"Hay una ganancia neta", dice ante miles de otomíes
Ensalza Fox logros antinflación
Temoaya, Mex., 11 de enero. Miles de mujeres otomíes, acostumbradas a dar su presencia a cambio de apoyos oficiales que les ayudan a paliar la pobreza, escucharon atentas y hasta agradecidas al presidente Vicente Fox, quien aseguró que cumplió su "propósito y obligación" de terminar con el cáncer de la inflación para proteger así el humilde y modesto patrimonio de las familias. Hoy, les dijo, "hay una ganancia neta" y se puede comprar un poco más con el salario, si bien éste es "muy modesto y muy, pero muy insuficiente".
Porque aquí -recordó al iniciar su discurso- él vino en tiempos de su campaña electoral. Y regresó un lustro después "con más cariño y amor a México y a ustedes que el que hemos tenido antes", pero sin duda con el mismo énfasis de sus tiempos de candidato, y la ronquera que le dura ya varias semanas.
Refería a detalle los "tres grandes pilares" -como los llama- de la seguridad social colocados este sexenio: Seguro Popular, jubilación y vivienda para la población abierta. Y no perdió tampoco oportunidad de presumir que México será el primer país en tener, en junio próximo, el "pizarrón electrónico computarizado" en todas sus escuelas públicas, y así los niños no aprenderán "sólo por memoria, repitiendo y repitiendo y repitiendo hasta que se nos quedara bien grabado ese concepto"'.
Porque además -siempre en el mismo estilo de arenga de campaña- Fox Quesada aseguraba ante esas mujeres, dotadas de gorras blancas del Seguro Popular, que colocaron sobre el rebozo con que cubren siempre su cabeza, que en 2000, antes de su arribo al poder, "no había becas para universidad, no había becas para preparatoria, sólo algunas para primaria y secundaria; hoy ya hay para los cuatro niveles".
De Jiquipilco el Viejo, de Magdalena, de San Pedro de Abajo y San Pedro de Arriba, de Zanja Vieja y de otras comunidades de la región de Temoaya las habían traído muy temprano. Desde la víspera las citaron en el centro de salud para decirles que debían asistir a la ceremonia con el presidente Fox, porque de lo contrario les pondrían falta y hasta les recogieron la credencial del Seguro Popular para garantizar su participación.
Y así, con el frío que se siente en esta zona del estado de México, que cala fuerte, llegaron al lugar de la cita transportadas en camiones que puso el gobierno del estado, y al llegar les entregaron un bolillo "con una rebanada de jamón", una naranja y un Frutsi. Más de dos horas y media esperaron el arribo del presidente Fox. Más de 85 por ciento eran mujeres con hijos al hombro; algunas aprovecharon el tiempo para avanzar en sus "labores" de bordado y tejido de servilletas, y alguna hasta pudo vender mercancía a los llegados de Toluca o el Distrito Federal.
Fox ponderaba las cifras de afiliación al Seguro Popular, del cual en esta ceremonia se entregó el número 3 millones 555 mil 967. Admitía también que ese esquema no cubre por el momento todas las enfermedades, sino las más complicadas, las de "tercer nivel", y es así, explicaba, "porque no hay las instalaciones para atenderles como ustedes se merecen". Sin embargo, destacaba que el Seguro Popular ya cubre a la mitad de las familias que son su horizonte y por eso "le vamos a dejar poca tarea al siguiente gobierno en esta materia".
Cuando todo acabó, por el mismo camino regresaron las mujeres otomíes a sus comunidades; ya habían cumplido.