Sus bailarines son muy versátiles, señala el director del American Ballet Theatre

Monterrey está en vías de forjar una sólida compañía de ballet, estima Kevin McKenzie

MERRY MACMASTERS

Con el tiempo es muy probable que Monterrey tenga una sólida compañía de ballet, vaticinó Kevin McKenzie. El director del American Ballet Theatre (ABT) se encuentra en esa ciudad con su esposa, la bailarina Marine van Hamel, para trabajar con el Ballet de Monterrey, gracias a una invitación de su director artístico, Robert Hill.

La primera vez que McKenzie estuvo en Monterrey fue a principios de los años 90, ya que la anterior directora, Ann Marie De Angelo, montó una de sus obras.

La amistad de McKenzie con Hill se remonta a tiempo atrás, ya que también estuvo en el ABT, aparte del New York City Ballet y el Royal Ballet of Londres. Sin embargo, la invitación de pasar un tiempo con el Ballet de Monterrey e intercambiar ideas apenas se concretó ahora, debido a la apretada agenda del primero.

Desde el martes pasado tanto McKenzie como Van Hamel imparten clases a la compañía, asisten a ensayos y realizan sesiones prácticas. Preguntado sobre su primera apreciación del conjunto, el director contesta: ''Estoy impresionado con lo que Robert ha hecho con la compañía. Sus bailarines son muy diestros, tienen muy buena disciplina y disposición de abrirse al desafío.

''Son muy versados en una amplia gama de estilos. Robert ha montado cierto número de obras clásicas en las cuales hemos trabajado Marine y yo, como Corsario, Don Q (uijote), dándoles un sentido de clasicismo que es la base de todos los ballets hoy día. En adición a la coreografía, los bailarines poseen un sentido redondo del movimiento contemporáneo y abrazan la idea de que el bailarín necesita ser versátil."

Para el entrevistado, en la actualidad los bailarines tienen que ser mejores en cada estilo, mientras en el pasado había los que eran buenos en uno, y otros en otro. Hoy, sin embargo, la mayoría de los bailarines son eficientes en todos los estilos.

Sólo aprendizaje, nada de trucos

-¿Cómo procede para enseñar a un grupo de bailarines que no son los suyos?

-El enfoque es casi el mismo. Se trata de proporcionarles información sobre cómo aprovechar el entrenamiento que poseen, cómo abordar el entrenamiento adquirido que tal vez necesite corrección en alineamiento, acercamiento musical o coordinación.

''Siempre es bueno que los bailarines escuchen que no existe un truco único que que los hará grandes. Es muy importante que entiendan que la búsqueda de conocimiento es algo bueno. Cualquier bailarín, ya sea de una compañía regional o de una grande, tiene que seguir su crecimiento y eso sólo se logra mediante el aprendizaje.''

-¿Qué les recomienda?

-Los bailarines aquí son como los de cualquier lado. Uno debe buscar un entrenamiento sólido, con eso quiero decir enfocado al alineamiento del cuerpo. Uno debe seguir desafiándose constantemente. Se dice que cualquier bailarín, ya sea al comienzo de su carrera o en la cúspide, si siente que ya llegó, pues ya no irá a ningún lado.

-¿Cuáles son hoy día los grandes obstáculos para los bailarines?

-Es probable que haya más bailarines que trabajo, lo que hace la competencia muy reñida. También pienso que el estándar mundial de la danza se ha elevado, de modo que las exigencias aumentan. Tal vez el obstáculo más grande es que ellos encontrarán que se vuelven buenos en una cosa y, por tanto, sólo practicarán eso en vez de lo que necesitan practicar.

En otro orden, MacKenzie dijo que por el momento su compañía no considera ninguna gira por México: ''La ABT es muy grande y nos resulta difícil viajar fuera de Estados Unidos, porque es muy caro". Sin embargo, no descarta venir con una parte de la agrupación.