Usted está aquí: miércoles 18 de enero de 2006 Opinión MEXICO SA

MEXICO SA

Carlos Fernández-Vega

En Rubenlandia no hay fracasos, aun en el caso de los ingenios

Reprivatizaciones con costo al erario

Pipiolo metido a dino

Las rebanadas del pastel:

SIEMPRE CON EL aplauso presidencial como música de fondo, el ex secretario Javier Usabiaga solía decir que en el agro mexicano "hay que hacer bien las cosas", y de lo bien que las hicieron ha dado cuenta la Suprema Corte de Justicia de la Nación: la expropiación azucarera (versión del "cambio"), inconstitucional.

POR DONDE SE le vea, la decisión del máximo tribunal del país es un descalabro para el inquilino de Los Pinos, "el mejor secretario" de Agricultura que ha tenido México (Fox dixit) y los otros tres tristes funcionarios (Francisco Gil Díaz, Luis Ernesto Derbez y Francisco Barrio) que participaron en dicha expropiación, en septiembre de 2001.

UNA VEZ MAS, los barones del azúcar salen fortalecidos con las viejas prácticas gubernamentales en el perenne circuito expropiación-reprivatización, mientras el vocero presidencial se congratula porque el fallo de la SCJN "de ninguna manera lo asumimos como un fracaso, sino como parte de un proceso donde, en el primer momento el gobierno actuó en lo que consideraba que era la acción que debería de tomar. Creemos que resultó muy bien, se evitaron conflictos sociales, y hoy hay esta resolución y es bien recibida por el Ejecutivo federal".

EN RUBENLANDIA, COPIA fotostática de Foxilandia, las cosas marchan de maravilla y, por lo mismo, la expropiación de 27 ingenios azucareros el 3 de septiembre de 2001 no sólo fue correcta y oportuna, sino necesaria para "mantener la paz social", y ahora que el gobierno federal se ve obligado a regresarlos el vocero celebra, sin empacho, que se haga "en condiciones saneadas financieramente y en mejor situación; (los ingenios) han sufrido muy buenas modificaciones".

LA PLACENTERA LECTURA que al sonado fracaso expropiatorio da el gobierno del "cambio" es prácticamente idéntica a la aplicada por anteriores administraciones públicas participantes en la interminable cadena de "rescates", "salvamentos" y conexos de los barones del azúcar.

UN POCO DE historia no muy añeja sobre los dulces empresarios azucareros, que son el cuento de nunca acabar, permite conocer que en el periodo 1967-1982, el gobierno federal adquirió un número creciente de ingenios privados en quiebra, incrementando, de manera sostenida, su participación en la producción de azúcar: en 1967, llegó a representar 14 por ciento del total nacional; en 1974, el 33.7 por ciento y en 1982, el 72 por ciento. En ese lapso la demanda interna se incrementó en casi 120 por ciento: de un millón y medio de toneladas en 1967, a 3.25 millones en 1982. Para 1988, en plena efervescencia privatizadora, el Estado poseía 48 centrales azucareras y controlaba otros seis, con problemas de rentabilidad y obsolescencia.

SIN EMBARGO, LOS empresarios del ramo tienen su visión de las cosas, y consideran que "pasada la lucha armada de la Revolución, se reconocen cuatro periodos en el sector: recuperación y estabilización (1922-1950), crecimiento acelerado (1950-1967), estancamiento y crisis (1967-1982) y reordenamiento y autosuficiencia (a partir de 1982). En el primero de ellos se crearon Azúcar, SA (1931) y UNPASA (1938), registrándose una tasa de incremento anual promedio de 4.7 por ciento; en el segundo, 8.2 por ciento, aunque en ese lapso se crearon las condiciones para que el proceso de auge finalizara en forma brusca; en el tercero, se reportó una fuerte caída en la tasa anual promedio de crecimiento (a 1.2 por ciento) y reflejó un profundo estancamiento, con la consecuente crisis; por último, el cuarto, cuando la industria reprivatizada redujo sus enormes costos fijos y a partir de 1995 reinició sus exportaciones".

ESA NARRACION DE cuento de hadas con final feliz no cuadra con la realidad, porque en 1998 la Secretaría de Hacienda autorizó una nueva restructuración del débito de los ingenios azucareros reprivatizados con Financiera Nacional Azucarera (2 mil millones de dólares), mientras que los dulces barones se quejaban porque "el sector ha vivido en crisis durante los últimos años a raíz de la privatización de los ingenios, sobre todo porque no tenemos un programa nacional como otros sectores y se puso en peligro la subsistencia de 20 o más ingenios".

SEMANAS ANTES DE la expropiación foxista, la Cámara Nacional de la Industria Azucarera y Alcoholera reconocía nuevos apoyos gubernamentales para "rescatar" a los ingenios, aunque sostenía que los dineros públicos involucrados no tenían "nada que ver con subsidios o rescates; simplemente son préstamos que tienen como prenda la producción de azúcar para pagar los adeudos con los productores cañeros, pero que en tiempo y forma deberá liquidarse". Y llegó el 3 de septiembre de 2001.

EN LOS HECHOS el gobierno federal del "rescate" azucarero ha hecho un clon del "salvamento" bancario, es decir, un barril sin fondo. Ha cometido los mismos errores y excesos, con idénticos resultados (tan idénticos que algunos de los empresarios del azúcar aparecen cómodamente inscritos en las listas del Fobaproa, con créditos relacionados). En una primera etapa (1998) reestructuró un adeudo de 2 mil millones de dólares, para tres años después expropiarlos por quiebra y descapitalización.

EL ERARIO PUBLICO recibió alrededor de 13 mil millones de dólares por la venta de las 18 instituciones bancarias resultantes de la expropiación de 1982 y su "rescate" le ha costado al país aproximadamente 100 mil millones de dólares. En el caso de los ingenios azucareros reprivatizados, los recursos públicos en juego se aproximan a 3 mil millones de dólares, cuando por esas centrales el Estado mexicano recibió poco menos de 400 millones. En el caso de la banca, por cada dólar que el gobierno recibió, ha tenido que gastar 7.7; por lo que toca a las centrales azucareras, la relación ha sido de 1 a 7.5.

COMO LO AFIRMARON gobiernos anteriores, tampoco el "cambio" ha fracasado en el sector azucarero. ¿Y los dulces barones? En plena carcajada, como los banqueros.

CON BOMBO Y platillo arranca el programa de pensiones electorales del inquilino de Los Pinos: 8.22 pesos por día para los "beneficiarios" de Oportunidades... En el "nuevo" PRI sólo dinosaurios se ven. El único pipiolo en la estructura sería un joven egresado de Ciencias Políticas, pero lamentablemente piensa y actúa como ellos.

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