Enfrenta el mandatario estadunidense desaprobación de 54%, indica encuesta
Bush presenta hoy a una sociedad desencantada el estado de la Unión
EU es el tercer país más desigual en distribución del ingreso, luego de México y Rusia: estudio
Ampliar la imagen Miembros de El Mundo no puede Esperar, agrupación que se opone a la administración de George W. Bush, se manifestaron ayer frente al Capitolio donde simularon a prisioneros torturados Foto: Reuters
Nueva York, 30 de enero. Este martes el presidente George W. Bush ofrecerá su informe ante el Congreso y el pueblo estadunidense, en lo que se conoce como "el estado de la Unión", el acto público anual más importante para un mandatario, donde hará una vigorosa defensa de sus políticas domésticas y exteriores, esbozará algunas propuestas y pintará de buenos colores su labor a lo largo del último año.
Pero casi todos aceptan que fue el peor año de Bush en la Casa Blanca, y por primera vez desde que llegó a ese puesto ofrecerá su informe con una mayoría de sus ciudadanos desaprobando su manejo de la presidencia y del país. Según una encuesta de Los Angeles Times/Bloomberg, la más reciente justo antes de su discurso, registró lo mismo que otras encuestas nacionales han revelado en estos días: 54 por ciento contra 43 por ciento desaprueba la labor de Bush, mientras que 62 por ciento contra 31 por ciento opina que el país avanza por una ruta equivocada y necesita "moverse en una nueva dirección".
Bush insistirá en que las cosas están mejorando en el rubro económico, que sus políticas están funcionando, que el país está mas fuerte, y solicitará el apoyo y paciencia del pueblo para lograr que "la libertad" triunfe en otras partes del mundo, en particular Irak y Medio Oriente, como el objetivo de su "guerra contra el terror". Pero en todos estos rubros -tanto domésticos como internacionales- las encuestas registran que fuertes mayorías están desencantadas con estas políticas.
Lo que el presidente no mencionará en su informe es tal vez lo más revelador sobre el estado de esta nación.
Se apuesta a que no mencionará las justificaciones iniciales para la guerra contra Irak -las armas de destrucción masiva-, ni tampoco el caso de la investigación de altos funcionarios de la Casa Blanca sobre la filtración ilegal del nombre de una agente clandestina a los medios. Tampoco habrá referencias a informes de Human Rights Watch, Amnistía Internacional, el Centro de Derechos Constitucionales y la Unión Americana de Derechos Civiles que acusan a su gobierno de tortura, desapariciones, arrestos arbitrarios, y otras violaciones de derechos humanos.
Aunque podrá reiterar la defensa de su programa secreto de espionaje doméstico para detectar comunicaciones con sospechosos de "terrorismo" como legal, no responderá a los críticos que dicen que sus justificaciones son falsas y engañosas. "El programa secreto viola la ley tal como está ahora. Así de simple", afirmó ayer en su editorial principal el New York Times.
No se espera que comente sobre un nuevo récord establecido en parte por sus políticas. Hoy ExxonMobil, la petrolera más grande del país, declaró que en 2005 había logrado utilidades sin precedente: 36.13 mil millones de dólares, un incremento de 42 por ciento comparado con el año anterior.
Tampoco comentará que hoy comenzó el juicio a dos empresarios que contribuyeron a su carrera política y cuya empresa se benefició con sus políticas -Ken Lay y Jeffrey Skilling, los ejecutivos de la ahora desaparecida empresa Enron- en lo que fue uno de los casos de corrupción y fraude más grande en la historia empresarial del país.
No se espera que mencione al cabildero republicano Jack Abramoff, centro de lo que podría ser el mayor escándalo de corrupción política en Washington en el último siglo, ni las fotos en donde lo saluda en la Casa Blanca. Tampoco dará detalles de los documentos internos de la Casa Blanca sobre la inepta respuesta federal al desastre causado por el huracán Katrina.
Tampoco mencionará que el país ha registrado un nuevo récord de deuda externa en 2005, rebasando el récord establecido el año anterior, reporta el New York Times.
Pero aparte del estado de su gobierno, el estado del país tampoco será completamente revelado. Aquí se ofrece un mosaico de datos para intentar completar un informe sobre el "estado" de Estados Unidos:
En el ámbito económico, el ingreso real medio para los hogares en la distribución de ingreso se ha desplomado cada año entre 1999 y 2004. El crecimiento en utilidades empresariales es espectacular, con más de 50 por ciento desde 2001, mientras que el incremento real total de salarios creció menos de 7 por ciento en ese periodo. La concentración de la riqueza empresarial, según las estadísticas más recientes, ha llegado al punto donde el 1 por ciento de los hogares más ricos del país es dueño de 57.5 por ciento de la riqueza empresarial.
En el contexto económico internacional, según datos del Estudio de Ingresos Luxemburgo -analizado por el economista Doug Henwood de Left Business Review- entre 13 países importantes, Estados Unidos es el tercero más desigual en la distribución de ingreso, sólo superado por México y Rusia; también goza de la tasa de pobreza más alta después de esos mismos dos países.
Unos 45 millones de estadunidenses -aproximadamente uno de cada siete- no tiene seguro de salud. Hoy el Colegio Americano de Médicos declaró que el sistema de trato médico primario -el tratamiento médico básico que recibe la gente cuando acude para un examen rutinario o para tratar problemas menores- "está al borde del colapso" en Estados Unidos por fallas en el sistema médico nacional.
Funcionalmente analfabeta, 20 por de la población
De hecho, según el Programa de Desarrollo de la Organización de Naciones Unidas, Estados Unidos ocupa el lugar 17 de 18 entre los países desarrollados del mundo en su Indice de Pobreza Humana (que combina algunos indicadores sociales y económicos básicos) y 20 por ciento de su población es funcionalmente analfabeta, con lo que ocupa el tercer peor lugar en este rubro, detrás de Italia e Irlanda.
En torno a su tasa de mortalidad infantil, Estados Unidos ocupa el número 36 en el mundo, después de países como Grecia y Cuba.
Mientras tanto, el pueblo del país "más avanzado" del planeta está un poco confundido. Según sondeos reportados en varios medios, hay una gama de indicadores preocupantes, para algunos. Sólo 40 por ciento de los estadunidenses cree el la teoría de la evolución; 13 por ciento sabe lo que es una molécula. Una quinta parte de los estadunidenses aún creen que el sol gira en torno de la tierra, y aproximadamente una mitad sabe que los humanos no vivieron en la misma época que los dinosaurios. Otras encuestas como una de la revista Time revelan que 59 por ciento de los estadunidenses cree que las profecías apocalípticas de Juan en la Biblia se cumplirán, con casi todos creen que subirán al cielo en el éxtasis final.
Peor aún, al parecer algunos estadunidenses opinan que sus libertades son, pues, demasiado libres. Una encuesta nacional de CBS News reveló este mes que aproximadamente 50 por ciento de estadunidenses aprueba que el espionaje doméstico sin autorización judicial es aceptable.
Por otro lado, la última encuesta sobre opiniones en torno a la libertad de expresión garantizada por la Constitución, realizada por la Universidad de Connecticut hace un par de años, reveló que 34 por ciento de los estadunidenses cree que esta libertad debe ser más limitada; un 46 por ciento opinó que hay "demasiada" libertad de prensa; un 28 por ciento cree que no se les debería permitir a los periódicos publicar notas sin previa autorización del gobierno, y 31 por ciento deseaba que las protestas públicas de una guerra deberían ser prohibidas.
Algunos simplemente ya no pueden leer. El mes pasado la evaluación nacional de alfabetización adulta realizada por el Departamento de Educación del gobierno federal registro que soóo 31 por ciento de los egresados de universidad demostraron un nivel eficiente de poder leer y analizar textos en inglés. La última vez que se realizó este estudio nacional, en 1992, 40 por ciento demostró esa habilidad.
El estado de la unión es, pues, preocupante.