Usted está aquí: viernes 6 de enero de 2006 Opinión PENULTIMATUM

PENULTIMATUM

 

Pamuk: contra el olvido

ORHAN PAMUK ES el escritor más reconocido de Turquía. También una voz que exige respeto a los derechos humanos y la plena democracia en su país. Por eso no es bien visto por los grupos ultraconservadores. El año pasado se iniciaron contra él dos juicios penales acusado de ''insultar la República Turca y la identidad nacional". El primero en octubre, porque Pamuk declaró a un diario suizo que era incuestionable la existencia del genocidio de más de un millón de armenios hace 90 años bajo el imperio otomano. ''Ellos murieron en esta tierra, pero nadie se atreve a decirlo", apuntó. También dijo que no debía soslayarse la muerte de más de 30 mil kurdos durante las dos décadas anteriores a manos de las fuerzas armadas turcas. El segundo juicio es porque en diciembre último dijo al diario alemán Die Welt que el ejército era la principal amenaza para el desarrollo de la democracia en su país.

MIENTRAS EL PRIMER juicio, promovido por un grupo de abogados que se define como ''nacionalista", se reanudará el próximo mes, el segundo fue archivado por la fiscalía de Estambul, que no encontró motivos para enjuiciarlo pues, sostuvo en su veredicto, ''lo único que hizo el escritor fue ejercer su derecho a la libertad de expresión". En cambio, el primer proceso ha puesto en peligro las negociaciones para la adhesión de Turquía a la Unión Europea (UE), que comenzaron hace tres meses. El genocidio armenio no sólo fue de una crueldad extrema, sino que las potencias de entonces lo permitieron con su silencio por intereses geopolíticos. Desde siempre, los armenios han exigido que Turquía reconozca su responsabilidad. A su petición se suman los países europeos, encabezados notablemente por Francia. Igualmente se ha buscado que sobre el asunto se manifieste la Organización de las Naciones Unidas, pero sin éxito. El mayor obstáculo para reconocer lo que pasó y condenar esa matanza de miles de inocentes reside en el gobierno turco, y en especial su ejército, pero también que Estados Unidos bloquea cualquier iniciativa en la ONU sobre el asunto, porque no quiere incomodar a su fiel aliado militar y económico, a su punta de lanza en Medio Oriente. No debe olvidarse que en el territorio de Turquía el guardián del universo tiene emplazadas importantes bases de misiles.

CONSIDERADO POR LA crítica literaria como serio aspirante al Nobel de literatura, Pamuk, de 53 años, es el escritor turco más leído y traducido, en especial su novela Mi nombre es rojo y nieve. Pero no es el único que sufre persecución por expresar sus ideas y la necesidad de reconocer el genocidio: el director y tres periodistas del semanario Agos también pueden ser condenados a prisión si prospera la denuncia contra ellos por ''traición a la patria".

SONDEOS DE OPINION entre ciudadanos de Francia, Alemania, Holanda, Bélgica y Suecia reiteran la exigencia de que Turquía reconozca y pida perdón por el genocidio contra el pueblo armenio si es que alguna vez quiere formar parte de la UE.

 
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