Las tasas que pagan a ahorradores no superan más de 9% anual en cuentas a plazo fijo
Cobran bancos intereses por crédito 5 veces mayores a los de sus países
Las comisiones a tarjetahabientes, de tres a 10 veces más caras respecto al exterior: Condusef
De nada sirve baja inflación si no se refleja en el financiamiento al consumo, afirma Di Costanzo
Las tasas de interés que cobran los bancos en México, en su mayoría extranjeros, por el financiamiento al consumo mediante tarjetas de crédito es en promedio cinco veces más caro que el que ofrecen estas instituciones en sus países de origen, lo que significa que el crédito para el consumo de los mexicanos es un negocio altamente lucrativo para las instituciones bancarias.
En contraste, las tasas de interés que pagan los bancos a los ahorradores difícilmente alcanza 9 por ciento anual en inversiones a plazo fijo; en las cuentas de ahorro los rendimientos son inclusive negativos al descontar la inflación.
Así, el fomento del uso de tarjetas de crédito se ha convertido en una mina de oro, para obtener ingresos extraordinarios con esa actividad que llega a límites que podrían ser considerados de usura.
Según el Banco de México, la inflación que registró la economía mexicana en 2005 fue de aproximadamente 3.3 por ciento (la más baja en las últimas tres décadas); la que se espera para 2006 será de alrededor de 3.5 por ciento. Sin embargo, la baja en la inflación no ha sido acompañada de una baja en las tasas de interés al consumo en la misma proporción.
Un análisis con base en datos de la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef), revela que las comisiones que cobran los bancos en México son entre tres y diez veces más caras que las que estas instituciones cobran a sus tarjetahabientes en otros países.
De esta manera, tomando en consideración las cuotas anuales, las comisiones por apertura, reposición, retiro de efectivo de los cajeros, consulta de saldos, gastos de cobranza, impuestos, manejo de cuenta, entre otros, estos costos se elevan considerablemente.
Por ejemplo, una tarjeta de crédito emitida por el Hong Kong Shangai Bank (HSBC) en Inglaterra, su país de origen, tiene una tasa de 16 por ciento, mientras que en México, incluyendo los diversos cargos y comisiones, la tasa compuesta alcanza hasta 77 por ciento anualizado.
Citibank, institución que en Estados Unidos, su país de origen, cobra una tasa de alrededor de 9 por ciento, tiene en México, su filial Banamex, una tasa compuesta, incluyendo comisiones y otros cargos hasta de 85 por ciento anual.
El Banco Bilbao Vizcaya Argentaria (BBVA), en España cobra una tasa de 25 por ciento, mientras que su filial en México, Bancomer cobra hasta 85 por ciento de interés.
Al respecto, el consultor privado Mario di Costanzo, advir-tió que los bancos, con estrategias que solamente buscan una mayor penetración en el mercado, han vuelto a abrir la llave del crédito al consumo mediante las tarjetas de crédito.
Refirió que con los plásticos buscan enganchar a la población a un financiamiento que es extraordinariamente costoso y que, combinado con movimientos a la alza en las tasas de interés, el elevado desempleo y la falta de crecimiento económico, podrían traducirse en una bomba de tiempo para la economía mexicana, cuando sobre las finanzas públicas, todavía pesa el fraude del Fobaproa, y muchos todavía se encuentran inmersos en la crisis de los deudores que estalló en 1995.
La cascada de cobros que hacen los bancos que operan en el país se generaliza en todas las tarjetas de crédito.
Por ejemplo BBVA-Bancomer en su emisión de tarjetas Clásica Internacional y Oro Internacional cobra una comisión por apertura de 150 y 175 pesos, respectivamente, más una comisión de 600 pesos por cargo anualizado para el titular y 300 por cada tarjeta adicional.
Sumado al costo por apertura y anualidad, los bancos cobran comisiones por "reclamación improcedente" como en caso de Santander, Banorte y Bancomer, los cuales van desde los 170 pesos como en el caso de Santander, hasta los 320 pesos como en el caso de HSBC.
A estos costos se añaden los de "intento de sobregiro" que por ejemplo en caso de Banamex es de 50 pesos y en el de BBVA Bancomer es de 100 pesos.
Sin embargo, y sin lugar a dudas, el mayor costo está reflejado en la tasa de interés que se cobra, que se encuentra referenciada a la tasa de interés interbancaria de equilibrio a 28 días de vencimiento (TIIE a 28 días) y que en términos prácticos refleja "el costo de financiamiento del gobierno y de los bancos; es decir, es el promedio aproximado de las tasas de interés que pagan los bancos y gobierno por obtener dinero".
Pero mientras que ese costo varía mes a mes, que en la actualidad se ubica en sólo 8 por ciento, los bancos le añaden en promedio 40 puntos porcentuales más para obtener la tasa de interés que les cobran a los tarjetahabientes, con lo que el interés que ellos pagan se eleva hasta 40 por ciento.
Las tarjetas más costosas
Las tarjetas más costosas por lo que a tasas de interés se refieren son HSBC en sus versiones Clásica Internacional y Oro Internacional, cuya tasa de interés promedio es de 60 por ciento; le siguen BBVA-Bancomer y Banorte con 48 por ciento, respectivamente; Santander Serfin con 44 por ciento (excepto Serfin Ligth), American Express con 41 por ciento y Banamex con 40 por ciento, con lo que al final la tarjetas más barata es la tarjeta Serfin Ligth que cobra una tasa de interés de 23 por ciento.
Es importante recordar que todas las tarjetas de crédito cobran intereses moratorios, los cuales se aplican sobre el saldo insoluto y prácticamente duplican la tasa de interés que cobra normalmente la tarjeta de créditos respectiva.
Di Costanzo Armenta, quien también es asesor en el Congreso de la Unión en materia financiera, consideró que de nada sirve tener inflaciones de 3 o 4 por ciento, si el costo del crédito al consumo sigue siendo infinitamente mayor.
En México alrededor de 40 por ciento de los ingresos totales de los bancos comerciales lo representan las comisiones, proporción por encima de países como Brasil, Inglaterra, Francia y España, naciones en las que los ingresos por comisiones representan entre 30 y 36 por ciento.