PENULTIMATUM
Vicisitudes del orgasmo
LA CIUDAD DE ESPERANTINA, en el estado brasileño de Piaui, estableció por ley el ''Día del orgasmo". La iniciativa fue del alcalde Felipe Santolia, el cual pretende hermanar su ciudad con Cotija de Maciel, Michoacán. Sin embargo, la Academia Fundamentalista de las Buenas Costumbres de la urbe donde nació el creador de los Legionarios de Cristo hizo saber que, seguramente, el edil brasileño entiende por orgasmo la relación legítima y bendecida por Dios de una pareja, compuesta necesariamente por un hombre y una mujer, en ese orden. Esa Pareja tiene derecho a 11 orgasmos en su vida de casados, uno por cada hijo que engendre; si por razones vinculadas a la desobediencia de la ley de Dios deciden engendrar menos, se les descontarán los orgasmos en su haber seminal. Si alguno de los dos resultara estéril a causa de maldiciones que alcanzan a la quinta generación, a ése se le expulsará del lecho nupcial, no sin antes negarle la suprema bendición del orgasmo como don de los cielos. Si por causa de fatiga sólo alcanzan un orgasmo en la vida, éste se considerará monumento a la piedad y será recordado con una placa junto a la cama donde ocurrió. A la cama se le llamará de ese momento en adelante ''El lecho del milagro". Si se trata de parejas del mismo sexo, el orgasmo no se registrará y en vez de eso se propone incendiar las sábanas en homenaje al fuego sobre las ciudades malditas.
SOLO SI SE cumplen las condiciones antes citadas, señaló la academia, Cotija de Maciel podrá merecidamente presentarse como La ciudad del orgasmo carente de todo deseo sexual y hermanarse dignamente con Esperantina.
EL GOBIERNO EGIPCIO no sabe cómo llevar a buen final la polémica desatada por un reciente edicto religioso (fatwa) del jeque Rashar Hasan Jalil, que prohíbe a un matrimonio desvestirse totalmente cuando hace el amor. Según el jeque, si la pareja está completamente desnuda cuando hace el acto sexual es motivo para invalidar el matrimonio. Casi de inmediato, el jefe del comité de las fatwas de Egipto, Abdalá Magawer, aclaró que los esposos sí pueden mirarse desnudos siempre y cuando aparten la vista de los órganos sexuales. La polémica crece y la abona la opinión de Soad Saleh, quien es directora del departamento femenino de estudios islámicos. Para ella, en ninguna parte del Corán se prohíbe a los cónyuges desnudarse; en cambio, deben evitar quitarse toda la ropa, siguiendo así el ejemplo del profeta.
CONTRA ESTAS TRES doctas opiniones se manifiesta un sabio en asuntos de la ley islámica, llamada charia: Andel Mooty, para quien en ningún texto sagrado se prohíbe que los cónyuges se desnuden o miren tal o cual parte del cuerpo masculino o femenino cuando se hace el amor. Lo único que sí está prohibido, aclara, es la sodomía. De hacerle caso a la fatwa del jeque Rashar las instancias oficiales egipcias no tendrían capacidad para supervisar los actos sexuales de los que viven en matrimonio, ni para atender las miles de separaciones que deberían ventilarse ante los tribunales.