Espacio idóneo para una propuesta matrimonial

Federico, de 24 años, nunca había entrado al Museo de Arte Carrillo Gil; sin embargo, lo escogió para proponerle matrimonio a su novia Regina, de 23.

El pasado 21 de diciembre Federico, muy trajeado, llegó al recinto a las 13:30 horas, acompañado de Regina, a quien había invitado para recorrerlo empezando con el último piso. Lo que la joven no sabía era que en medio de las obras del primer piso, donde está la exposición temporal Chunga en el callejón del Cuajo, se encontraría de repente con una pequeña vitrina que a primera vista no parecía fuera de lugar. Pero, al acercarse, contenía un estuche con el anillo de compromiso.

Romántico y enamorado, Federico quería hacer inolvidable la fecha de su compromiso. Buscó varios museos con la idea de que fuera un lugar más tradicional, pero la respuesta siempre fue un ''no" rotundo.

Después, relata, cuando vio la página del Carrillo Gil en Internet, dijo: ''esto está padrísimo, moderno, juvenil, y Regina y yo no estamos tan grandes para casarnos. Dije, esto es un buen ambiente para que aquí se den las cosas".

Entonces, Federico se comunicó al museo con Dulce María de Alvarado, artista visual y promotora cultural, quien trabaja en el área de difusión y relaciones públicas, a quien platicó la idea. Ella se encargó de lo demás y Federico escribió la ''cédula" que acompañó el anillo, consistente en una proposición de matrimonio.

El día de los hechos, él entró al museo con Regina y empezó a ver todas las pinturas, relajado. También se dio cuenta de que el anillo en su pedestal se veía muy normal dentro del ambiente del museo, lo que le hizo exclamar: ''Esto quedó increíble".

A lo mejor se pondrá de moda proponer matrimonio en los museos.

Merry MacMasters