Recortará 25 por ciento la plantilla laboral en EU y Canadá hasta 2012, informó
Eliminará Ford hasta 30 mil empleos y cerrará 14 plantas
Reducirá 26% su capacidad de producción en su país de origen
Busca bajar costos en al menos 6 mil mdd
El anuncio de despidos y el aumento de utilidades elevó los títulos bursátiles
Dearborn, EU, 23 de enero. La automotriz estadunidense Ford anunció este lunes que suprimirá entre 25 mil y 30 mil empleos y cerrará 14 plantas para 2012, como parte de un amplio plan de restructuración, que resulta similar al de General Motors, ante la pérdida del mercado estadunidense a manos de los fabricantes japoneses.
Los recortes significan entre el 20 y 25 por ciento de la plantilla laboral en Estados Unidos y Canadá, y afectará a los trabajadores remunerados por horas, con el objetivo de que las actividades en América del Norte vuelvan a ser rentables ''a más tardar en 2008''. El recorte de puestos de trabajo no incluye al personal asalariado y a los cargos de responsabilidad.
Ford, un símbolo de la industria automotriz estadunidense y modelo de producción en los comienzos del siglo pasado, cerrará gradualmente cuatro plantas en Estados Unidos y una en Canadá; las restantes nueve no fueron identificadas.
En un comunicado, la compañía aseguró que los costes salariales se reducirán en 10 por ciento, si al recorte anunciado este lunes se añade la reducción de 4 mil puestos de responsabilidad, anunciados anteriormente. Estos puestos deben desaparecer durante el primer trimestre de 2006, por lo que el grupo disminuirá en 12 por ciento el número de este tipo de cargos.
Las primeras marcas de Ford como Aston Martin, Jaguar y Land Rover no estarán afectadas por el plan de restructuración.
Ford quiere estabilizar su parte de mercado en Estados Unidos ''a corto plazo''. Para ello, la capacidad de producción de Ford en ese país se reducirá en 1.2 millones de vehículos, 26 por ciento, entre 2006 y 2008.
Desde hace varios años, tanto Ford como su rival General Motors sufren por la entrada al país de los fabricantes asiáticos, que hacen la competencia a los todoterrenos (4x4), los vehículos que eran más rentables pero que también consumen más carburante y dejan de gozar de la preferencia de los consumidores.
General Motors anunció en noviembre la supresión de 30 mil empleos en América del Norte, de ellos 3 mil 900 en Canadá. Hasta 2010, Ford quiere reducir sus costes en al menos 6 mil millones de dólares.
La restructuración tendrá un impacto negativo en el resultado neto de 2006 porque Ford incluirá en sus cuentas los 250 millones y 220 millones de dólares, correspondientes al pago de indemnizaciones a los despedidos y a la depreciación del valor de los activos.
De las 14 plantas afectadas, siete se cerrarán, entre ellas cinco instalaciones de ensamblado, de las cuales tres están en Estados Unidos en las ciudades de St Louis, Atlanta y Wixom. Las otras dos se identificarán en 2006. Las fábricas de Windsor Casting, en Canadá, y de Batavia, en Ohio (al norte de Estados Unidos) también se clausurarán.
Además, en la planta de ensamblado canadiense de St. Thomas la actividad se reducirá a un solo turno de trabajo.
El sindicato estadunidense UAW lamentó el plan de despidos calificándolo de ''muy decepcionante y difícil para miles de trabajadores'', en un comunicado del presidente, Ron Gettelfinger.
El plan de restructuración ''es una noticia muy decepcionante y difícil para los miles de trabajadores que han dedicado su vida a Ford'', declaró Gettelfinger, quien dijo esperar más anuncios sobre cierres de plantas.
Por su parte, el líder del sindicato canadiense del automóvil (TCA) calificó la decisión de ''golpe duro'' y se dijo ''decepcionado y furioso'' porque implicará la desaparición de 2 mil 300 empleos en su país.
No obstante, Ford anunció este lunes un beneficio de 124 millones de dólares en el cuarto trimestre, un aumento de 19.2 por ciento en relación a un año atrás. La cifra implica una ganancia de ocho centavos por acción, muy superior al centavo esperado por los analistas.
El volumen de ventas e ingresos -incluidos los servicios financieros de Ford- aumentaron 6 por ciento en los últimos tres meses, a 47 mil 600 millones de dólares.
El anuncio de los despidos y del aumento en los beneficios provocó que los títulos bursátiles de Ford subieran 5.32 por ciento y se situaran en 8.32 dólares al cierre en Wall Street.
La competencia japonesa avanza
La restructuración en Ford ilustra la profunda crisis que afecta también a General Motors y, en cierta medida, a Chrysler, frente a sus rivales japoneses, que se expanden en el mercado estadunidense gracias a modelos más atractivos.
''La era de las Big three terminó, ahora son las Big six''. Esa opinión escuchada en el Salón del Automóvil de Detroit a comienzos de enero no viene de un constructor asiático sino del director de Ford para América del Norte, Mark Fields. Una opinión compartida por analistas del sector.
En 2005, la parte del mercado acumulada por GM, Ford y Chrysler descendió al nivel históricamente bajo de 56.9 por ciento, perdiendo dos puntos a manos de los asiáticos (36.5 por ciento), principalmente japoneses: Toyota, Honda y Nissan, según cifras de Autodata.
Los constructores estadunidenses continuaron insistiendo con los 4x4, mientras los japoneses profundizaban su avance en 2000 con los híbridos, vehículos que funcionan con gasolina y electricidad.
Chrysler, número tres estadunidense, comenzó más temprano la diversificación de sus modelos, pero ''GM y Ford reaccionaron demasiado tarde, cuando los precios de la energía aumentaron'' y alejaron a los consumidores de los 4x4, modelos devoradores de combustible, resumieron los analistas.
En lugar de ajustar el tiro con modelos económicos, las Big three optaron por las rebajas masivas como arma de seducción. Utilizadas en periodos regulares como las fiestas de fin de año, las promociones se hicieron más agresivas en 2005, apogeo de la crisis de Ford y GM, que registraron pérdidas de miles de millones de dólares en el mercado norteamericano.
En junio, GM aumentó en 41 por ciento la venta de vehículos nuevos en Estados Unidos, como resultado de un programa de reembolsos masivos que ofrecía a los clientes los precios vigentes para los empleados de la firma. Al mes siguiente Ford y Chrysler ofrecían ventajas similares.
El efecto principal de estas promociones fue desprenderse de las existencias, pero los límites de tal estrategia se sintieron pronto, al saturarse el mercado: los constructores estadunidenses, con GM y Ford a la cabeza, experimentaron una caída de ventas de más de 20 por ciento. En septiembre, Ford registró un descenso de 51 por ciento en la venta de sus 4x4.
Paralelamente, los asiáticos reforzaban su presencia en todas las gamas de vehículos y utilizaban a pleno su capacidad de producción, a diferencia de los estadunidenses. Toyota, que en 2006 está en camino de convertirse en el número uno mundial del automóvil, registró un aumento de 10 por ciento en sus ventas en Estados Unidos en 2005.
Si bien Chrysler limitó sus daños ajustando su gama de vehículos y aumentando su productividad, Ford y GM se hunden en una crisis que les lleva a una solución idéntica: cierre de decenas de plantas y supresión de 25 mil a 30 mil empleos cada uno.
Esta crisis del empleo es un capítulo adicional en la historia del sector automotor estadunidense y sus mutaciones: desde 1979, GM, Ford y Chrysler suprimieron un total de 600 mil puestos de trabajo.
Paralelamente, los asiáticos continúan su avance en Estados Unidos empleando al 30 por ciento del sector en unas 30 plantas.
En el último Salón de Detroit, GM y Ford quisieron mostrar que estaban en el buen camino, al presentar nuevas sedán y sus primeras generaciones de híbridos, pero los premios al mejor automóvil y truck (4x4, utilitarios) del año fueron adjudicados a dos modelos Honda.