Si seguimos por este camino...
Si seguimos por este camino, señor presidente Fox, el día de mañana estaremos mucho peor. Y todo ello porque la política económica instrumentada por esta administración ha producido, entre otras desventuras, un grave flujo de trabajadores migratorios, el cual responde a las precarias condiciones económicas de los trabajadores, que se han ido deteriorando a lo largo de este gobierno.
El salario medio se fijó en 48 pesos y 67 centavos diarios, lo que supone, de acuerdo con un estudio de la Universidad Obrera de México, que un trabajador únicamente puede comprar 26 por ciento de la canasta básica nutricional. Es decir, que el salario mínimo ha acumulado una pérdida de más de 70 por ciento del valor que tenía en 1980. El total de trabajadores que perciben este minisalario representa 26.6 del nacional. Por lo tanto, decir que los que emigran tienen un empleo sin vincular esto con el poder real de compra, es "tapar el sol con un dedo", una verdadera irresponsabilidad.
Por otro lado, y según resultados del Banco Mundial, 28 por ciento de los habitantes de las zonas rurales se encontraban para el año 2004 en niveles de pobreza extrema y 57 por ciento en situación de pobreza moderada. Nuevamente, la mención del Presidente de que cada vez emigran menos campesinos es otra falacia que hemos podido comprobar a través de nuestras propias investigaciones, las cuales muestran que parte sustancial de estos flujos está compuesa por campesinos que se vieron obligados a emigrar por la devastación del campo.
Habría que añadir que, según datos de la Organización Internacional del Trabajo, en nuestro país 25 millones 500 mil personas se desempeñan en la economía informal, que, como se sabe, es el refugio de los desempleados. Y para colmo nuestras exportaciones se encuentran ancladas en básicamente dos sectores: maquila y petróleo. Es decir, no hay ninguna diversificación industrial y tenemos prácticamente un solo socio comercial: Estados Unidos.
El TLC no ha dado ni remotamente los frutos que se esperaban, pues además es un acuerdo que dejó fuera el factor trabajo y sólo beneficia a las grandes corporaciones. A pesar de ello, se reincide firmando la llamada ASPAN (Alianza para la Seguridad y Prosperidad de América del Norte) que centra sus más importantes objetivos en la seguridad de Estados Unidos y en una supuesta agenda de prosperidad en la que el factor trabajo vuelve a quedar fuera. Lo curioso es que según este acuerdo se trata de una fórmula de integración para evitar que "las medidas de seguridad implementadas en la región se conviertan en obstáculos innecesarios..."; no obstante, se pretende construir un muro que separe lo que según el ASPAN debería ser una región integrada.
Para cambiar los patrones migratorios hay que cambiar la política económica. Hay modelos muy exitosos como el de India, considerada una de las más grandes civilizaciones de la humanidad, pero que es un Estado relativamente joven, pues apenas alcanzó su independencia y se constituyó nación a mediados del siglo XX.
Con una población de cerca de mil 50 millones, ese país ha enfrentado la globalización a través de la educación para el desarrollo económico, base de la construcción de una industria fuerte, sólida y creciente. Si bien el reto es altísimo, pues tiene una tasa de alfabetismo muy baja, especialmente entre las mujeres, sus políticas se centran en la formación de profesionales, en la inversión en ciencia y tecnología, en el apoyo a la manufactura como fuentes de empleo para el desarrollo de su mercado interno, todo lo cual le está permitiendo incrementar en forma extraordinaria sus exportaciones.
India se está convirtiendo en uno de los grandes competidores de Estados Unidos en el sector agroalimentario, ya que es uno de los mayores productores de alimentos del mundo (600 millones de toneladas). Es el mayor productor de leche, caña de azúcar, té; el segundo en arroz, trigo, y fruta en general, y exporta 59 millones de toneladas de vegetales. Se encuentra además entre los líderes mundiales en software, investigación espacial, energía atómica, oceanografía, biotecnología, electrónica, ciencias agrícola y médica. El índice de crecimiento económico se ha situado entre 6 y 7 por ciento (Velazco Gamboa). Y si bien es cierto que tiene muchos retos que vencer, entre ellos el de la pobreza, el camino trazado es de esperanza en el futuro.
México no puede continuar con este modelo económico depredador, que sólo funciona para que los ricos se hagan más ricos y no para la población. Esto lo tienen que entender los candidatos a la Presidencia al hablar del fenómeno migratorio.