MEXICO SA
Tras la euforia del triunfo, Bolivia deberá enfrentar presiones
Casi dos tercios de la población indígena de ese país, entre el 50% más pobre
CUMPLIDO EL CEREMONIAL, Evo Morales enfrentará problemas mucho más difíciles de resolver que los implícitos en su camino por llegar a la Presidencia de Bolivia. En su discurso de toma de posesión hizo un recuento de la delicada situación que vive su país, el cual, finalmente, no es más que un compendio de la problemática latinoamericana: pobreza, explotación, concentración del ingreso y la riqueza, saqueo institucionalizado, depredación trasnacional, corrupción, apartheid económico y social, por citar algunos.
CON EL EJEMPLO boliviano, Evo resumió la circunstancia latinoamericana: "Queremos vivir bien; algunos tienen derecho a vivir mejor que otros, sin duda, pero sin robar, sin humillar, sin someter a la esclavitud a los más pobres; estoy convencido de que si hubieran sido inteligentes administradores del Estado y si hubieran amado esta patria y no hubieran gobernado sólo para saquear y enriquecerse, Bolivia sería mejor que Suiza, que no tiene recursos naturales. ¿Qué han hecho esos gobernantes? ¿No sienten lo que sufren las mayorías, los niños? Estamos recordando nuestra historia, llena de humillación, pero tampoco estamos para llorar por los 500 años anteriores. Por eso es necesario cambiar nuestro destino; en Bolivia en modelo neoliberal no va".
SU TRIUNFO FUE contundente y su toma de posesión más que emotiva, pero ahora viene la etapa más difícil, en medio de poderosos grupos de presión, internos y externos. Parte de esa realidad, con base en indicadores del Banco Mundial, es la siguiente: la población indígena representa la mayoría de Bolivia, alcanza 62 por ciento del total. En las áreas rurales 72 por ciento de la población habla lenguas indígenas, contra 36 por ciento en las zonas urbanas.
ENTRE 1997 Y 2002 las tasas de pobreza "disminuyeron" levemente, tanto para la población indígena como para la no indígena: de 75 a 74 por ciento y de 57 a 53, respectivamente. En 2002, las tasas de pobreza rural y urbana eran mucho más altas entre la población indígena que entre la no indígena (86 por ciento comparado con 74 por ciento en las zonas rurales y 59 contra 47 en las zonas urbanas). Si bien para los no indígenas las tasas de extrema pobreza disminuyeron entre 1997 y 2002 de 31 a 27 por ciento, éstas se mantuvieron constantes en 52 por ciento para la población indígena. En las áreas rurales, la extrema pobreza aumentó entre la población indígena (de 65 a 72 por ciento), pero ''disminuyó'' levemente entre los no indígenas (de 53 a 52).
DIEZ POR CIENTO de los bolivianos más ricos consume 22 veces más que el 10 por ciento más pobre. Casi dos tercios de la población indígena se encuentran entre el 50 por ciento más pobre. Si las ganancias fueran distribuidas equitativamente, la población indígena de Bolivia requeriría un ingreso per cápita equivalente al doble del de la no indígena para poder escapar de la pobreza. En la última década este indicador "creció" 0.86 por ciento.
LA TASA DE participación laboral es de 81 por ciento para la población indígena y de 64 por ciento para la no indígena. Casi un tercio de los indígenas empleados no reciben remuneración por su trabajo, comparado con 13 por ciento de los no indígenas. La mayoría del trabajo sin pago es realizado por las mujeres. En 2002, cerca de 84 por ciento de la población indígena y 67 por ciento de la no indígena trabajaba en el sector informal.
LA POBLACION NO indígena empleada gana alrededor de 140 dólares (mil 127 bolivianos) por mes, mientras la indígena empleada obtiene 45 por ciento de este monto (63.5 dólares o 513 bolivianos mensuales). La incidencia del trabajo infantil es cuatro veces más alta entre los niños indígenas que entre los no indígenas. En 2002, 31 por ciento de los niños entre nueve y 11 años trabajaban, comparado con 8 por ciento de los no indígenas. Los adolescentes indígenas entre 12 y 18 años entran a la fuerza laboral en mayor proporción y sobrepasan varias veces las tasas de entrada de los no indígenas.
LA POBLACION INDIGENA tiene 3.7 años menos de escolaridad (5.9) que la no indígena (9.6). El analfabetismo está particularmente concentrado entre la población indígena femenina y afecta a una de cada cuatro mujeres mayores de 35 años. En 2002, 18 por ciento de los no indígenas mayor de 14 años asistía a la escuela, contra 8 por ciento de los indígenas. La educación secundaria y terciaria también es baja entre los últimos. Las tasas de deserción escolar son altas, especialmente entre niños indígenas rurales.
ALREDEDOR DEL 30 por ciento de las mujeres indígenas dan a luz en hospitales, contra 55 por ciento de las mujeres no indígenas, lo cual puede tener origen en las diferentes tradiciones culturales, pero implica menos acceso a cuidados en caso de complicaciones. Las tasas de cobertura de salud son bajas en general, pero los indígenas en particular tienen menos acceso a la cobertura de salud pública que los no indígenas (10 por ciento comparado con 14 por ciento) así como menos acceso a la cobertura de salud privada (2 contra 5 por ciento).
Las rebanadas del pastel:
PARA NO IR MAS atrás en el tiempo, de Luis Echeverría a Vicente Fox el gobierno federal ha "rescatado" y "saneado" a los barones del azúcar en no menos de cinco ocasiones (1974, 1988, 1995, 1999 y 2001); los expropió, subsidió y financió con recursos públicos, para -una vez nítidos- devolverles sus ingenios azucareros, todos controlados por dulces familias que conocen el camino de explotarlos, exprimirlos y quebrarlos, en el interminable circuito expropiación-reprivatización que sólo ha servido para incrementar las fortunas privadas a costillas del erario... Si de "rescatar" a los barones del dinero se trata, el gobierno foxista ya tiene otro en lista de espera: el IMSS condonará hasta 100 por ciento de multas y recargos a las empresas que tengan adeudos de cuotas obrero-patronales anteriores al primero de octubre de 2005, incluyendo los que están en litigio, y que soliciten acogerse a este beneficio a más tardar el 28 de febrero. Los dueños de Telmex, Bimbo, Omnilife, Volkswagen de México, los propios ingenios azucareros, Banamex-Citigroup, Chrysler de México, la filial de Bridgestone Firestone que opera en el país, Mexicana de Aviación, Gigante, ICA Bufete, Grupo Industrial NKS y Sacsa, entre otros, agradecen la solidaridad del "cambio".