Usted está aquí: lunes 2 de enero de 2006 Cultura El Palacio Nacional encierra en sus muros la historia de México

Los frescos pintados por Diego Rivera acaparan la atención de los visitantes

El Palacio Nacional encierra en sus muros la historia de México

En la que fue la primera Cámara de Diputados del país se puede apreciar una muestra con los principales documentos que han regido la vida institucional de la nación

ANA MONICA RODRIGUEZ

Esta es la historia del pueblo mexicano, resume una turista extranjera a sus dos pequeñas hijas al subir por las escaleras de Palacio Nacional y encontrarse de frente con el gran mural plasmado por Diego Rivera.

De la época prehispánica a la Revolución Industrial, subrayando el marxismo, las guerras y los diversos movimientos sociopolíticos, son algunas de las imágenes perpetuadas por el artista mexicano en la escalinata del recinto histórico, que atrae diariamente a nutridos grupos de visitantes extranjeros.

Cámara en mano, los turistas de diversos países se detienen para observar el fresco que ilustra y detalla el devenir histórico de México desde la Conquista a 1930.

Cotidianidad mexica

En idiomas inglés o español, los guías explican ante la pintura la importancia de personajes célebres y símbolos de la cultura nacional. La guerra de conquista y el sometimiento del pueblo indígena, Miguel Hidalgo, Morelos, Francisco Villa, Emiliano Zapata, Benito Juárez, entre otros nombres, incluida la representación de la lucha de clases, la Iglesia o la Virgen de Guadalupe, son entre otros los referentes predilectos de los traductores que mantienen expectantes a sus ocasionales alumnos.

A unos pasos más, en el primer nivel, Rivera también plasmó la vida de los mexicas en Tenochtitlán y las cotidianidades del mundo indígena, sin olvidar, por supuesto, el arribo de Hernán Cortés, que implicó muerte y devastación para los antiguos pobladores.

Entre uno de los minuciosos detalles de ese mural sobresale la imagen de la Malinche, quien carga sobre su espalda a un pequeño de grandes ojos verdes, que asemeja el rostro del mismo autor del fresco.

En los demás pinturas, Diego Rivera retrató a la gran Tenochtitlán, el mercado de Tlatelolco, además de indígenas esclavizados, pirámides, danzas, siembra y recolección de cultivos, atavíos con grandes penachos; maíz, magueyes, lagunas, volcanes y canoas se aprecian en las obras del artista que permanecen en los pasillos del edificio y que son testigos de actos protocolarios, recepciones de altos dignatarios y ceremonias cívicas.

Museo parlamentario

También, en el primer piso, se permite el acceso a los turistas al antiguo Recinto Parlamentario, sede de la primera Cámara de Diputados, que junto con los diversos patios y jardines es otro de los atractivos de ese edificio.

El Acta de Independencia del Imperio Mexicano, la Constitución Federal de los Estados Unidos Mexicanos, las Leyes de Reforma son, entre otros documentos, el acervo que se exhibe en las salas que anteceden al ex recinto legislativo. Esta exposición se montó en 2002, en lo que fue el vestíbulo de la Cámara, y muestra los códigos fundamentales que dieron origen a la República Mexicana.

Antiguos escudos nacionales, óleos, litografías, altorrelieves en yeso y mascarillas mortuorias conviven con los nombres de los personajes que hicieron historia en la política mexicana y que están inmortalizados en el recinto: Leonardo Bravo, Melchor Múzquiz, Mariano Matamoros, Hermenegildo Galeana, Ignacio López Rayón y Francisco Xavier Mina, entre otros, figuran en ese lugar que se caracteriza por la sobriedad y elegancia en su decoración.

Noticia de un incendio

La muestra también explica la ocasión en que el recinto legislativo se incendió y quedó destruido en su totalidad en 1872. Dicho incidente fue consignado por el periódico El siglo Diez y Nueve, cuyo ejemplar -vitrina de por medio- todavía se puede leer.

Sobre ese siniestro, el visitante puede leer: "Cien años después el recinto volvió a erigirse para honrar la insigne memoria de la Constitución liberal de 1857 y de los hombres que la promulgaron".

Después de visitar la exposición, los turistas prosiguen su camino por los diversos patios tras un breve descanso en los jardines y, más adelante, algunos todavía acuden a la exposición en homenaje al Benemérito de las Américas, don Benito Juárez, a quien el próximo año se conmemorará el bicentenario de su natalicio.

 
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