El alimento de las agroindustrias
¿Por qué, según todos los análisis, cada año que pasa las agroindustrias son más grandes? ¿De qué se alimentan, de dónde obtienen tantos beneficios? ¿Es, quizás, cómo consecuencia de fusiones entre ellas?
La respuesta me la dio Rafael, un ex campesino hondureño. Cultivaba maíz y algunas verduras para su familia, pero tuvo que dejar sus tierras heredadas y ahora vive en el extrarradio de Tegucigalpa. De momento recoge cartones, pero busca algo mejor.
Parece ser que una gran multinacional -que llamaremos Montesanto, para no ofender a nadie- movió diferentes hilos para adquirir sus escasas tierras. Pero con las tierras de Rafael, las de sus vecinos también expulsados y la tala de cientos de hectáreas de bosques colindantes, Montesanto puso en marcha una importante plantación de palma de aceite. El aceite de palma se comercializa muy bien en Europa y Estados Unidos para su transformación en biodiesel. Los respectivos gobiernos apoyan la introducción de este combustible como una buena opción ecológica. A los consumidores sensibles nos gusta saber que tenemos alternativas al petróleo, aunque en muchas casos, como éste, somos simples consumidores engañados por un falso marketing.
También el biodiesel de Montesanto llena los depósitos de los tractores de Montesanto, que surcan los latifundios de Arkansas en sistema intensivo, produciendo enormes cantidades de maíz. Los excedentes de las macrocosechas, con subvenciones del gobierno de Estados Unidos o con la ayuda del Programa Mundial de Alimentos, se colocan muy baratos en las estanterías de los comercios de muchos países. También de Honduras.
Comiendo con Rafael unas tortillas preelaboradas con el maíz de Montesanto sentenció: -Gustavo, las multinacionales se alimentan de campesinos.
*Director de Veterinarios sin Fronteras