VICTIMAS DEL RATON

El desarrollo de las múltiples aplicaciones de Internet aumenta las opciones a los consumidores. Con los esquemas de compras en línea, pueden adquirir una cada vez más amplia gama de productos y servicios e incluso participar en subastas. Así, desde la casa o la oficina se pueden comprar las mercancías que salen a remate, desde teléfonos celulares hasta obras de arte, pasando por equipo fotográfico y computadoras.

El comercio en línea, sin embargo, no está exento de riesgos. También por esta vía los consumidores pueden ser engañados. Por ello, este mes, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) participa en la campaña internacional Febrero, mes de la prevención del fraude, que promueven cada año los organismos integrantes de la Red Internacional de Protección al Consumidor y de Aplicación de la Ley (ICPEN, por sus siglas en inglés).

Con el tema Trampas escondidas en línea, autoridades de protección al consumidor de unos 30 países pretenden que los compradores puedan reconocer los fraudes o prácticas comerciales abusivas y engañosas más comunes, y tengan la información necesaria para no ser víctimas de los estafadores en línea.

En México, durante 2005 las denuncias de los timos por comercio en línea sumaron poco más de 2.5 millones de pesos y, aunque el monto no es todavía muy elevado, la defraudación va en aumento, pues entre 2002 y 2004 el daño económico a los consumidores por este concepto apenas superó el millón de pesos. La Profeco considera que gran número de prácticas engañosas queda sin denunciar.

La Policía Cibernética de la Policía Federal Preventiva y la Profeco han podido documentar que los defraudadores utilizan algunos de los portales de Internet más visitados, como Yahoo Subastas, Mercado Libre y DeRemate.com.

Los principales artículos por medio de los que se cometen fraudes son los aparatos electrónicos, y entre ellos destacan los teléfonos celulares, las computadoras portátiles y cámaras de video y fotográficas.

La campaña buscará atacar algunas de las estrategias fraudulentas más comunes , como términos y condiciones abusivas y engañosas en las "letras chiquitas" de los cibercontratos; costos escondidos que no se advierten al elegir el producto en las páginas de Internet; poca claridad en las condiciones de rembolso al comprador si corresponde; solicitud de autorizaciones para descargar programas de cómputo prohibidos o maliciosos sin que el consumidor se percate de ello.

Algunas precauciones

Para reducir el riesgo de fraude por Internet, la Profeco recomienda:

Compruebe que el sitio tiene datos de contacto completos, como dirección física del proveedor completa, teléfono, fax y correo electrónico, y confirme que son verdaderos antes de comprar.

Verifique que la información de los productos sea precisa y clara. Si no, pregunte.

Confirme que el precio del producto esté expresado en moneda nacional, y que se indique claramente si existen cargos adicionales por el envío, al igual que las condiciones y formas de pago.

Lea las condiciones de cancelación, rembolso, garantías, devoluciones, envío. Es obligación del proveedor brindar toda la información antes de concretar la venta.

Compruebe si existen condiciones, limitaciones o restricciones para efectuar la compra del producto que desea adquirir y cuáles son.

Infórmese cuáles son los métodos de pago y, de preferencia, no deposite el importe de su compra en cuentas bancarias con nombres de terceros. Prefiera el trato directo con el proveedor.

Si es un sitio que le solicita información personal o privada, como su número de tarjeta de crédito, debe verificar la política de privacidad y seguridad del proveedor para el manejo de esa información.