La obra carece de utilidad, afirman trabajadores de la empresa constructora
Invertirá el AICM unos $40 millones en una fachada metálica para la terminal
Mediante una inversión aproximada de 40 millones de pesos, Aeropuertos y Servicios Auxiliares (ASA) construye una fachada metálica de unos dos kilómetros de longitud y ocho metros de alto, en promedio, que cuando esté terminada cubrirá toda la parte frontal de los edificios de la terminal 1, colindantes con las áreas operativas del Aeropuerto Internacional de la Ciudad de México (AICM).
Se trata de una obra que, en opinión de ASA, "unificará el diseño" de la fachada de la zona operativa del AICM, a fin de dotar a la terminal (aérea) de una estructura más moderna y funcional", en tanto que para unos técnicos de la empresa Centra Compañía Inmobiliaria SA de CV, que lleva a cabo los trabajos, "no tiene ninguna utilidad práctica y es de pésimo gusto arquitectónico".
Consultada por La Jornada, ASA hizo saber, por escrito, que la barda -que no es otra cosa- forma "parte del proceso de modernización del AICM", y para lograrlo "se buscó un sistema que reuniera las características de practicidad (sic) y versatilidad, que resultará seguro, liviano y móvil a fin de adaptarse a posibles ampliaciones futuras.
El citado muro, que apenas lleva 55 por ciento de su desarrollo, incluye una serie "de estructuras metálicas tipo persianas (que) ofrecen un control de luz solar directa al interior del edificio, lo que contribuye a la regulación de la temperatura, sin restringir la visibilidad desde el interior del edificio hasta la plataforma".
La descripción anterior es totalmente contraria a la realidad que se viven en las salas de espera, donde los espacios se han enfriado, ensombrecido y impiden observar las áreas de operación, pistas de aterrizaje y despegue que anteriormente era un atractivo para los pasajeros, ya que les permitía ver al oriente los volcanes, y ahora, han quedado encajonados entre una serie de persianas, tiendas libres de impuestos y luz artificial.
ASA trata de justificar la construcción de esta obra diciendo que "viene a unificar las extensiones (ampliaciones en forma diagonal) que se hicieron a lo largo del tiempo del edificio original, el cual inició sus operaciones hace más de 50 años", y que además se trata de "una estructura a manera de coraza montada a distancia de la estructura del edificio"; por otra parte, "su diseño posibilita su construcción sin afectar la operación del aeropuerto".
Aspectos nebulosos
Pero, por si fuera poco, en el desarrollo de esta obra otorgada mediante licitación pública y contrato de trabajo números 09085002-027-05 y 151-05-UNF01-10, respectivamente, a la empresa Del Valle Consultores y Constructores SA de CV, con costo de 38 millones 184 mil 580 pesos, y para efectuarse en ¡37 días naturales!, del 25 de junio al 31 de julio de 2005, que debía la compañía no pudo cumplir con el compromiso contraído, por lo que la obra se entregó a la firma Centra Compañía Inmobiliaria SA de CV, que al parecer ocupó el segundo lugar en el concurso mencionado, bajo el mismo número de licitación pública.
Cuando a ASA se le solicitó la información anterior, se limitó a proporcionar los datos relativos a la empresa que actualmente lleva a cabo la obra, trabajos que al 11 de enero de 2006 tiene un retraso de 164 días, sin incluir los 37 iniciales de la primera firma.
En la tarjeta informativa proporcionada a La Jornada se dice que el costo aproximado de la obra es de 40 millones de pesos; que los trabajos los realiza Centra Compañía Inmobiliaria SA de CV; el "estatus de la obra" es de 55 por ciento, y se cita el mismo número de la licitación pública.
Además en el portal de Internet de ASA es imposible conseguir más datos. Su página web permanece cerrada. Tampoco es posibles conocer el domicilio de la constructora, su trayectoria y experiencia, en cuánto tiempo terminará, el costo real del mismo, y por qué no ganó el concurso.