Usted está aquí: martes 21 de febrero de 2006 Capital Rezago y apatía ponen en riesgo a productores de nopal en Milpa Alta

Demandan a autoridades aplicar una verdadera política de desarrollo rural

Rezago y apatía ponen en riesgo a productores de nopal en Milpa Alta

Tenemos 50 años produciendo la cactácea y la industria asociada no progresa, señalan

RAUL LLANOS SAMANIEGO

Ampliar la imagen Desde corta edad, los habitantes de San Lorenzo, en la delegación Milpa Alta, se dedican a la producción de nopal Foto: María Luisa Severiano

Considerado por décadas el oro verde, la producción del nopal en la ciudad de México enfrenta hoy graves problemas: limitados canales de comercialización, nula exportación, estancamiento en los volúmenes de producción, escasa industrialización, bajos precios, incremento de la competencia de otras zonas del país y la amenaza latente de que China inunde el mercado de este alimento, netamente mexicano.

En la actualidad, Milpa Alta concentra prácticamente toda la cosecha de esa verdura en el Distrito Federal. El número exacto de productores no se sabe, pero cifras de las autoridades delegacionales calculan que hay entre 7 y 8 mil campesinos dedicados a esa actividad, mismos que tienen sólo tres canales para la distribución de la cactácea: la Central de Abastos (Ceda), la Merced y el Centro de Acopio local. No hay más.

En el Centro de Acopio localizado en el corazón de Milpa Alta llegan los pequeños y medianos productores (que son la mayoría), donde a diario se negocia el precio de ese producto, que en sus mejores momentos -fines y principios de año- llega a estar de 50 a 100 pesos el ciento de nopales ya pelados. Pero en este periodo el volumen de producción es bajo, pues las heladas que año con año se presentan en diciembre y enero merman severamente las zonas nopaleras de la delegación.

Cuando las épocas de mayor calor llegan y los campos están rebozando de ese alimento (abril-septiembre) su precio cae drásticamente; se genera una sobreoferta y llega a venderse el ciento de nopales con espina a tres o cinco pesos.

José Antonio Olivares, campesino de Villa Milpa Alta con 15 años de su vida en este negocio, asegura: "Hay veces que la gente ni regalado lo quiere, y tenemos que regresarnos con nuestro producto a casa; lo picamos (machacar) y lo echamos otra vez a la tierra, como abono. Es cuando se hace más difícil ser campesino en todos esos meses, porque no tenemos casi nada de venta".

Por el lado de la industrialización el panorama no varía. Se estima que hay 50 empresas que procesan el nopal, pero su planta laboral no rebasa los 10 trabajadores. Sólo dos de ellas están "consolidadas": Nopalmex y Nopales Azteca, que con una planta laboral de cerca de 30 empleados convierten la cactácea en escabeche, salmuera, cápsulas de complemento alimenticio, gel, shampoo o mermelada para entregarlo directamente a las grandes cadenas comerciales de autoservicio.

Roberto Orenda, responsable del Fomento a la Industria en Milpa Alta, resume: "tenemos 50 años produciendo nopal y la industria asociada a este producto no progresa, no ha florecido como nosotros quisiéramos y eso es lamentable. Ahí estamos muy rezagados". En su opinión, el principal factor que incide en esa situación es la falta de una cultura empresarial, "no hay iniciativa para juntarse y crear empresas y darle un valor agregado al nopal".

Para Miguel Angel Nápoles, director general de Desarrollo Delegacional de la demarcación, un obstáculo también lo constituye la apatía de los productores para asociarse, que además impide enfrentar adecuadamente la cada vez más fuerte competencia.

Subraya que en la última década el estado de Morelos y algunos municipios conurbados al DF han ganado terreno en este mercado. No sólo eso. Precisa que en China están produciendo nopal a cielo abierto y en invernadero.

"Eso lo vemos como una amenaza, porque si ellos llegan a abaratar los costos en comparación con los nuestros, sería grave. Si de por sí ya están ganando terreno en el mercado de los chiles, lo mismo puede pasar en el del nopal", alerta el funcionario.

Cifras oficiales de la Sagarpa-DF y de la misma delegación indican que en los últimos años la producción de nopal se ha mantenido en 350 mil toneladas anuales, que se quedan en el mercado nacional, pues ninguna empresa está exportando ante las medidas fitosanitarias de otros países, quienes piden un producto totalmente orgánico, y muchos de los campesinos todavía utilizan pesticidas para eliminar las plagas de ese tallo.

Durante un recorrido efectuado por zonas nopaleras, la principal demanda de los productores es mayor apoyo de las autoridades, quienes fundamentalmente los apoyan con abono orgánico, aunque "podría ser más, pero se necesita una verdadera política de desarrollo rural para el DF, y en especial para Milpa Alta, porque tenemos 28 mil hectáreas, de las cuales sólo 7 mil están dedicadas al cultivo del nopal", concluye Miguel Angel Nápoles.

 
Compartir la nota:

Puede compartir la nota con otros lectores usando los servicios de del.icio.us, Fresqui y menéame, o puede conocer si existe algún blog que esté haciendo referencia a la misma a través de Technorati.