ASTILLERO
Héroes y dioses
La espada de los arcángeles
Funcionario Anacleto
Vicente-nario juarista
EL ARCANGEL SAN Miguel está escultórica y políticamente por encima de Miguel Hidalgo, Josefa Ortiz de Domínguez, Juan Aldama e Ignacio Allende. Al menos así fue decidido por el gobierno municipal panista de San Miguel de Allende, que ha inaugurado una Glorieta de los Héroes colocando en lo alto la figura religiosa y debajo de ella, rodeándola, las estatuas de los insurgentes. El presidente municipal, Luis Alberto Villarreal, aseguró este sábado, durante la ceremonia oficial de estreno del conjunto cívico-religioso, que los héroes de la independencia nacional ''siempre sintieron el respaldo y la protección de San Miguel Arcángel'' y que, por tanto, ''esto no es un acto de fe, por lo menos de fe religiosa: es un acto de fe patriótica'' (nota de Carlos García en El Correo de Hoy, de Guanajuato, 22 de enero).
EN LA SEGUNDA quincena de diciembre pasado, ese mismo presidente municipal guanajuatense firmó un hermanamiento de ciudades con Tepatitlán de Morelos, Jalisco, la cuna de Anacleto González Flores, el máximo jefe cristero beatificado en el Estadio Jalisco el pasado 20 de noviembre junto con una docena más de combatientes religiosos. De los firmantes del acuerdo que emparentó a San Miguel de Allende con Tepatitlán, el presidente del primer municipio, Villarreal, también es candidato a senador, pero el segundo, Leonardo García Camarena (obviamente, también panista), fue nombrado, a partir del presente mes, comisionado de la Secretaría de Gobernación en materia de desarrollo político.
CON ESA INVESTIDURA, de tercero o cuarto nivel, García Camarena fue el funcionario de mayor importancia que el gobierno federal tuvo a bien designar para que asistiera a la ceremonia oficial de instalación del consejo consultivo de la Coordinación Nacional de Comisiones y Representantes Juaristas que organiza el homenaje nacional a Benito Juárez a 200 años de su nacimiento. El propio Presidente de la República había sido invitado especialmente al acto, aunque es de suponerse que olvidó la fecha de la misma manera que días atrás había dicho en público que este año se conmemorarían los 100 años del natalicio del Benemérito de las Américas (y eso que el nombre del mencionado presidente es especialmente favorable al recuerdo de vicente-narios). Tampoco asistió el secretario de Gobernación, Carlos Abascal, quien no mostró la misma indolencia el pasado 20 de noviembre cuando, ''a título personal'', pero protegido por agentes federales, acudió a la antes mencionada beatificación que en los hechos quiso convertir la fecha tradicionalmente revolucionaria en un Día de la Reacción. Tan evidente e inaceptable fue el desdén foxista hacia el acto inicial de la temporada de homenaje al prócer oaxaqueño que los directivos de la comisión decidieron impedir que el presidente municipal con licencia de Tepatitlán de Anacleto González estuviera con ellos, y según nota de José Galán en La Jornada, del pasado 19 de enero, ''debió ser bajado del presídium, aunque no quería''.
AYER, FELIPE CALDERON pagó tributo a la fuerza política del jefe de la ultraderecha mexicana, el cardenal Juan Sandoval Iñiguez. Colocando su investidura cívica bajo la espada del arcángel Juan, el candidato presidencial panista fue a desayunar al domicilio del jerarca neocristero. Más tarde, Calderón fungió como testigo de honor de las tomas de protesta de destacados personajes de esa misma derecha extrema, como el aspirante a gobernar Jalisco, Emilio González Márquez, que es presidente municipal con licencia de Guadalajara, municipio de cuyo erario dispuso fondos para editar un libro laudatorio del cristero Anacleto González Flores, y para recomponer las historias nacional y regional en libros de texto gratuitos que fueron sometidos a una revisión favorable a la óptica conservadora (el beato González Márquez también ganó fama por un auténtico milagro: meses antes de que se realizara una licitación pública para la compra de patrullas para el municipio de Guadalajara, la empresa que habría de resultar ganadora había adquirido el mismo número de unidades, con las características requeridas en el concurso que ¡aleluya! prodigiosamente acabaría ganando).
PERO TODO ES perdonable en aras de los héroes o los dioses. El cardenal primado de México, Norberto Rivera, se ha declarado juez de lo terreno para extender un certificado de inocencia al comisionado de desarrollo político de Ecatepec, Onésimo Cepeda, quien como obispo ha resultado un extraordinario grillo bipartidista (a favor del PRI y el PAN) y un denodado practicante de la opción preferencial por los millonarios. Dice Su Eminencia que, a su ver, el enésimo tropezón del obispo Onésimo, al declarar contra el candidato presidencial perredista, no constituye infracción jurídica punible.
Y, DADO QUE el aspirante presidencial priísta, Roberto Madrazo, ha llamado a convertir la efigie de Benito Juárez en símbolo de campaña, dos gobernadores estatales de ese partido han hecho lo que a su entender (sea este largo o corto) han podido. Fidel Herrera, por ejemplo, alteró el libro Juárez, el Republicano, escrito por la historiadora Josefina Zoraida Vázquez, al colocar en su primera página un agregado con el que pretendía adjudicarse o compartir méritos. Conforme a la Ley Federal de Derechos de Autor, ese lance pirata constituye un delito, por el cual deberá responder el sucesor de Miguel Alemán -cuyo paso por el erario veracruzano, por cierto, tomó forma aérea en la nueva línea de bajo costo cuyo nombre es InterVer, o algo parecido. Otro priista egregio, Ulises Ruiz, encontró como mejor forma de homenajear a su paisano distante (Ruiz y Juárez son polos extremos de la forma de hacer política) el practicar obstrucciones infantiloides al abanderado perredista a la Presidencia, iniciando trabajos de mejoría a la plaza de Guelatao justamente cuando estaba por llegar al lugar el mencionado candidato.
Y, MIENTRAS LOS arcángeles de la ultraderecha siguen colocando a la historia y sus héroes bajo espadas religiosas, ¡hasta mañana!
* Fax: 5605-2099 * [email protected] *