Urge plena autonomía del Ministerio Público
La reforma del Estado debe incluir la plena autonomía del Ministerio Público respecto al Presidente de la República "y de cualquier enfoque político o de partido", como condición indispensable para eficientar la procuración de justicia y el respeto a los derechos humanos.
Así lo sostuvieron ayer los doctores en derecho constitucional Jorge Carpizo y Diego Valadés al participar en el Congreso Internacional de Derecho Constitucional que se desarrolla en el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM.
Por su parte, el ministro presidente de la Suprema Corte, Mariano Azuela, reivindicó la labor del máximo tribunal como garante de la Constitución y dijo que, sin un Poder Judicial que proteja la división de poderes o los derechos fundamentales, "no puede haber democracia".
Sin embargo, Azuela reconoció que, paradójicamente, la labor de garante constitucional del máximo tribunal tiene que ver también con la invalidez de leyes aprobadas por el Legislativo.
Esto, aceptó, puede llevar a algunos a considerar que los órganos jurisdiccionales actúan en forma contraria al pensar o al sentir que la mayoría electa democráticamente por los ciudadanos.
Comentó: hay quienes califican esta facultad de la Corte de una "contra mayoría", la cual restringe el concepto de democracia a una simple decisión electoral de las mayorías, cuando ésta es más que eso: "es el adecuado equilibrio entre la decisión de la mayoría y los derechos de las minorías".
Carpizo añadió, respecto a la necesidad de que el Ministerio Público sea realmente independiente, que debe estar alejado de cualquier aspecto político, de las razones de Estado o de los intereses de grupo.
En este contexto, propuso que sean la Suprema Corte y el Consejo de la Judicatura Federal los que propongan, cada uno, a dos personas para que el Senado de la República designe entre éstas al procurador general de la República por mayoría calificada.
Propuso que se creen dos nuevos órganos de control -equivalentes al Consejo de la Judicatura Federal-, para que vigilen el desempeño independiente de los agentes del Ministerio Público y de la policía ministerial.
"Un Ministerio Público con autonomía técnica y funcional sería un garante legal y legítimo de la imparcialidad e igualdad de todos ante la ley", sostuvo el ex procurador general de la República.
Por su parte, Valadés lamentó que el tema de la Constitución esté prácticamente eliminado del discurso cotidiano, así como la necesidad de una reforma del Estado.
Las nuevas soluciones constitucionales apremian, sostuvo, para que la norma fundamental finque las bases de una democracia estable y duradera.
"Hemos alcanzado la primera fase: la democracia electoral. Pero este avance será desaprovechado si no damos nueva forma a la organización y funcionamiento de los órganos del poder político, y definimos una relación diferente entre la sociedad y el poder, porque si no, "sólo tendremos una democracia provisional."
La vida constitucional en México está en riesgo de volverse una quimera. Como la combinación mítica que los griegos concibieron un león, una cabra y un dragón, "un animal imposible, e igual podría suceder con nuestra Carta Magna". Esto, concluyó, "porque en una misma norma coexisten una estructura judicial moderna, una estructura electoral satisfactoria, una estructura federal precaria, una estructura económica contradictoria -por la creciente iniquidad económica, que genera opulencia y miseria-, y una estructura presidencial arcaica".
Jesús Aranda