ASTILLERO

Julio Hernández López

Reyes

Larrea: carbón y cobre

Advertencias desatendidas

De la Transa se pone digno

LA TRAGEDIA DE San Juan de Sabinas, Coahuila, tiene tras de sí a otro rey, el del cobre. Germán Larrea Mota-Velasco (dueño del Grupo México, al que pertenece Industrial Minera México, controladora de minas como Pasta de Conchos) sostiene su imperio económico en la explotación de trabajadores, que son enviados bajo tierra en infames condiciones de seguridad, las cuales, cíclicamente, provocan desgracias como la de este domingo en la región carbonífera norteña. La miseria y la tragedia de los miles de trabajadores expuestos diariamente a accidentes propios de la prehistoria minera se convierten, en la lógica capitalista salvaje, en elegante fuente de riquezas extremas -Larrea es uno de los principales millonarios del país.

DOCE DIAS ANTES del estallido que dejó atrapados a 65 obreros, la Secretaría de Trabajo y Previsión Social (STPS) en Coahuila encontró "irregularidades" en la mina, que fueron turnadas a una comisión de seguridad e higiene para que más adelante fueran corregidas. "Familiares de las víctimas aseguran que desde hace poco más de una semana escucharon que había acumulación de gas en la mina", y que "inclusive lo reportaron, pero nadie hizo caso", según mencionó el reportero Alejandro López Garza en su nota para el diario Zócalo. Rogelio Tovalín, titular de la mencionada STPS, dijo simplemente que lo detectado por sus inspectores 12 días atrás había sido "girado" como recomendación a otras instancias. Luis Chávez Martínez, director de Minas y Energéticos del gobierno estatal, aseguró que el reporte de irregularidades hecho el 7 de febrero "aún no se le había notificado y por ende no podía dar información al respecto", pero prometió "investigaciones a fondo" y "sanciones" a los responsables (nota de Manolo Acosta y Oscar Hernández, en Zócalo). El mismo funcionario confesó "no asimilar en su totalidad el accidente", pues la mina 8, Pasta de Conchos, "era una de las más seguras de Coahuila (...) de las más mecanizadas y tecnificadas". Vanguardia, otro matutino coahuilense, mencionó en su editorial lo dicho por Ernesto Cabral, funcionario de la municipalidad de San Juan de Sabinas: "el lugar no contaba con las medidas de seguridad e higiene mínimas para operar, y por eso siempre suceden este tipo de accidentes aquí, en la zona carbonífera". Suele asumirse, añade el editorial, que empresas como Industrial Minera México realizan importantes inversiones para minimizar los riesgos de operación, pero todo parece "dejar claro que dicha suposición es errónea".

REYES PRECIOSOS, HEROES de la película, papás del engendro son muchos, aunque no haya cintas de audio con las que se puedan demostrar los enjuagues de la elite carbonífero-coñaquera. El Rey del Cobre, Germán Larrea, mantiene por todo el país plantas contaminantes e inseguras, a las que las autoridades federales y estatales hacen como que revisan el cumplimiento de medidas de seguridad que al no ser aplicadas significan ahorros que, a la vez, pueden ser utilizados en la compra de favores políticos mediante apoyos a campañas y candidatos que, al llegar al poder, tolerarán los incumplimientos empresariales mineros. El círculo de las complicidades pasa en Coahuila por el ex gobernador Enrique Martínez y Martínez, que despilfarró millones de dólares en una campaña televisiva de promoción de sus extremas precariedades políticas, y por el sucesor, Humberto Moreira, llegado al poder en el esquema tradicional de las complicidades y la impunidad prepagada. En el plano federal, la secretaría del Trabajo (ayer, monseñor Carlos Abascal; hoy, Francisco Javier Salazar Sáenz) se ha convertido en una pila de agua bendita siempre dispuesta a dar la bendición oficial a la red de complicidades sindicales y empresariales que permiten el funcionamiento de plantas inseguras y dañinas a la salud.

MENCION APARTE MERECEN los "líderes" sindicales. En un caso de auténtica vergüenza nacional, Napito, el hijo del extinto cacique minero, Napoleón Gómez Sada, dejó su vida de júnior tecnócrata (su carrera de funcionario tuvo como máximo logro la dirección de la siempre jugosa Casa de Moneda) para habilitarse como obrero a tiempo para suplir a su padre fallecido. Hábil para el manejo del dinero (inclusive del propio), Napoleón Gómez Urrutia, Napito, ha hecho malabares de experto con las finanzas gremiales y ahora mantiene un pleito mafioso con el no menos repudiable Víctor Flores, enterrador del sindicalismo ferrocarrilero, tanto por el control del Congreso del Trabajo como por las postulaciones de candidatos priístas al Senado que por "cuota" corresponderían a algunos de esos vividores.

EN ESE CIRCULO perfecto de complicidades, con reyes empresariales ofensivamente enriquecidos, líderes sindicales chantajistas y corruptos, y autoridades omisas y cómplices, siempre es posible que se produzcan accidentes como el de Coahuila. Son los resultados "preciosos" de una política pervertida.

ASTILLAS: A LA HORA de cerrar esta columna no había información oficial respecto a Bernardo de la Garza y su presunta renuncia a seguir apoyando a Roberto Madrazo (en el curso del día se rumoró que la declinación estaba siendo reservada para detonarla en el noticiero nocturno de Televisa). Las murmuraciones se centraban en un posible desacuerdo respecto a los lugares ocupables por el Verde Ecologista en la nómina de candidatos a senadurías de representación proporcional: según eso, a De la Transa no se le estaría colocando en un lugar que garantizara su llegada a Xicoténcatl. Otra versión afirmaba que la mano salinista, que siempre ha movido la cuna dizque ecologista, estaría usando recursos indirectos para forzar a su candidato original, Roberto Madrazo, a dejar el camino libre para otro aspirante que pueda defender en mejores circunstancias los intereses salinistas, madracistas y seudoecologistas... ¡Hasta mañana, mientras sigue adelante la manipulable guerra de las encuestas púberes!

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