Slim: reto del Pacto de Chapultepec, otro "milagro mexicano"
Monterrey, NL, 20 de febrero. El empresario Carlos Slim Helú negó que el Pacto de Chapultepec sea una estrategia para condicionar al próximo gobierno a mantener la actual política económica; se trata de que sociedad y gobierno, sin importar cuestiones ideológicas, lleven al país a nuevos estadios de desarrollo, y pasar del "estancamiento estabilizador", que prevalece desde hace 23 años, a una etapa similar a la del llamado "milagro mexicano", que abarcó de 1933 a 1982, cuando la economía creció a una tasa de 6.2 por ciento.
Después de presentar el Acuerdo de Chapultepec ante empresarios, delegados de la sociedad civil y del gobierno de Tamaulipas, Durango y Nuevo León, Slim señaló en rueda de prensa que lo importante de este proyecto no es el discurso, pues la retórica no resuelve nada, y las leyes en lo general tampoco. "Hay que pasar a las acciones con resultados", asentó.
La idea de estas reuniones, estos foros, dijo, no es presionar a quien gane las próximas elecciones, sino que la gente se sume, se difundan las ideas que se presentan y que si tienen algunas otras para encontrar más los cómos, las planteen. Explicó que hasta el momento dos de los cinco candidatos presidenciales han firmado el pacto (Roberto Madrazo y Felipe Calderón), y los demás, han manifestado "acuerdo en el acuerdo".
"Necesario distribuir mejor la riqueza"
Recalcó que los objetivos del Pacto de Chapultepec son de largo plazo y por el bien de México, independientemente de ideologías. "Somos de la idea que el entorno interno y externo, las tasas de interés, la estabilidad macroeconómica, el precio del petróleo, el turismo, las remesas, las exportaciones a Estados Unidos, los flujos de inversión disponibles, todo es favorable, y lo que se pretende con la firma del acuerdo, aunque tiene un objetivo de muy largo plazo, es no desaprovechar esta situación de fortaleza que tiene el país, para un crecimiento acelerado y sostenido".
Más que hablar de ideologías, es hacer lo que se necesita para irnos en el camino del crecimiento con empleo, señaló.
Al preguntarle si este proyecto tiene algo de autocrítica, porque en su papel de empresario más rico de América Latina, de alguna forma es corresponsable por la vigencia del actual modelo económico, expresó: "La riqueza no es un privilegio sino una responsabilidad, porque morimos y nos vamos sin nada".
Tenemos responsabilidad de buscar que el país se maneje con eficacia, se produzca más, se genere más riqueza y que sus frutos que son el ingreso se repartan de mejor forma, con una política económica inteligente con carácter distributivo, dijo.
Comentó que la inversión actual es de 19 por ciento del producto interno bruto (PIB) y necesitamos 25 o 30 por ciento para superar los insuficientes niveles alcanzados los últimos años.
"Veo la riqueza como responsabilidad no como un privilegio, la administramos temporalmente y buscamos hacerlo eficazmente; como ciudadano hay el deseo, la intención y el trabajo intenso por buscar que el país mejore para llegar a otros estadios de desarrollo, que pase de un estancamiento estabilizador de los últimos 23 años, a lo que fue el milagro mexicano que creció 6.2 por ciento de 1933 a 1982", expresó.