomio, cuando empezó a sentir dolores más intensos.

Fue entonces cuando su marido corrió a una tienda de abarrotes cercana para realizar una llamada telefónica solicitando una ambulancia. Se sentía tan mal que pidió que la recostaran en el suelo.

"Mi esposo vio pasar una ambulancia, no sé de dónde era, pero quienes la conducían no se quisieron detener con el argumento de que no estaban en servicio", revive Hernández Salinas. "Luego llegó el agente de tránsito y no pasaron ni cinco minutos cuando ya estaba dando a luz", añade.

Originaria de la ciudad de México, María Guadalupe mezcla sus sentimientos de alegría por el nacimiento de su hija con los de angustia por la difícil situación económica que enfrenta su familia y la poca ayuda oficial que ha recibido.

"Mi esposo está desempleado, obtiene algunos pesos vendiendo paletas, lavando coches o como ayudante de trailero; yo estoy sin trabajo también, debemos tres meses de renta y tal vez nos echen de la casa en los próximos días", comenta.

"Ojalá nos puedan ayudar", concluye con un gesto de esperanza en su rostro.

 
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