Le di un coscorrón a esa vieja, respondió el mandatario
''Mi gober, tú eres el héroe'': Kamel Nacif a Mario Marín
Ya me hablaron los de La Jornada, advirtió Pablo Salazar en otro telefonema al rey de la mezclilla
Un sobre de papel manila sin remitente, algo maltratado, es entregado una noche reciente entre cientos de otros impresos en la recepción de La Jornada. Contiene algunos casetes. Son grabaciones de telefonemas del industrial maquilador Kamel Nacif Borge, radicado en Puebla, con una docena de personajes. Uno de ellos es el gobernador Mario Marín. Son vísperas de la Navidad de 2005. Una juez local, Rosa Cecilia Pérez, había dictado, apenas unas horas antes, auto de formal prisión en contra de la periodista Lydia Cacho. Después de ser enlazados por una secretaria se escucha:
-Quiúbole, Kamel.
-Mi gober precioso.
-Mi héroe, chingao.
-No, tú eres el héroe de esta película, papá.
-Pues ya ayer le acabé de darle un pinche coscorrón a esta vieja cabrona. Le dije que aquí en Puebla se respeta la ley y no hay impunidad y quien comete un delito se llama delincuente. Y que no se quiera hacer la víctima y no quiera estar aprovechando para hacerse publicidad. Ya le mandé un mensaje a ver cómo nos constesta. Pero es que nos ha estado jode y jode, así que se lleve su coscorrón y que aprendan otros y otras.
-Ya sé, y es que estos cabrones siguen sacando mamadas y mamadas. Pero yo hice una declaración. Fui a la televisión.
-Ah, qué bueno. ¿Allá en México o acá en Puebla?
-Aquí, pero dijeron que la iban a mandar allá. Salió aquí. Y yo en el Milenio le dije, si lo quieres leer, le dije, pus al señor gobernador no le tembló la mano.
-Ni nos tiembla ni nos temblará.
-Pinche bola de ratas. ¿Qué han hecho? Qué asquerosidad es esto, ¿eh?
-No, se sienten Dios en el poder.
-Así es. Yo te hablé para darte las gracias. Sé que te metí en un problema pero...
-No'mbre, a mí me gustan esos temas. Coincido contigo en que, jijos de la chingada, en esos temas... digo... no somos santos, desde luego, pero si alguien tiene pruebas que las presente. Y si no que se calle la boca.
-Oye, pero en algo tan vergonzoso, mi distinguido. Porque es vergonzoso.
-Así es.
-Y yo para darte las gracias te tengo aquí una botella bellísima de un coñac que no sé adónde te la mando.
-Pues a Casa Puebla.
-Yo te la quería dar personalmente, pero estás todo ocupado.
-Mándamela a Casa Aguayo, para echármela.
-¿Te la vas a echar? Pues entonces te voy a mandar dos, no una.
Según consta en las grabaciones en poder de este diario, fue el empresario Luis Angel Casas quien le recomendó a Nacif hacer esa llamada al gobernador. Casas Arellano es textilero y fue jefe de finanzas de la campaña de Marín. Le dice Casas, o Casitas, a su amigo:
-En los periódicos que sí ya leí hay una declaración muy buena de la procuradora diciendo que esta señora (Lydia Cacho) mintió y que en ningún momento se le violaron los derechos humanos.
-Orita me habló Pablo Salazar (gobernador de Chiapas). Me dice: 'si quieres...' ya habló con los de La Jornada. 'Ya me hablaron'. (Se refiere a una llamada que efectivamente realizó Salazar Mendiguchía para pedir que el diario diera el derecho a réplica al rey de la mezclilla. Esa misma noche esta reportera habló con Nacif y su réplica fue publicada el 22 de diciembre, al día siguiente.) 'Pero si quieres vamos a ver a Soberones (se refiere a José Luis Soberanes), es mi amigo, de los derechos humanos. Y hacemos una broncota. Yo creo que ahí muere'.
Más adelante, Casas sostiene:
-Se le dicta formal prisión y se acaba el tema, ¿eh, Kamel? Vienen vacaciones, el tema pues ya se comprobó que ella no pudo comprobar nada, habrá uno que otro periodista que quiera volverlo noticia, todos los demás van a estar de vacaciones y la gente ni lee nada. O sea que creo que se acaba el tema. Nomás hay que aguantar hoy y mañana. Y el que necesita tener calorcito es el gober.
-Sí, no, pues claro.
-Creo que con una llamadita tuya ya lo tiene. Si la procuradora hizo esa declaración, Kamel, es porque recibió línea, ¿eh?
-No, ellos no se pueden rajar.
-Es imposible, quedarían malísimo. Se verían muy mal.
-Pero a mi gober creo que le vale, ¿no?
-Mira, la vez que platiqué del tema con él lo vi muy firme y muy seguro. Pero pues como dice luego la gente, por alguna razón...
-No, pues ahí qué.
-No creo que esas cosas le importen tanto al gober.
-Claro, el gober está en contra de estos perros.
-Yo la vez que platiqué estaba en contra de todos. Así es que esperemos que así sea.
-'tá bien, Casitas.
Uno o dos días después, Nacif habló con varias personas. Entre ellas con uno -periodista en activo- al que llama Andrés o ''muñeco'':
-¿Qué ha habido, Andrés?
-Pues ya, ya le dictaron el auto.
-Sí, claro.
-Sí, ya lo supo, ¿no?
-Sí, claro. Ayer me habló el gober de aquí, de Puebla, y me dijo: aquí se jode, ¿eh?
-Claro, claro.
-Pues que sigan haciendo su pinche escándalo.
-Claro, claro. Pues salimos a toda madre ¿no?
-'tá bien, Andrés, yo te lo agradezco.
-Oiga, yo tengo que ir hoy en la radio. ¿No quisiera tomarnos una llamada de la radio para hablar del asunto?
-Ya pa' qué, mano, ya estuvo. ¿O tú cómo la ves?
-Yo creo que sería importante. Ya nomás para soldificar y decir, bueno, pues así está el asunto. Yo salí, la denuncié y es la justicia, ¿no? O sea, muy breve, muy contundente, sin... esteee... alusiones muy fuertes. Como estuvo muy mal que aceptara la llamada de Blanche (se refiere a la entrevista publicada el 22 de diciembre).
-Pues me dijo nuestro cuate...
-No, pues mire nomás la chingadera que escribió.
-¿Qué escribió esa cabrona?
-No, pues para empezar dice que tiene 69 años (risas). Y le hizo un perfil... esteee .... por ahí bastante duro.
-¿Sabes qué? Ya que digan lo que quieran -concluye Nacif con tono fastidiado.
Anteriormente había recibido una llamada de este mismo interlocutor. Andrés, el reportero, le pregunta por el abogado de Nacif, Conrado Jiménez.
-¿Hablaste con Conrado, o no?
-¿Con el puto ése? Que se quedó a dormir ahí. Hijo de su reputa madre. ¿Por qué no sacó los oficios de colaboración?
-¿Por qué no los sacó antes? Sí, digamos, bueno, ni modo, ya. Ni hablar.
-Van a pasar la one-one, hijo de puta.
-Eso hubiera estado precioso.
Luego Nacif le pregunta a Andrés sobre las últimas noticias. El le refiere lo que los medios están diciendo sobre el caso de Lydia Cacho y agrega:
-La semana que entra va a estar preciosa. Lo bueno es que casi nadie lee periódicos.
-No, que chingue su madre. ¿Sabes qué me dijo el gobernador? Que vengan unos pinches periodistas y que les diga que en el estado de Puebla no se van a tolerar las mentiras y las injurias. Tiene huevos, ¿eh? La trae contra los pinches periodistas.
-Pues qué bueno... qué bueno que apoye.
-Ya me entendiste. Estos pinches hijos de su chingada madre con una pluma te despedazan.
-No tuvo madre esa puta vieja -responde Andrés.
-La voy a dejar loca hasta que la señora pida paz. Y que le siga echando.
-Está bien. Usted sabe. Lo que usted me diga.
-Y yo te agradezco tu atención y tus sugerencias, pero ya, ¿sabes qué? A mí me da risa.
-Sí pus sí. Es de risa. Porque ella está ahí atoradísima y ahora no se la va a acabar. Ahora ella habla de una persecución del gobernador Marín y que la madre, ¿no?
-Ella dice que no dice nada.
-No, ¿pues cómo que no dice nada?
-Dice que no dice nada, que estamos equivocados.
-Ah, ¿no?
-Que estamos mali... esté... maltin...
-Malinterpretando. No, pues está jodida.
-'tá jodida.