Fomentará el racismo y la exclusión, dicen socialistas
Aprueba Francia proyecto de ley sobre inmigración selectiva
París, 9 de febrero. El gobierno francés aprobó el jueves un proyecto de ley sobre inmigración del ministro de Interior, Nicolas Sarkozy, que prevé elegir según sus capacidades a los extranjeros que lleguen al país, lo que fue calificado de "racista" por críticos del proyecto.
El plan estipula la creación de un nuevo permiso renovable de residencia de tres años para extranjeros "altamente calificados", es decir, investigadores, ingenieros o artistas que puedan "contribuir al desarrollo de la economía francesa".
Además, el proyecto prevé facilitar la estancia en el país de los "mejores estudiantes extranjeros", que se beneficiarán de un permiso de residencia especial en Francia, aunque deberán volver por un tiempo a sus países de origen para no favorecer la "fuga de cerebros".
"Hay que pasar de una inmigración sufrida a una elegida", estimó el primer ministro francés, Dominique de Villepin, al presentar este proyecto redactado por Sarkozy, su mayor rival para las elecciones presidenciales de 2007. Agregó que el objetivo es "dar a Francia los medios de controlar su inmigración para que se convierta en un aspecto positivo para el país".
La ley prevé condiciones más severas de entrada en el país para los inmigrantes "no calificados", dificulta la reagrupación de familias de extranjeros y aumenta el control sobre los matrimonios de conveniencia destinados a que uno de los contrayentes obtenga la nacionalidad o el permiso de residencia.
Para la izquierda este proyecto de Sarkozy prevé una "inmigración selectiva", que fomentará la exclusión, el racismo y la clandestinidad.
"A partir de ahora habrá buenos inmigrantes que se beneficiarán de muchos derechos y los malos inmigrantes, privados de lo más elemental", resumieron los voceros del Partido Socialista.
Según Sarkozy, Francia no puede permitir la fuga de cerebros a Estados Unidos o Canadá mientras toda Europa sufre una inmigración "subcalificada". El ministro aseguró que no permitirá que el país se quede "al margen" de los flujos mundiales de inteligencia y competencia porque de ellos dependen su dinamismo y la modernización de su economía.
"Mi deseo es proponer un sistema de inmigración selectiva, apoyado en la movilidad y la circulación de personas, competencias e ideas. Debemos favorecer la llegada a Francia de estudiantes brillantes, trabajadores cualificados y personas talentosas", declaró Sarkozy en una columna publicada en el diario Le Figaro el jueves.
Para paliar el déficit de mano de obra, el proyecto de ley también prevé facilitar la llegada al país de obreros de sectores en los que los franceses ya no desean trabajar o existe una carestía como son los trabajos públicos, la enfermería, el mantenimiento industrial, comercios o restaurantes.
El proyecto de ley decidió finalmente no estipular cifras precisas sobre el número de visas y permisos de residencia que serán concedidos. "Este dispositivo permitirá a Francia elegir a sus extranjeros en función de las necesidades de su propia economía. En otros tiempos, llamábamos a esto esclavitud", declaró la senadora comunista Eliane Assassi.
"En un país al que han llegado 10 millones de personas, la mayoría procedentes del tercer mundo, en los últimos 30 años, no se necesita una política de inmigración selectiva sino una política de inmigración cero", estimó el presidente del partido de extrema derecha, Frente Nacional, Jean Marie Le Pen.