La difamación, sujeta a lo que interpreten los jueces
La exculpación, maniobra "más peligrosa": Cacho
Persiste el riesgo de que la periodista sea encarcelada
El anuncio de la segunda sala penal de justicia de Puebla sobre el retiro de la acusación de calumnias contra la escritora Lydia Cacho Ribeiro, imputada por el empresario Kamel Nacif Borge, lejos de garantizar la seguridad y el derecho de libre expresión de la comunicadora representa mayor riesgo, ya que al continuar el proceso por difamación las autoridades poblanas afinaron su estrategia de llevar a la cárcel la autora del libro Los demonios del Edén, que denuncia la red delictiva del pederasta Jean Succar Kuri, en la que el denunciante de la periodista figura como cómplice y protector.
"Apenas se dio a conocer esta decisión de las autoridades poblanas me llovieron llamadas telefónicas y mensajes felicitándome por lo que mucha gente entendió como buena noticia. Nada de eso. Es una maniobra mucho más peligrosa, que resta margen de maniobra para mi defensa", comentó la acusada.
Por su parte, el abogado de la periodista, Guillermo Cuén, señaló que mientras Cacho podía defenderse del delito de calumnia con la simple demostración de la legitimidad de las fuentes que dieron origen a las citas sobre Kamel Nacif, el delito de difamación está sujeto a la interpretación de los jueces.
Por el contrario, la legislación poblana establece que el delito de difamación -que sigue su curso en el proceso contra la informadora- se integra cuando se daña moralmente a una persona al imputarle algo que comprometa su reputación, sea falsa o verdadera, puntualizaron fuentes cercanas a la defensa.
Esto significa, agregaron, que aun cuando sean ciertas todas las aseveraciones que contiene el trabajo periodístico de la obra citada, aun si la periodista prueba que todas las citas sobre la relación de Kamel Nacif con Succar Kuri y sus actividades delictivas fueran comprobadas y ratificadas, la periodista sería condenada si los jueces de Puebla juzgan de manera subjetiva que la divulgación de los hechos daña la imagen del demandante.
Un día antes, el lunes 16, Cuén había advertido a las autoridades de justicia de Puebla que el dictado de un auto de formal prisión por dos cargos distintos, calumnia y difamación, imputables a una misma probable conducta delictiva, constituía una irregularidad.
Refirió también que la defensa llevaría el caso a tribunales internacionales por las múltiples violaciones tanto a las garantías individuales como a los derechos humanos de la periodista. Un aspecto central de esta protesta sería la ilegalidad de pretender sancionar a la acusada dos veces por el mismo hecho denunciado.
Ante esta perspectiva, ayer las autoridades poblanas anunciaron el retiro de los cargos por calumnias, pero omitieron aclarar que mantienen la acusación por el delito de difamación. Por este último la sanción puede ser hasta de cuatro años de cárcel.
"En realidad las autoridades poblanas, al verse presionadas a optar por uno solo de los delitos, eligieron el que resulta más amenazante para cualquier periodista. El riesgo para Cacho no residía en las acusaciones por calumnia (puesto que puede comprobar la veracidad de sus citas sobre Kamel Nacif Borge), sino en la denuncia por difamación, en la medida en que dependerá de la interpretación de la justicia poblana considerar si existe dolo. Con la decisión de mantener esta acusación se sigue coartando la libertad de expresión de esta reportera", señaló Cuén en un comunicado de prensa.