Usted está aquí: martes 17 de enero de 2006 Mundo "Dios no escogió a EU como policía"

"Dios no escogió a EU como policía"

Bush conmemora el Día de Martin Luther King, pero omite toda referencia antibélica

DAVID BROOKS CORRESPONSAL

Nueva York, 16 de enero. Hoy se celebra el Día de Martin Luther King Jr., proclamada jornada festiva federal y celebrado oficialmente por el presidente George W. Bush y casi toda la cúpula política estadunidense. Pero la Casa Blanca y la mayoría de los hombres públicos evitaron toda mención de las palabras del dirigente social sobre el tema más importante: la guerra.

Tienen razón, ya que recordar los famosos discursos de King contra la guerra sería condenar las políticas actuales. Por eso Bush y gran parte de la clase política prefirieron recordar el mensaje del "sueño" de un Estados Unidos donde el racismo y la discriminación desaparecen, y donde nace la esperanza de un país más igualitario. Así, intentaron limitar todo al tema de los "derechos civiles".

Peor aún: el gobierno de Bush empleó palabras del gran líder social para promover su propia política, señalando que los esfuerzos de este gobierno son guiados por esa visión moral. Para colmo, usó una frase famosa para su propaganda anticastrista en Cuba. Hoy la agencia Reuters reporta que las palabras de King -"tengo un sueño de que un día esta nación se levantará"- fueron proyectadas hacia la calle desde la misión diplomática de Estados Unidos en La Habana mediante un letrero electrónico (el mensaje de King estaba originalmente dedicado a Estados Unidos).

Casi al final de su vida, acortada por la bala de un asesino, Martin Lu-ther King declaró que como líder de un movimiento por los derechos civiles y por el fin de la violencia tenía la responsabilidad de pronunciarse sobre la guerra y las políticas belicistas y opresoras de su país.

"Sabía que nunca jamás podría elevar mi voz contra la violencia hacia los oprimidos de los guetos sin primero haber hablado claramente sobre el más grande propiciador de violencia en el mundo hoy: mi propio gobierno", afirmó en su famoso discurso contra la política bélica de Washington y la guerra en Vietnam, el 4 de abril de 1967 en la Iglesia Riverside en esta ciudad.

"Ahora debería ser incandescentemente claro, para cualquiera que tenga alguna preocupación por la integridad y la vida de Estados Unidos, que nadie puede ignorar la guerra presente", afirmó al llamar a oponerse a la violencia para rescatar "el alma" de esa nación.

En frases que podrían ser aplicadas hoy a Irak, King advirtió que Estados Unidos nutrió la violencia al incrementar el número de soldados en apoyo de gobiernos ineptos y corruptos, "y todo el tiempo el pueblo leyó nuestros volantes y recibió las promesas constantes de paz, democracia y reforma agraria. Ahora vive bajo nuestras bombas y nos considera a nosotros, y no a sus connacionales vietnamitas, el verdadero enemigo".

Hablando sobre los combatientes estadunidenses, declaró que "no sólo los estamos sometiendo al proceso brutalizador que forma parte de cualquier guerra (...) estamos añadiendo cinismo al proceso de la muerte, ya que tienen que saber, después de un breve periodo, que nada de lo proclamado como razones para la lucha forma parte de esta aventura (...) los más refinados seguramente se dan cuenta de que estamos del lado de los ricos (...) mientras creamos un infierno para los pobres. De alguna manera esta locura tiene que parar. Tenemos que pararla ahora".

Añadió: "todo hombre de convicciones humanas debe decidir sobre el tipo de protesta que más se presta a sus creencias, pero todos tenemos que protestar". Agregó que estas políticas van más allá de Vietnam, que las estadunidenses están del lado equivocado de la historia.

"Durante los últimos diez años hemos visto surgir un patrón de supresión que ahora ha justificado la presencia de asesores militares en Venezuela (en 1967). Esta necesidad de mantener la estabilidad social para nuestras inversiones es la razón de la acción contrarrevolucionaria de las fuerzas estadunidenses en Guatemala. Revela por qué helicópteros estadunidenses se emplean contra guerrilleros en Camboya y porque el napalm estadunidense y fuerzas de las Boinas Verdes ya han estado activas contra rebeldes en Perú".

"Estoy convencido de que si hemos de estar del lado correcto de la revolución mundial, nosotros como nación tenemos que realizar una revolución radical de valores... Cuando las máquinas y las computadoras, los motivos de ganancia y derechos de propiedad, son considerados más importantes que la gente, el gigantesco trío de racismo, materialismo extremo y militarismo no puede ser conquistado". Agregó que "una verdadera revolución de valores pronto verá con inquietud el contraste deslumbrante de pobreza y riqueza.

Con indignación veraz, verá a través de los mares y verá a capitalistas individuales de occidente invirtiendo enormes sumas de dinero en Asia, Africa y Sudamérica, sólo para sacar sus ganancias sin ninguna preocupación para el bienestar social de esos países, y dirá: 'esto no es justo'. Verá nuestra alianza con los latifundistas de Sudamérica y dirá: 'esto no es justo'.

La arrogancia occidental de sentir que tiene todo que enseñar a los demás y nada que aprender de ellos, no es justo. Una verdadera revolución de valores pondrá la mano sobre este orden mundial y dirá de la guerra: 'esta manera de resolver diferencias no es justo'".

"Estos son tiempos revolucionarios. Por todo el planeta los hombres se están rebelando contra los viejos sistemas de explotación y opresión, y de las heridas de un mundo frágil, nuevos sistemas de justicia e igualdad están naciendo. Los pueblos sin camisa y descalzos se están levantando como nunca. Los pueblos que se sentaban en la oscuridad han visto una gran luz. Nosotros en occidente tenemos que apoyar estas revoluciones".

"Este llamado por la hermandad mundial que eleva a la preocupación vecinal más allá de la tribu o raza, clase y nación de uno en realidad es un llamado por un amor envolvente e incondicional por toda la humanidad", afirmó.

"Aún tenemos una opción hoy: la coexistencia no violenta o la coaniquilación violenta... Tenemos que buscar nuevas maneras de hablar por la paz en Vietnam y la justicia mediante el mundo en desarrollo, uno que está a nuestras puertas.

Si no actuamos, seguramente seremos arrastrados por los pasillos largos, oscuros y vergonzosos del tiempo, reservados para aquellos que poseen el poder sin compasión, poderío sin moralidad, y fuerza sin visión.... Ahora, volvamos a dedicarnos a la larga y agría, pero hermosa, lucha por un nuevo mundo".

En un discurso en Atlanta, un par de semanas más tarde después de su famoso discurso en Nueva York contra la guerra, King pronunció frases con ecos contemporáneos para un gobierno que suele invocar el poder divino al justificar su poder militar.

"No permitan que nadie les haga pensar que Dios escogió a Estados Unidos como su fuerza mesiánica divina para ser un tipo de policía del mundo entero. Dios tiene una manera de presentarse ante las naciones con justicia y parece que puedo escuchar a Dios decir a Estados Unidos: 'eres demasiado arrogante, y si no cambias tus modos, me alzaré y romperé la columna vertebral de tu poder".

Estas palabras no resonaron en Washington hoy, por lo menos en las bocas de la gran mayoría de los políticos (hay excepciones notables, inclusive algunos que acompañaron a King están hoy en el Capitolio, como algunos otros). Pero aunque murió hace unos 37 años, para no pocos sus palabras son más contemporáneas que nunca.

 
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