Los desarmaron por buscar taladores ilegales en Nicolás Bravo; temen ser agredidos
Retenidos en alcaldía poblana, 15 policías que cumplían órdenes de presentación
Puebla, Pue., 31 de enero. Habitantes del municipio de Nicolás Bravo despojaron de sus armas a por los menos cinco elementos de la Agencia Federal de Investigación (AFI) y diez policías municipales, que están retenidos en esta alcaldía. Los agentes llegaron a este lugar para entregar órdenes de presentación a presuntos taladores que hace más de seis meses se enfrentaron con la policía estatal preventiva (PEP).
Julio Cid Cid, contralor del ayuntamiento, dijo en entrevista telefónica que los uniformados permanecen "guarecidos para protegerlos de alguna agresión" de más de 200 personas que aguardan afuera del edificio.
El delegado de la Secretaría de Gobernación estatal y el alcalde, el priista Pedro Tepole Hernández, negociaban la liberación del grupo policiaco.
Según se supo en ámbitos oficiales, todo comenzó por la mañana cuando los agentes de la AFI llegaron a Nicolás Bravo y, en compañía de sus homólogos municipales, se internaron en terrenos forestales para entregar notificaciones de presentación ante el Ministerio Público Federal que investiga la tala clandestina en esa región y por lo sucedido el 20 de julio de 2005.
La presencia policiaca inquietó a los habitantes, que se concentraron para detenerlos y desarmarlos. Las autoridades municipales tuvieron que protegerlos en la presidencia municipal, donde se encontraban al cierre de esta edición.
En julio pasado, vecinos de los municipios vecinos de Vicente Guerrero y Nicolás Bravo se enfrentaron con la PEP, que instaló retenes de vigilancia para combatir la explotación ilegal de los bosques en esa zona.
La refriega dejó saldo de dos heridos por arma de fuego, un lesionado con machete y otro severamente golpeado, además de 30 retenidos en la presidencia de Vicente Guerrero, todos elementos de la policía.
La mitad de los efectivos detenidos fueron liberados la noche de ese mismo y la otra parte al día siguiente, debido a la intervención del Poder Ejecutivo local, que decidió suspender provisionalmente las inspecciones.
En aquella ocasión la gente despojó de sus armas, ropa, zapatos y equipo de trabajo a los policías, inclusive ocho escopetas, 18 cascos, 17 pares de botas, 19 chalecos antibalas. Empero, se quedó con 24 armas de alto calibre, entre ellas una escopeta de gas lacrimógeno, dos carabinas R-15 calibre 223, así como 11 fusiles de asalto, que según el gobierno estatal fueron devueltas días más tarde.
Este municipio de la Sierra Negra, a unos 124 kilómetros de la capital del estado, se ha caracterizado por el saqueo indiscriminado de madera.