"Nunca tuvimos la intención de reconstruir" al país ocupado, asegura mando militar
Calculan en 2 billones de dólares el costo de la guerra en Irak para EU
Congresista prevé retiro masivo de tropas este año ante los próximos comicios legislativos
Nueva York, 16 de enero. El costo político y económico de la guerra estadunidense contra Irak empieza a alcanzar niveles que podrían ser insostenibles, lo que llevaría a vislumbrar el inicio del fin de esa invasión.
El economista premio Nobel, Joseph Stiglitz, de la Universidad Columbia, y la profesora Linda Bilmes, experta en presupuestos de la Universidad de Harvard, han calculado que los costos totales de la guerra en Irak son mucho más grandes de los previamente proyectados; hasta 10 veces más que el cálculo oficial más alto justo antes de la guerra. Ambos economistas estiman que el costo total, de conservador a moderado, es de entre poco menos de un billón de dólares y 2 billones de dólares, respectivamente.
Cuando poco antes de la guerra, el economista Larry Lindsey, funcionario del gobierno de Bush, proyectó el costo de la misma entre 100 y 200 millones de dólares, de inmediato voceros de la Casa Blanca descalificaron el pronóstico, afirmaron que los costos serían mucho menores y adelantaron que la guerra incluso podría beneficiar a la economía estadunidense. El gobierno de Bush argumentaba que gran parte de los costos -particularmente después de derrocar al régimen de Saddam Hussein- serían pagados por Irak, con su petróleo.
Según Stiglitz y Bilmes, los costos reales, al calcular todo, serán 10 veces más que el cálculo inicial de Lindsey. Sus cálculos incluyen tanto los costos directos de la guerra, como la economía en general. Por ejemplo, se incorporan los costos del trato médico y discapacidad de los 16 mil heridos -de ellos un 20 por ciento tiene serias lesiones cerebrales-, junto con altos gastos para reclutar a más soldados. Por otro lado, el análisis incluye costos macroeconómicos, como el impacto de la guerra sobre el precio de petróleo, entre otros factores.
En tanto, el gobierno estadunidense ha reconocido, implícitamente, que tal vez no podrá cumplir con su compromiso para reconstruir el país destrozado por su guerra. Los Angeles Times reporta que está por desaparecer lo que antes se llamaba el "Plan Marshall" para Irak. Para finales de este año, los 18.6 mil millones de dólares aprobados por el Congreso en 2003 para la reconstrucción estarán agotados, mientras que Irak sigue deshecho. Pero militares y algunos funcionarios estadunidenses han indicado que no habrá más recursos, a pesar de la necesidad. "Nunca tuvimos la intención de reconstruir Irak", afirmó el general William McCoy, comandante del cuerpo de ingenieros del ejército de Estados Unidos en Irak. "Estábamos otorgando suficientes fondos para arrancar el esfuerzo de reconstrucción en este país", declaró al rotativo.
Eso contradice afirmaciones hechas por el gobierno de Bush desde el inicio del conflicto, cuando se hablaba de un plan tipo "Marshall" para rescatar al país destruido. Ahora, dicen los funcionarios, no hay planes de otorgar más fondos para este esfuerzo, y muchos señalan que con la oposición a la guerra creciendo en casa, sería muy difícil lograr que el Congreso aprobara otro paquete de asistencia económica de las dimensiones necesarias para lograr la reconstrucción de Irak. Así, ahora se habla del papel del sector privado, y de una reforma tipo Fondo Monetario Internacional de ajuste estructural de privatizaciones, reducción de la burocracia y otros empleos supuestamente innecesarios, así como detener los subsidios.
Las pérdidas humanas
Los costos humanos de esta guerra para Estados Unidos continúan generando más rechazo a esta guerra. Los casi 2 mil 200 estadunidenses muertos, más los 16 mil o más heridos ya provocan dudas y preocupaciones más allá de las filas de los activistas contra la guerra. Es por eso que Cindy Sheehan se ha convertido en uno de los símbolos de oposición, representando no a los grupos pacifistas, sino a las familias de los soldados.
A principios de mes, Paul Schroeder, director administrativo de una empresa de desarrollo de comercio en Cleveland, escribió un artículo publicado por el Washington Post sobre la muerte de su hijo, Edgard Schroeder II, en Irak en agosto de 2005. Al comentar las obligatorias palabras oficiales para cada padre de familia al ser notificado de la muerte de sus hijos en la guerra -"fue un héroe"- Schroeder sostiene que uno no es héroe por morir, sino por cómo se vive. "Opto por honrar a nuestro héroe caído al recordar cómo era en vida, no cómo murió... Aunque me duela, creo que su muerte -y la de otros estadunidenses en Irak- fue un desperdicio... Pero sus muertos no serán en vano si los estadunidenses cesan de esconderse detrás de las máscaras de héroe vestidas en banderas y cesan de susurrar su oposición a esta guerra. Hasta entonces, las vidas de nuestros hijos, hijas, esposos, esposas, padres y madres podrían ser desperdiciadas también. Esto es muy doloroso de reconocer, y tengo que vivir con ello. El presidente Bush también".
Hay cada vez hay más expresiones como esta, de familias que enfrentan las consecuencias de la política bélica de Washington. El representante demócrata conservador y uno de los legisladores más cercanos al alto mando del Pentágono, lo advierte. John P. Murtha, en entrevista con el programa de CBS, 60 Minutes, pronosticó este domingo que habrá un retiro masivo de tropas de Irak este año por la creciente oposición a la guerra en un año de elecciones legislativas nacionales. "Creo que los políticos que brindan asesoría (al presidente) le dirán: 'usted no desea un Congreso demócrata, desea mantener una mayoría republicana, y la única manera de hacerlo es con una reducción sustancial de las tropas en Irak", afirmó. Así, cree que la mayoría de las tropas saldrán antes de fin de año.
"Deberíamos salirnos ahora"
Una voz de gran prestigio, y que tuvo enorme impacto durante la guerra de Vietnam, se ha sumado al coro contra la guerra. Walter Cronkite, quien fue el conductor del noticiero nacional más influyente de CBS en los 60, y cuya opinión de que esa guerra no podría ganarse fue clave en el cambio de la opinión pública en torno de ese conflicto, concluyó lo mismo ayer. "Yo creo que deberíamos salirnos de ahí ahora", dijo en una reunión con periodistas. Como conductor, era calificado como "el hombre más confiable de Estados Unidos", y cuando declaró su opinión sobre Vietnam en 1968, se dice que el entonces presidente Lyndon Johnson le comentó a uno de sus asesores: "si he perdido a Cronkite, he perdido el centro de Estados Unidos".
Pero la debilidad política en el esquema formal de esta democracia aún permite que esta política bélica, a pesar de que una mayoría esté en contra, continúe. Como señaló Noam Chomsky en reciente entrevista publicada por Alternet: "George Bush estaría en apuros políticos severos si existiera un partido político de oposición en este país... los demócratas son tan parecidos en políticas a los republicanos que no pueden hacer nada al respecto".