Un espejo de agua es el principal atractivo de la obra que se inaugurará en febrero
Buscan ''sacar de su escondrijo'' al museo Rufino Tamayo
Mediante un corredor conectarán a ese recinto con el Museo Nacional de Antropología
Financiado por el Gobierno del DF, forma parte del ''rescate'' del Bosque de Chapultepec
El 23 de febrero se inaugurará el Parque Tamayo, corredor que conecta el Museo Nacional de Antropología y el de Arte Contemporáneo Internacional Rufino Tamayo, cuyo principal atractivo será un espejo de agua.
Es la primera rehabilitación importante que ocurre en la zona desde la apertura del museo Tamayo, en 1981, y forma parte de los trabajos de ''rescate" del Bosque de Chapultepec, en los cuales se han invertido unos 48 millones de pesos, tan sólo en su primera etapa.
El Gobierno del DF erogó 3 millones 390 mil pesos para la construcción de ese corredor, por conducto del fideicomiso que desde el año pasado coordina las tareas para ''revivir" la zona que es considerada el pulmón de la ciudad de México y se ubica en una superficie de 11.73 hectáreas.
El Parque Tamayo corre paralelo al Paseo de la Reforma y tiene como objetivo principal ''sacar de su escondrijo" al museo de arte contemporáneo (que recibe al año unos 150 mil visitantes) para integrarlo al de Antropología, al cual llegan más de un millón 200 mil personas anualmente.
El arquitecto Mario Schjetnan diseñó el paseo de 300 metros de largo que comenzó a construirse el pasado septiembre, ''tratando de respetar a los árboles", señala uno de los trabajadores de la obra.
Habrá una zona ajardinada conformada por un mosaico de diferentes especies de plantas (en particular agapandos blancos y azules).
En ambos lados del espejo de agua se contará con áreas para descanso y recreación de los visitantes, así como andadores perimetrales que se conectan de un lado a otro del espejo por pasos peatonales, los cuales darán lugar a cuatro caídas de agua, acordes con el desnivel natural del terreno.
Contra la tala de árboles
Algunos vecinos de la zona han manifestado ante el Fideicomiso Pro Bosque de Chapultepec su preocupación por la tala de árboles a raíz de las obras de restauración de la zona.
Consideran que Chapultepec ''se está convirtiendo en una gran explanada", en detrimento de las áreas verdes. Inclusive han acudido a solicitar apoyo para protestar con grupos ambientalistas como Greenpeace.
Pero en esa instancia afirman que ''el bosque de Chapultepec no es un bosque en sí; nosotros lo consideramos un gran parque, pues la vegetación ya no podría sobrevivir por sí misma. Si no hubiera personal encargado de regar los árboles, morirían. Además, no estamos enterados de que la tala en Chapultepec afecte al medio ambiente", dijo Gerardo Moncada, responsable de proyectos especiales de Greenpeace.
En diversos comunicados emitidos por el Fideicomiso Pro Bosque de Chapultepec (presidido por Marinela Servitje de Lerdo de Tejada) han hecho énfasis en que ''no se pondrá más cemento al bosque, al contrario, mejoraremos las condiciones del lugar, que es visitado y afectado por más de 15 millones de usuarios al año. Será más seguro, con mayor visibilidad para los paseantes".
El Plan Maestro para la recuperación del bosque fue elaborado por el Grupo de Diseño Urbano, encabezado por el arquitecto Schetjnan (responsable de las remodelaciones de los parques Tezozomoc y Xochimilco, entre otros espacios).
Según ese documento, los criterios de remoción del arbolado del área entre los museos Rufino Tamayo y de Antropología ''fueron establecidos con base en un estudio fitosanitario en el que intervinieron Especialistas de la Universidad Autónoma Chapingo, en particular el ingeniero Daniel Rivas, como integrante de la Asociación Nacional de Arboricultura y de la International Arboricultural Association, quienes identificaron una serie de problemas que los árboles de esta zona han sufrido en los años recientes, sobre todo el ataque de plagas y enfermedades provocadas por el hacinamiento de los árboles y la falta de acciones en el mejoramiento de suelos.
''Dichos criterios fueron el retiro de árboles muertos, enfermos, plagados, aquellos que han sido disminuidos en sus facultades de crecimiento y cuyo destino sería la muerte pronta o que se han transformado en un riesgo para los visitantes por el sitio donde se encuentran o su posición."
Frescor y magia de las caminatas
Los trabajadores que participaron en la construcción del espejo de agua aseguran que retiraron algunos de los cedros dañados, pero no se cortó ningún árbol centenario. Estos permanecen como ''clavados" en el cemento.
Especialistas del fideicomiso afirman que el problema de la vegetación en el Bosque de Chapultepec ''fue provocado por el afán de plantar árboles sin consideraciones o criterios ambientales. Encontramos algunos a menos de dos metros de distancia entre sí, cuando se requieren de 15 o 20 metros, según su especie."
Concluyen que las caminatas por el bosque milenario no perderán su magia ni su frescor, pues ''un árbol sano tiene las funciones vitales y los beneficios ambientales hasta de 100 árboles débiles".
El Plan Maestro (que concluirá este año) considera la transformación de algunos espacios que actualmente ocupan oficinas para convertirlos en museos, viveros y pasos temáticos, así como la creación de kioscos comerciales.