Usted está aquí: jueves 5 de enero de 2006 Ciencias Factible crear en un lustro vacuna contra los síntomas del Alzheimer

Científicos esperan ola de casos en AL al incrementarse la expectativa de vida

Factible crear en un lustro vacuna contra los síntomas del Alzheimer

Calculan que la enfermedad es la cuarta causa de muerte en naciones desarrolladas

ANDRES T. MORALES CORRESPONSAL

Veracruz, Veracruz, 4 de enero. Los románticos la llaman "la enfermedad sin recuerdos" y los realistas "el mal de la vejez". Los síntomas iniciales son olvidos espontáneos cada vez más recurrentes, hasta de los detalles más insignificantes, como el extravío de objetos, pero con el paso del tiempo se llega a extremos como desconocer la ruta hacia al domicilio y considerar extraños a los propios parientes.

El Alzheimer también es catalogado como un padecimiento de países industrializados que han logrado prolongar el promedio de vida de sus habitantes, pero que multiplican los casos de demencia senil al haber más población con edad avanzada.

Sin estadísticas precisas en América Latina, donde hay una población mayoritariamente jo-ven, Estados Unidos es el único país del continente que mantiene un conteo detallado sobre la incidencia de la enfermedad y actualmente calcula en 4 millones la cifra de afectados.

Los pronósticos son "aterradores", admiten especialistas, pues si bien hoy es la cuarta causa de muerte en las naciones desarrolladas, la cifra se disparará en unas décadas.

Desde 1997, laboratorios de diversos países, incluyendo a México, trabajan en proyectos para describir a fondo la etiología de la enfermedad de Alzheimer y encontrar los tratamientos para detener su avance o menguar los síntomas más dañinos. La esperanza es que en 2010 pueda colocarse en el mercado la primera vacuna que frene el deterioro de la calidad de vida en las personas que padecen el mal.

Ocho años de búsqueda

Pionero en esta investigación, el neurólogo Juan Troncoso, investigador de la División de Neuropatología del Centro Alzheimer de la Universidad Johns Hopkins, en Baltimore, recuerda que si bien se tienen avances importantes en el tratamiento con fármacos en animales de laboratorio, los primeros intentos de inoculación inmunológica a humanos resultaron fallidos.

En 1999 se aplicaron las primeras vacunas experimentales en Reino Unido y Francia a 350 personas con Alzheimer, pero las prueba terapéuticas se tuvieron que suspender, pues 15 por ciento de los sujetos desarrollaron complicaciones, como encefalitis aguda, que los condujo a la muerte.

En entrevista con La Jornada durante su visita a Veracruz, donde participó en la sexta Reunión Internacional de Restauración Neurológica, Troncoso mencionó que la compañía irlandesa Elan Corporation reinició desde 2002 la aplicación experimental -denominada fase II por la comunidad científica- de la vacuna denominada AN-1792 entre pacientes de Estados Unidos e Irlanda, para inhibir la producción de la proteína beta-amiloide (A-beta), que ocasiona la degeneración celular y destrucción del tejido nervioso.

El material de la dosis se obtuvo de la misma proteína, que ligado a otra "sustancia ayudante", impulsa al sistema inmunológico del paciente para producir anticuerpos que la eliminen o remuevan del tejido cerebral.

Paralelamente, en el Centro Alzheimer de la Universidad Johns Hopkins se trabaja en una segunda vía basada en los exitosos resultados de la vacuna contra el papiloma humano, producida por un biolaboratorio austriaco y cuya inhibición en la aparición de cáncer cervicouterino en mujeres está plenamente documentada.

"Usamos la misma plataforma de la proteína A-beta a la cual no necesitamos poner una sustancia ayudante sino que a un fragmento de la proteína se le inserta un antígeno que ayuda a remover o destruir a la proteína original en el cerebro sin producir secuelas, como enfermedades por infección".

Hasta el momento, el neurólogo aseguró que la aplicación de los primeros modelos inmunológicos en animales de laboratorio ha resultado exitosa.

"Son ratones transgénicos a los cuales se les ha introducido un gen con una mutación que produce en el animal cambios muy similares a los que se producen en un paciente con enfermedad Alzheimer".

El resultado, agrega, son mejoras en la anatomía patológica de los animales. "Las lesiones cerebrales desaparecen y también se observan mejorías en la conducta y memoria".

Esperanza con base científica

Sin embargo, el investigador señala que el trabajo de la Universidad Johns Hopkins se concentra en la fase I o investigación básica, y las pruebas en humanos corresponderá a la industria farmacéutica.

La estimación de la comunidad científica mundial es que en unos cuatro o cinco años pueda colocarse en el mercado una vacuna eficaz y sin secuelas extremas para humanos que inhiba la producción de la proteína A-beta o remueva sus placas dañinas asentadas en el tejido cerebral.

Esto sería factible entre los años 2010 y 2011, además de que también es posible su traslado a la medicina de la seguridad social para que la mayoría de la población acceda a ella, ya que su producción es relativamente barata.

En México, el Centro de Investigación Biomédica de Occidente del IMSS mantiene investigaciones similares tanto para la identificación de la etiología del Alzheimer, como las opciones farmacológicas para su tratamiento. Ubicado en la ciudad de Guadalajara, el Centro de Investigación Biomédica posee el segundo "banco de cerebros" del país donde especialistas también han aplicado dosis inmunológicas en animales de laboratorio.

Genaro Gabriel Ortiz, investigador titular de dicho centro, explica que el acopio de cerebros y tejido nervioso donados por pacientes fallecidos ha permitido diseñar sistemas de diagnóstico por histopatologías.

"Hemos analizado desde el punto de vista estructural, ultraestructural, genético y molecular el tejido cerebral dañado, y mientras conozcamos más de la enfermedad, más nos acercaremos a tener estrategias del tratamiento. Una de ellas es tener el diagnóstico definitivo y temprano".

Por falta de recursos para llevar los proyectos a la fase II y ensayar una vacuna formal, las investigaciones mexicanas se han abocado a fortalecer el plano social y de asistencia médica hacia pacientes con la enfermedad y sus familiares.

En entidades como Jalisco, Monterrey y el Distrito Federal se estima que 15 por ciento de la población mayor de 65 años está propensa a padecer Alzheimer o ya lo desarrolla, aunque no hay cifras exactas hasta la fecha. En tres décadas, el número se cuadruplicará, pues la población joven de la actualidad será senecta para entonces.

Esperan años terribles

"Los años que vienen serán terribles en este tema y hay que prepararnos", admite.

La otra cara de la moneda, coinciden los investigadores Ortiz y Troncoso, es la postura que adoptarán los gobiernos del mundo, especialmente los latinoamericanos, frente a las secuelas financieras que traerá el prolongar la esperanza de vida de un paciente con Alzheimer tratado con vacunas -si las pruebas experimentales tienen éxito-, pues con el retraso del daño cerebral, el, padecimiento se extendería de 12 a 20 años.

"Será interesante ver lo que dicen los patrones laborales o el gobierno, al estar obligados a seguir pagando por más años las pensiones y servicio médico a los jubilados a lo mejor corren a incendiar los laboratorios que hicieron la vacuna", dice en broma el doctor Juan Troncoso.

 
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