Hay que revisar el sistema de representación proporcional: Chuayffet
Valadés, por acotar al secretario de Hacienda
En la clausura del sexto Congreso Nacional sobre Derecho Constitucional, Diego Valadés, director del Instituto de Investigaciones Jurídicas de la Universidad Nacional Autónoma de México, afirmó que son necesarias reformas legales para impedir que, en los hechos, el secretario de Hacienda funja como vicepresidente de la República.
Sostuvo que en el debate sobre la elección o relección de legisladores, el tema a resolver es el dinero para financiar las campañas y, sobre todo, las precampañas. "En el caso de la relección", dijo, "lo que es fundamental, y constituye un factor adicional a la experiencia o no de los legisladores, es la responsabilidad en la toma de decisiones a futuro".
Ello implicaría el fortalecimiento del Congreso mediante una reforma "indispensable", así como una reforma política sobre el gabinete presidencial, de tal forma que -sostuvo- el secretario de Hacienda deje de ser, en los hechos, el vicepresidente del país, y permita que cada secretario diseñe su presupuesto y lo acuerde directamente con el Presidente para su envío a la Cámara de Diputados".
Emilio Chuayffet, líder de la bancada priísta en San Lázaro, afirmó que, en la gran reforma que requiere el Congreso, es necesario estudiar la eliminación de la plurinominalidad en la Cámara de Senadores, para que sean sólo dos por estado más uno de la primera minoría, "como acto de justicia y de equidad en la representatividad de los estados federativos en dicha cámara".
Sin embargo, advirtió que una reforma de este tipo enfrenta la resistencia, sobre todo, de las burocracias de los partidos, "incluyendo del mío", pero consideró necesaria dicha reforma.
Antes, en su ponencia, reconoció que no hay acuerdos en la Cámara de Diputados, "y se dice que esto se debe a la pulverización de los grupos parlamentarios. Bueno, es momento de revisar el sistema de representación proporcional con dominante mayoritario; es momento de revisar la cláusula del 8 por ciento de gobernabilidad, que fue necesaria para dar impulso a la segunda y a la primera minorías en 1996, y que hoy, a la luz de los resultados, casi divididos en tres, parece no ser necesaria".
Insistió en que se deben analizar las combinaciones numéricas de integración del Congreso y las fórmulas de asignación de escaños. Consideró que estas reformas demandan un salto audaz y muy honesto de los partidos. Preguntó: "¿Qué queremos? ¿Partidocracia con chamba segura para sus miembros más connotados, o queremos funcionamiento eficaz del Poder Legislativo en colaboración con el Ejecutivo?"