Editorial
Oscura distribución de recursos excedentes
El Estado obtuvo en 2005 ingresos extraordinarios por 167 mil 187 millones de pesos, derivados sobre todo de los altos precios del petróleo. Dadas las condiciones económicas del país, que padece rezagos en innumerables áreas, se podría pensar que parte importante de ese dinero se destinaría a paliar esas situaciones socialmente adversas. Sin embargo, en una decisión reprobable, el gobierno federal otorgó una gran tajada de los excedentes al Consejo de Promoción Turística de México (CPTM), organismo encargado de apoyar la buena imagen del país en el extranjero.
De acuerdo con información de la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP), el CPTM recibió el año pasado 792.5 millones de pesos, cantidad que es mayor en 40.5 veces a los recursos destinados a la Secretaría de Desarrollo Social (19 millones 80 mil 600 pesos) y supera con mayor amplitud el monto destinado a las demás dependencias encargadas de atender otros rubros descuidados, como el desarrollo del campo, el fomento a la cultura o el apoyo a la educación. Cabe destacar que esos casi 800 millones de pesos representaron un incremento de 288.6 por ciento en comparación con el presupuesto que la Cámara de Diputados le había asignado originalmente, cuando fue aprobado el Presupuesto de Egresos de la Federación para 2005, lo que contrasta con el incremento de 16 por ciento que recibió el Fondo de Cultura Económica, una de las principales editoras de libros en castellano.
Podría pensarse que la decisión del gobierno tiene como objetivo fortalecer la imagen de México en el extranjero para buscar captar mayores recursos por concepto de turismo. Si es así, entonces cabe preguntar por qué el monto recibido por el CPTM será destinado totalmente a financiar el gasto corriente del organismo, es decir, para pagar sueldos y gastos de operación. Se trata de un hecho que alimenta la sospecha.
Y lo es más aún si se considera que nada de ese dinero fue canalizado a gasto de capital o a inversión financiera, con lo cual se le habría dado un destino transparente y productivo a esos recursos. En cambio, bien vale temer por el destino de ese dinero, a todas luces incierto pues, como se ha visto en el transcurso de los años, en este país en el rubro de gasto corriente cabe casi cualquier cosa.
La sospecha es mayor al observar que el CPTM era dirigido hasta hace una semanas por Francisco Ortiz Ortiz, ex responsable de la imagen del presidente Vicente Fox y quien ahora trabaja para Felipe Calderón, candidato del Partido Acción Nacional a la Presidencia de la República. La nueva directora, Magdalena Carral, fungió anteriormente como directora del Instituto Nacional de Migración y fue presidenta de la firma de relaciones públicas Edelman de México. En este contexto, no sería difícil pensar que ese dinero será malgastado en redes, de esas que desafortunadamente siguen persistiendo en las instituciones del Estado.
Por otro lado, sin asomo de duda, es cuestionable que el gobierno federal haya decidido otorgar mayores recursos a un organismo como el CPTM. No hay que olvidar que la pobreza afecta a casi 60 por ciento de la población. En este sentido, resulta absurdo que dicho consejo fuera una de las entidades públicas que más beneficios recibió de los ingresos extraordinarios.
Hace seis años, durante su campaña electoral, Vicente Fox se comprometió a acabar con las complicidades, el amiguismo y la distribución arbitraria de recursos del Estado. Pero como se ha visto, el mandatario ha perdido oportunidades para darle sustancia a sus palabras, tomando decisiones como estas, que involucran recursos que pertenecen a todos los mexicanos. Por el contrario, el gobierno federal favorece el derroche de recursos, descuidando en el camino áreas que necesitan urgentemente de recursos frescos.