Protestas contra firmas petroleras trasnacionales
Tratan gobiernos de AL de retomar el control de los recursos naturales
Montevideo, 11 de febrero. Las protestas contra las firmas petroleras extranjeras aumentan en América Latina en un nuevo contexto político, en el que no solamente amplios sectores de la población sino también los gobiernos tratan de recuperar el control de sus riquezas naturales.
El avance de la izquierda en Venezuela y Argentina, profundizado por el reciente triunfo de Evo Morales en Bolivia y que tiene posibilidades de continuar en México y, con menos certeza, en Perú -a pesar de su diversidad- consolida un movimiento regional ante las multinacionales petroleras, que reivindica el derecho a disponer de una cuota mayor de sus recursos naturales.
Evo Morales, primer líder indígena que accede a la presidencia de la nación más pobre de América del Sur a pesar de sus enormes reservas de gas, acusó a algunas petroleras de "conspirar" contra su proyecto de nacionalización de los hidrocarburos.
El país andino, en el que operan 26 petroleras de diversos orígenes, incluida Total (Francia), British Gaz (Gran Bretaña), Petrobras (Brasil), Exxon Mobil (EU) y Repsol (España), decidió aplicar la ley aprobada en mayo de 2005, por la que se aumentan los impuestos y regalías por la explotación de hidrocarburos, cuya producción estará controlada por el Estado.
El gobierno boliviano anunció a fines de enero que dos refinerías administradas por Petrobras, así como 24 estaciones de servicio, pasarán a la órbita de la compañía estatal YPFB.
En Venezuela, quinto exportador mundial de petróleo y que posee además las primeras reservas de gas de América del Sur -oficialmente estimadas en 4.15 billones de metros cúbicos- el gobierno del presidente Hugo Chávez impuso a las petroleras un nuevo sistema de contratos de explotación, creando sociedades mixtas dirigidas por la estatal PDVSA.
En Argentina, las petroleras sufrieron en marzo pasado un boicoteo lanzado por el presidente Néstor Kirchner por haber aumentado sus precios internos. Esso rebajó tarifas y un mes después fue imitado por Shell, cuyas ventas habían caído 50 por ciento luego de que varias decenas de sus 900 estaciones de servicio fueran ocupadas por desempleados.