Wolfowitz desata la ira de funcionarios del Banco Mundial
Washington, 29 de enero. A sólo ocho meses de haber asumido como presidente del Banco Mundial (BM), Paul Wolfowitz, ex número dos del Pentágono estadunidense, enfrenta desde hace semanas la ira de los empleados de la institución, tras la designación de algunos directores.
"Las comunicaciones con la dirección son casi inexistentes; no corresponden con la cultura particular que había en el Banco Mundial", dijo amargamente Verónica, funcionaria que percibe una degradación constante del ambiente laboral.
"Al principio se le estaba dando oportunidad de poner en práctica todos los buenos principios de transparencia y comunicación que proclamó a su arribo", agregó.
Pero el periodo de gracia se acabó, y sus dudas y métodos particularmente opacos para nombrar remplazos en las vacantes en puestos de dirección fueron muy mal recibidos, explicaron sus detractores.
En particular, se trata de las designaciones de directores generales, puestos vacantes desde hace varios meses, así como el cargo del responsable de la unidad anticorrupción.
Aunque la elección del sueco Lars Thunel como director de la Sociedad Financiera Internacional, filial del BM para promover el sector privado en los países pobres, y el del italiano Vincenzo La Via como director financiero no generaron demasiados problemas, no ocurrió lo mismo con el nombramiento de la nueva directora del "Departamento de integridad institucional", nombre oficial de la unidad anticorrupción.
Los nombramientos que provocaron inconformidad
Wolfowitz anunció finalmente a mediados de enero la llegada de la estadunidense republicana Suzanne Rich Folsom a la cabeza de dicho órgano, encargado de enfrentar cualquier indicio de corrupción tanto en el seno de los 10 mil miembros del personal del BM en Washington y en el mundo, como de los países beneficiarios de los fondos de la institución.
Rich Folsom, jurista cercana a la Casa Blanca, integra el gabinete de Wolfowitz desde el arribo de éste, en junio pasado, como presidente del BM.
Asimismo, Kevin Kellems, quien siguió a Wolfowitz del Pentágono a su gabinete en el BM, fue promovido al cargo de director en el servicio de relaciones exteriores.
Estos dos nuevos directores se mantienen también en el gabinete del presidente, aunque asuman sus nuevas funciones.
La Asociación de Funcionarios del BM, cuasi sindicato de la institución, denunció inmediatamente los hechos en una carta dirigida al presidente, con copia a todos los empleados. "Para ser eficaz como institución debemos aplicar las recomendaciones que hacemos a los otros", subraya la misiva.
"En cargos como éstos, es enviar un mensaje equivocado quedarse con el gorro de director y de consejero próximo al presidente, práctica sin precedente que pone sobre el tapete cuestiones como la independencia y la objetividad", señala la carta.
"Todo se hizo de manera opaca y contradice la transparencia que preconizaba el presidente", resaltó un observador de las organizaciones internacionales en Washington que habló bajo condición de anonimato.